Tiodor rodó los ojos. —No encuentro el chiste.Libia no podía detener su risa, se limpió unas pequeñas lágrimas.Lison se cruzó de brazos, mirándola desafiante. Ella detuvo sus carcajadas.—¿Celoso? —preguntó Libia con una ceja arqueada, como si estuviera disfrutando de la situación.Tiodor frunció el ceño, tratando de ocultar sus sentimientos. —No sé de qué estás hablando —respondió desviando la mirada. Libia recordó las palabras de su psicólogo “no hagan drama donde no lo hay”. Se levantó del sofá, le puso su mano derecha en el pecho, y mirándolo, le dijo:—No lo tomes tan en serio. Alfonso es solo un amigo y socio, como te dije antes. Tú eres el único en mi mente en este momento —le aseguró.Tiodor sonrió de lado. Su expresión, que la mayor parte del tiempo era seria y fría, de repente brilló con calidez, mostrando un lado de él que rara vez dejaba ver.—Bueno, supongo que no puedo evitar ser un poco posesivo cuando se trata de ti —pensó en voz alta.El corazón de Libia latió co
Libia se encontraba en su elegante vestidor, cepillándose el cabello, miró a la cámara con una sonrisa encantadora.—¡Hola a todos mis seguidores! Hoy quiero compartir con ustedes uno de mis secretos de belleza. Como saben, siempre he buscado productos de calidad, me encanta cuidar de mi cabello. Y recientemente, he estado utilizando la plancha ‘SeduBelleza Pro’. Esta plancha ha sido un verdadero salvavidas para mantener mi cabello suave y con un aspecto increíble. Lo que me gusta es lo rápido que calienta y lo suave que es al deslizarla por el cabello. Además, tiene un control de temperatura ajustable que la hace perfecta en cualquier tipo de cabello. Si desean obtener resultados profesionales en casa, les recomiendo darle una oportunidad a ‘SeduBelleza Pro’. Estoy segura de que les encantará tanto como a mí. ¡Si tienen alguna pregunta o quieren saber más detalles, déjenme sus comentarios!Libia continuó su preparación con una sonrisa radiante.—Corte. Quedó perfecto —dijo la directo
En la cena de influencers, Libia se encontraba rodeada de sus colegas, todos ellos compartiendo el mismo entusiasmo por las redes sociales y el mundo de la moda. La música vibrante llenaba el ambiente.Libia, en lo que esperaba a Daniel Poza, se unió a un grupo de amigos influyentes y se tomaron fotos con el móvil, posando con estilo. Cada instantánea capturaba la diversidad de sus personalidades y estilos individuales, creando contenido que pronto compartirían en sus redes sociales.Mientras charlaban y reían, intercambiaban consejos y secretos sobre las últimas tendencias y trucos a fin de aumentar de seguidores. Libia miró de un lado a otro buscando si Daniel ya estaba ahí. En eso, Paula y Sole, dos influencers conocidas en el circuito, se le acercaron con curiosidad. Sabía que había cierta tensión en el aire debido al enfrentamiento reciente que había tenido con Albertorewiew en las redes sociales, el crítico que la había acusado de su pasado. Paula, con una sonrisa inquisitiv
A la mañana siguiente, Libia reflexionó sobre el día anterior y se dio cuenta de que, aunque no tuvieran sexo, el simple hecho de que Tiodor la abrazara con fuerza, la hizo sentirse tranquila, y asustada. No es lo mismo estar con alguien por una pasión desenfrenada que por una conexión íntima. Negó con la cabeza y su mente trajo el recuerdo de Daniel y sintió la necesidad de saber cómo estaba. Salió de la cama y fue directo a la sala a buscar su teléfono dentro de su bolso de mano.Luego de encontrarlo, marcó a Alfonso, preocupada por Daniel y deseando que estuviera estable. No solo de manera física sino también psicológicamente.Al paso de unos segundos, Alfonso, en su estilo brusco y directo, le comentó que no se preocupara.—Ese muchachito engreído está bien. Ni siquiera puede acabar con su vida, no hace nada bien, es un “blandito” de mucho cuidado —sus palabras eran crudas, despectivas, y expresó su frustración de una manera poco comprensiva.—Nunca has sido bueno para empatizar
Días después se enfrascó en una larga jornada de grabación del comercial de las planchas de cabello, Libia se acercó a Alfonso con una ceja alzada y un deje de preocupación en su voz.—Alfonso, ¿puedo hablar contigo? —dijo con una sonrisa forzada, tratando de ocultar su agotamiento.Alfonso se volvió hacia ella, frunciendo el ceño ligeramente antes de asentir.—Claro, ¿qué sucede, Libia?La chica se mordió el labio antes de continuar. —No pude evitar notar que hemos repetido este comercial muchas veces. ¿Hay algún problema en concreto con mi actuación?Alfonso la miró con una expresión tranquila. —No, Libia, todo está bien con tu actuación. De hecho, lo haces genial. El problema no eres tú, sino que la empresa quiere que cada comercial sea diferente, con una perspectiva fresca en cada uno.Libia asintió entendiendo la situación, pero no podía evitar sentirse un poco abrumada. —¿Cuántos comerciales más tengo que hacer? ¿Cuánto tiempo falta para terminar esto?Alfonso suspiró antes d
A sus ojos los días transcurrían tan lentos que le aterraba. Extrañaba tanto a Tiodor, que ni siquiera su apretada agenda le hacía olvidarlo. Recordaba con la cara enrojecida la manera tan hábil con la que sujetaba su cintura. Su corazón se aceleraba con fuerza, anhelando ese contacto piel con piel.—¿Libia, estás bien? —le cuestionó Daniel con ojos entre cerrados. Ella parpadeó saliendo de su ensoñación, a su alrededor, los mozos pasaban a toda prisa sujetando charolas con comida. Libia enseguida se disculpó con su acompañante y le aseguró que no volvería a pasar, poniendo de excusa la gran carga de trabajo.—No te preocupes —le respondió Daniel tomando un sorbo de café.Tras esa reunión, se dictaron los puntos claves que vendrían con el contrato de esa relación a conveniencia, una estrategia de marketing para poder lanzar la carrera de Poza.Aunque en el pasado estuvo renuente, la situación difícil por la que atravesaba el chico le hizo replantearse y acceder a ser su novia fictici
Libia se encontraba grabando un video con Daniel. Se notaba la química —al menos actuada— entre ellos. Al fondo, sentado en una silla plástica negra, Lison observaba la escena sin expresión aparente.La joven se masajeó las mejillas ya entumecidas de tanto sonreír. El camarógrafo se percató y dictó el corte. Ella aprovechó y se acercó a Lison.—¿Tienes hambre? Ya es hora de la comida —le preguntó, tratando de mantener la normalidad.Lison asintió, pero sus ojos revelaban una tormenta interna. Mientras miraba fijamente a Libia, una sombra de preocupación cruzó por su rostro, como si quisiera decir algo pero decidiera guardárselo.—Como veas. Si estás ocupada, no hay necesidad de dejar de trabajar por eso.—Vamos —reiteró Libia.Aunque su respuesta fue serena, Lison ocultaba detrás de sus ojos una mezcla de emociones que Libia no pudo descifrar. El gesto de asentimiento apenas disfrazaba la inquietud que bullía en su interior.Tiodor se levantó de su asiento y salieron del set de grabac
Luego de una corta temporada juntos, los amantes se volvían a despedir. Semana tras semana, las llamadas y mensajes entre Libia y Lison se convirtieron en el hilo conductor de su relación a distancia. La pantalla del teléfono se iluminaba con sus risas y confesiones, pero también con los silencios que se prolongaban más de lo habitual.En una de esas conversaciones, Lison notó cierta tensión en la voz de Libia y decidió preguntar:—¿Todo bien? Pareces algo preocupada.—Sí, todo está bien. Solo un poco cansada, supongo. ¿Y tú cómo estás?Lison percibió la evasiva, pero decidió no presionar, culpando a la distancia.—Bien, igual algo cansado. Mañana tengo un viaje saldré en la madrugada.—Entonces lo mejor será descansar por ahora —dijo Libia, con la esperanza que Lison se negara.—Sí —soltó él, en el aire se prolongó otro silencio incómodo.—Hasta mañana —se despidió Libia con un nudo en la garganta y cortó la llamada.Al día siguiente, Tiodor se sumergía en sus responsabilidades empre