Libia se encontraba grabando un video con Daniel. Se notaba la química —al menos actuada— entre ellos. Al fondo, sentado en una silla plástica negra, Lison observaba la escena sin expresión aparente.La joven se masajeó las mejillas ya entumecidas de tanto sonreír. El camarógrafo se percató y dictó el corte. Ella aprovechó y se acercó a Lison.—¿Tienes hambre? Ya es hora de la comida —le preguntó, tratando de mantener la normalidad.Lison asintió, pero sus ojos revelaban una tormenta interna. Mientras miraba fijamente a Libia, una sombra de preocupación cruzó por su rostro, como si quisiera decir algo pero decidiera guardárselo.—Como veas. Si estás ocupada, no hay necesidad de dejar de trabajar por eso.—Vamos —reiteró Libia.Aunque su respuesta fue serena, Lison ocultaba detrás de sus ojos una mezcla de emociones que Libia no pudo descifrar. El gesto de asentimiento apenas disfrazaba la inquietud que bullía en su interior.Tiodor se levantó de su asiento y salieron del set de grabac
Luego de una corta temporada juntos, los amantes se volvían a despedir. Semana tras semana, las llamadas y mensajes entre Libia y Lison se convirtieron en el hilo conductor de su relación a distancia. La pantalla del teléfono se iluminaba con sus risas y confesiones, pero también con los silencios que se prolongaban más de lo habitual.En una de esas conversaciones, Lison notó cierta tensión en la voz de Libia y decidió preguntar:—¿Todo bien? Pareces algo preocupada.—Sí, todo está bien. Solo un poco cansada, supongo. ¿Y tú cómo estás?Lison percibió la evasiva, pero decidió no presionar, culpando a la distancia.—Bien, igual algo cansado. Mañana tengo un viaje saldré en la madrugada.—Entonces lo mejor será descansar por ahora —dijo Libia, con la esperanza que Lison se negara.—Sí —soltó él, en el aire se prolongó otro silencio incómodo.—Hasta mañana —se despidió Libia con un nudo en la garganta y cortó la llamada.Al día siguiente, Tiodor se sumergía en sus responsabilidades empre
En un momento de vulnerabilidad, su primer pensamiento fue compartir sus sentimientos con Lison. Con las manos temblorosas marcó su número y esperó con nerviosismo a que respondiera. Cuando lo hizo, sus palabras salieron con una mezcla de frustración y pesar.—Hola, estoy viendo tantas publicaciones de mierda. Dicen cosas terribles, y sé que no son ciertas, pero… —tomó aire y como si fuera su secreto más vergonzoso le dijo—: me duele.El hombre del otro lado de la línea cerró los ojos con fuerza y luego de unos segundos le respondió:—Libia, la gente hablará y creará historias sin fundamento. No dejes que eso te afecte. Tú y yo sabemos la verdad, y eso es lo que realmente importa. Los demás que se vayan al carajo.Libia se limpió las lágrimas, agradeciendo las palabras de Lison. A pesar del vendaval de chismes, se repitió a sí misma que lo iba a superar.***El set estaba listo para otra sesión de grabación, pero el ambiente se sentía cargado después del reciente escándalo que habían
La habitación estaba bañada por una tenue luz de la lámpara de noche, y el silencio se volvía pesado mientras Lison compartía con Libia todo lo que había descubierto sobre Alfonso y su traición. Las palabras de Lison resonaban en el aire, y cada revelación era como una puñalada en el corazón de la joven.A medida que escuchaba la historia, un frío nudo de decepción se instalaba en su estómago. Comenzó a caer en cuenta de todas las veces en que la información se filtraba de manera distorsionada, creando una versión retorcida de la verdad. Las lágrimas amenazaron con asomarse en sus ojos, pero ella se las contuvo, enfocándose en las palabras de Lison.La rabia empezó a arder en su interior, y sintió la necesidad de hacerle frente a Alfonso. Tomó su celular con dedos temblorosos y comenzó a escribir un mensaje directo. Las palabras salían como dardos, cada una cargada de la furia que había estado acumulando."Eres un imbécil. Te odio", escribió, sin filtros ni atenuantes. Cada palabra er
Los días avanzaron, y Libia mantiene su decisión de ignorar a Alfonso. A pesar de los intentos persistentes de él por reconciliarse, ella se mantiene firme en su resolución de no permitirlo de nuevo en su vida. Mejor enfocó su energía en el trabajo y en fortalecer su relación con Lison, dejando atrás las sombras del pasado.Mientras veían una película "romántica" antigua, la sala estaba sumida en un silencio interrumpido solo por el sonido de los románticos diálogos de los protagonistas y los sollozos ocasionales de Libia, que no podía evitar conmoverse con la melosa boda de la pareja.Lison, notando la conmoción de Libia, decidió romper el silencio.—¿Te encuentras bien? —preguntó en tono serio, posando su mano sobre la de ella.Libia aspiró profundamente antes de responder.—Sí, solo es que estas escenas siempre me emocionan. Pero no es nada importante.Lison le sonrió de lado, sabiendo que había algo más en esas lágrimas. Se acercó y la abrazó con suavidad.—Libia, sabes que todo
En la penumbra de su habitación, Lison sostenía entre sus dedos el pequeño estuche que contenía el anillo de compromiso. La luz de la lámpara apenas iluminaba el objeto brillante, pero en su mente, la claridad era fugaz y esquiva.Sus ojos escrutaban cada detalle del anillo, observando cómo la luz se reflejaba en las gemas incrustadas, creando destellos de color. Sin embargo, su mente estaba lejos de admirar la belleza de la joya; estaba inmersa en un mar de dudas y temores.¿Estaba realmente listo para dar ese paso? ¿Era prudente embarcarse en un compromiso tan serio? Las interrogantes absurdas que danzaban en su mente, desafiando su determinación y confundiendo sus sentimientos, ya no era veinteañero encaprichado con una modelo con poco reconocimiento, ahora era un hombre de casi cuarenta años.Por un lado, el amor que sentía por Libia era innegable. Cada momento a su lado era un regalo, y la idea de compartir el resto de su vida con ella le llenaba de una calidez reconfortante. Sin
Al día siguiente, Lison se sumergió en los preparativos para la propuesta. Consciente de la creciente fama de Libia, sabía que un restaurante por más privado que fuera no sería el lugar más adecuado para un momento tan íntimo y personal. En su lugar, decidió llamar a alguien para organizarlo todo en la comodidad de su casa.Desde temprano, llegó la señorita Sonia, una mujer alta y de cabello rubio, ella sería la personas encargada de preparar cada detalle con esmero. Colocó velas por toda la casa, creando una atmósfera romántica y acogedora. La mesa del comedor estaba adornada con flores frescas y una elegante vajilla, lista para recibir a Libia en una velada inolvidable. Mientras tanto, Lison se esforzaba por mantener la calma, aunque la emoción y los nervios bullían en su interior. Repasaba mentalmente cada palabra que diría, cada gesto que haría, no quería verse como un idiota, deseaba que todo saliera perfecto. Cuando todo estuvo listo, la talentosa mujer y su equipo salieron de
Libia y Lison estaban disfrutando de una tarde tranquila en el parque, sentados en un banco bajo la sombra de un frondoso árbol. El sol brillaba suavemente y una suave brisa mecía las hojas a su alrededor. Estaban inmersos en una conversación animada, riendo y compartiendo pensamientos íntimos. La propuesta de matrimonio quedó como un simple recuerdo.De repente, el tono relajado se vio interrumpido cuando sus teléfonos móviles comenzaron a sonar al unísono. Ambos sacaron sus dispositivos, curiosos por la causa de la interrupción. Lison contestó la llamada entrante, mientras que libia leyó atenta el mensaje de texto que le mandó su nuevo manager, sus rostros se llenaron de sorpresa al descubrir una publicación que los capturaba juntos en el parque.Libia sintió cómo el corazón le latía con fuerza en el pecho mientras leía los comentarios llenos de especulaciones y juicios. La paz que había sentido momentos antes se desvaneció, reemplazada por una sensación de vulnerabilidad y exposici