Los días avanzaron, y Libia mantiene su decisión de ignorar a Alfonso. A pesar de los intentos persistentes de él por reconciliarse, ella se mantiene firme en su resolución de no permitirlo de nuevo en su vida. Mejor enfocó su energía en el trabajo y en fortalecer su relación con Lison, dejando atrás las sombras del pasado.Mientras veían una película "romántica" antigua, la sala estaba sumida en un silencio interrumpido solo por el sonido de los románticos diálogos de los protagonistas y los sollozos ocasionales de Libia, que no podía evitar conmoverse con la melosa boda de la pareja.Lison, notando la conmoción de Libia, decidió romper el silencio.—¿Te encuentras bien? —preguntó en tono serio, posando su mano sobre la de ella.Libia aspiró profundamente antes de responder.—Sí, solo es que estas escenas siempre me emocionan. Pero no es nada importante.Lison le sonrió de lado, sabiendo que había algo más en esas lágrimas. Se acercó y la abrazó con suavidad.—Libia, sabes que todo
En la penumbra de su habitación, Lison sostenía entre sus dedos el pequeño estuche que contenía el anillo de compromiso. La luz de la lámpara apenas iluminaba el objeto brillante, pero en su mente, la claridad era fugaz y esquiva.Sus ojos escrutaban cada detalle del anillo, observando cómo la luz se reflejaba en las gemas incrustadas, creando destellos de color. Sin embargo, su mente estaba lejos de admirar la belleza de la joya; estaba inmersa en un mar de dudas y temores.¿Estaba realmente listo para dar ese paso? ¿Era prudente embarcarse en un compromiso tan serio? Las interrogantes absurdas que danzaban en su mente, desafiando su determinación y confundiendo sus sentimientos, ya no era veinteañero encaprichado con una modelo con poco reconocimiento, ahora era un hombre de casi cuarenta años.Por un lado, el amor que sentía por Libia era innegable. Cada momento a su lado era un regalo, y la idea de compartir el resto de su vida con ella le llenaba de una calidez reconfortante. Sin
Al día siguiente, Lison se sumergió en los preparativos para la propuesta. Consciente de la creciente fama de Libia, sabía que un restaurante por más privado que fuera no sería el lugar más adecuado para un momento tan íntimo y personal. En su lugar, decidió llamar a alguien para organizarlo todo en la comodidad de su casa.Desde temprano, llegó la señorita Sonia, una mujer alta y de cabello rubio, ella sería la personas encargada de preparar cada detalle con esmero. Colocó velas por toda la casa, creando una atmósfera romántica y acogedora. La mesa del comedor estaba adornada con flores frescas y una elegante vajilla, lista para recibir a Libia en una velada inolvidable. Mientras tanto, Lison se esforzaba por mantener la calma, aunque la emoción y los nervios bullían en su interior. Repasaba mentalmente cada palabra que diría, cada gesto que haría, no quería verse como un idiota, deseaba que todo saliera perfecto. Cuando todo estuvo listo, la talentosa mujer y su equipo salieron de
Libia y Lison estaban disfrutando de una tarde tranquila en el parque, sentados en un banco bajo la sombra de un frondoso árbol. El sol brillaba suavemente y una suave brisa mecía las hojas a su alrededor. Estaban inmersos en una conversación animada, riendo y compartiendo pensamientos íntimos. La propuesta de matrimonio quedó como un simple recuerdo.De repente, el tono relajado se vio interrumpido cuando sus teléfonos móviles comenzaron a sonar al unísono. Ambos sacaron sus dispositivos, curiosos por la causa de la interrupción. Lison contestó la llamada entrante, mientras que libia leyó atenta el mensaje de texto que le mandó su nuevo manager, sus rostros se llenaron de sorpresa al descubrir una publicación que los capturaba juntos en el parque.Libia sintió cómo el corazón le latía con fuerza en el pecho mientras leía los comentarios llenos de especulaciones y juicios. La paz que había sentido momentos antes se desvaneció, reemplazada por una sensación de vulnerabilidad y exposici
Lison regresó al departamento de Libia con paso decidido pero calmado. Encontró a Libia más serena, lista para hablar y resolver las tensiones entre ellos. Con una mezcla de arrepentimiento y determinación, Libia se disculpó por no haberle contado sobre la inseminación artificial de manera clara y directa. Explicó sus motivos, admitiendo que temía la reacción de Lison y que no quería presionarlo.—Siento haberte dado un mensaje equivocado, claro que eres importante para mí —le dijo mirándolo a los ojos, intentando demostrarle que sus palabras eran genuinas.Lison la escuchó con atención, su rostro suavizándose a medida que comprendía los sentimientos de Libia. Con un gesto cariñoso, le tomó el rostro entre sus manos y le dio un tierno beso en los labios, expresando su perdón y su deseo de seguir adelante juntos.Después de un momento de silencio, habló con voz suave pero firme. Le dijo a Libia que, si quería que lo perdonara de verdad, debía dar un paso importante: visitar su casa en
Lison cortó la llamada de golpe, tenía ganas de despedazar el maldito aparato. —Te organizaron una bienvenida en casa de mi madrastra. —Se masajeó la sien, apenas volvía y esa estúpida gente ya estaba haciendo de las suyas.—Oh —exclamó Libia—, ¡que personas tan lindas!—Estúpidas querrás decir.—Es tierno que organicen algo por mi llegada… a mí me parece muy dulce.Lison soltó un suspiró, no tenían ni tres horas de haber llegado y su familia ya les agendó actividades para los próximos tres días.***A las 9pm, la casa de la señora Giselle se llenó de risas y música brasileña, mientras Libia se sumergía en la atmósfera festiva de la fiesta de bienvenida organizada por Katherine. Aunque Lison no estaba completamente convencido con la idea, Libia estaba encantada con la temática y la energía vibrante que llenaba el ambiente. Todos se portaban tan amables con ella y la trataban con tal calidez como si la conocieran de muchos años. Mientras disfrutaba de la música y los sabores exóticos
Lo primero que llegó a la mente de Libia al despertarse fue un torbellino de recuerdos de la noche anterior. La fiesta de la familia de Lison, los juegos divertidos que habían planeado donde, en medio de risas y bromas, habían simulado casarse. Pero algo en su interior le decía que todo eso era solo una ilusión, un juego pasajero que no tenía repercusiones reales.Sin embargo, antes de que pudiera llegar a una conclusión, la voz de Tiodor resonó a su lado con una sonrisa de sorna.―"¿Qué tal la noche de casamiento, señora? ―dijo con un tono divertido, pero al mismo tiempo serio.Libia se quedó en shock por un momento, procesando las palabras de Tiodor. ―¿Qué? ¿Estás bromeando, verdad? ―preguntó, mirándolo con incredulidad.Pero Tiodor negó con la cabeza, manteniendo su sonrisa. ―No. Todo fue real. Firmamos el acta de matrimonio y ahora somos legalmente esposos ―explicó con calma.Un estallido de risas escapó de los labios de Libia, una risa que mezclaba incredulidad y asombro. ―¡No
Daniel miraba la última transmisión de Libia Musso. El acuerdo había terminado, y ante la opinión pública habían tenido algo así como una relación, aunque en la vida real esto estaba muy alejado de la realidad. Horas después, el joven tocó el timbre de la casa de Libia, se sentía en deuda con ella y quería de alguna manera darle un obsequio como muestra de su gratitud.―Chico ―lo saludó Jairo, el imponente guardaespaldas de la familia Lison.―Le mandé mensaje a Libia ―explicó Daniel, pensando en cómo es que Tiodor Lison conseguía a sus empleados, ¿acaso hacía casting y ganaba el más aterrador?―. Buenas tardes, por cierto.―Pasa ―contestó Jairo con su marcado acento portugués, haciéndose a un lado para permitirle la entrada.Daniel se adentró en la lujosa residencia, quedándose atrapado en sus pensamientos. La casa de Libia era muy bonita, elegante y siempre irradiaba calidez. Los muebles de diseño, las obras de arte en las paredes y la iluminación perfecta creaban un ambiente sofistic