Aarón conducía a toda velocidad por las calles de la ciudad. La zona en la que se encontraba la casa era muy buena, pero no era en la que vivían las personas con mayor poder adquisitivo de Ciudad A. Era un lugar de trabajadores acomodados, nada más.
Al llegar a la casa se bajó apresurado del auto. Estaba casi sin aliento. Tomó las llaves y abrió con ellas las puertas.
_ ¡Lara! ¡Lara! _ gritaba furioso.
Observó atento el lugar y sintió la casa desierta, a pesar de estar completamente amoblada y que a simple vista nada faltara en ella, él en el fondo sabe que algo falta, de la misma manera que en momentos siente que algo le falta a su vida.
Subió apresurado las escaleras, y se encaminó directo a la habitación. Al entrar la sensación de vacío se amplió. La buscó en todas las direcciones y no la encontró. Un frío glacial lo recorrió por completo y su cuerpo se estremeció al comprender que ella no estaba ahí. Buscó entre sus cosas y parecía que toda la ropa estaba en el lugar. Sus joyas, todas de fantasía ya que él no le había regalado ninguna cara, estaban en un modesto joyero. Abrió los cajones y encontró toda su ropa, parecía que no había llevado nada. Luego fijó su vista en la mesa de noche, sobre ella había una foto de ambos el día de la boda. Estaban solos ya que no hubo invitados y los testigos fueron pagados por él.
Pasó la mano por su cara en señal de frustración, no estaba entendiendo nada de lo que ocurría. Se suponía que Lara tomaría lo que él le había dado y se quedaría en esa casa, a mano, siempre cerca de él. Hasta fantaseó con la posibilidad de seguir viéndola, aunque a lo lejos ya que él no era un hombre infiel y no engañaría a su Amelia, pero podría mantenerla cuidada y lejos de otros hombres, nadie tenía el derecho de tocar aquello que consideraba suyo y Lara lo era, era suya hasta la médula.
Se acercó a la mesa y tomó la foto en sus manos “¿Qué estás haciendo Lara?” preguntó desconcertado mirando a la sonriente mujer de la foto que no podía contestarle. En ese momento algo llamó su atención. Un sobre se encontraba sobre la mesa, al parecer estaba debajo de la foto y tenía su nombre. Es como si ella hubiera estado esperando que él fuera hasta allí a buscarla para que le diera explicaciones.
Tomó con manos temblorosas el sobre, estaba más inquieto que antes y no entendía el por qué. Al abrirlo pudo ver la hermosa y delicada letra de ella. Era de esas personas que había estudiado caligrafía porque le gustaba que su trazo fuera perfecto, por eso la delicadeza de su letra era solo comparable con la delicadeza y suavidad de su persona. Ella era tan dulce, cálida y delicada…suspiró al encontrarse pensando nuevamente en ella de esa manera y descubrir que la extrañaba.
“Aarón” comenzaba la esquela, que para su desolación, era demasiado corta.
“Me fui, si viniste hasta aquí es porque fuiste lo suficientemente astuto, o curioso, para darte cuenta de ello. No me interesa un pepino tu maldito dinero ni tu m*****a casa, puedes hacer con todo un bonito rollito y meterlo firme y duro por tu trasero, estoy segura de que te gustará la sensación. Como ya te dije, nunca en tu m*****a vida vuelvas a buscarme, solo haz de cuenta que no me conoces, como hiciste tantas veces en la empresa, te sale fácil, casi natural, como el maldito hipócrita que eres. Recuerda siempre que yo soy demasiado poco para ti y por eso nunca me diste mi lugar y sigue tu camino ignorando por completo el mío.
Me amo y me deseo lo mejor y es por eso que nunca, lee bien, nunca volveré a tu lado”.
Al terminar de leer tenía un aspecto adusto, su rostro estaba rojo y la ira parecía crecer en su interior “¿Qué demonios Lara…? ¿Me tratas de…?” Rugió furioso, como un animal al que le han herido de gravedad, pero a él lo hirieron en su ego de macho alfa, también de gravedad.
¿Le quiere hacer creer que no lo buscará más? Es una mujer muy astuta, está seguro que pronto tendrá nuevamente a Lara Mins buscándolo y hasta suplicando que la convierta en su amante, pero se quedará con las ganas. Lo que Aarón Miller deshecha no lo vuelve a buscar a la basura. Ella se arrastrará pidiendo ser aunque sea una amante, pero no…ni ese privilegio le dará, ella es muy poco, su estatus no sirve ni para ser su amante.
El furioso animal herido salía de esa casa bufando y despotricando en voz alta, como niño berrinchudo, molesto por lo que él sentía como un desplante ya que consideraba que la mujer debía estar, como siempre estuvo, a sus pies, como cachorrito, esperando que una migaja de su atención cayera sobre ella para poder tomarla. Antes, cuando aún eran esposos, hace tan solo dos días, solo eso la hacía feliz.
¿Cómo es que cambió tan rápido su Lara?
“—“
En el aeropuerto de Ciudad A Lara se encontraba tranquila esperando su turno en la fila para poder ingresar al avión que la llevaría nuevamente a su hogar en Ciudad M que se encontraba a seis horas de allí.
Ella estaba conforme con sus acciones de esas últimas horas. Le hubiera gustado, quizá, poder hacer algo un poco más revelador, pero por el momento debía guardar silencio. Desterrar ciertos secretos no era propio de ella, ni de los suyos, por lo que lo único que podía hacer era callar y esperar. Aunque lo hacía con la esperanza, o la certeza de que el golpe más adelante sería peor.
Con una gran sonrisa comenzó a subir al avión. Su vuelo era en clase turista y uno muy económico, por lo que la empresa ni manga tenía. Ella había caminado hasta la escalera y como todos los simples mortales comenzó a subir. Dentro del aparato con alas buscó su lugar y tomó asiento con una linda mirada de niña buena pensó que en algún momento tendría la oportunidad de decirle a ese bastardo todas sus verdades en la cara. Pronto… muy pronto se dijo con parsimonia.
Con esa mirada cálida y relajada se dispuso a mirar por la pequeña ventanilla del avión. Su momento preferido era el despegue, aunque los aterrizajes también tenían su encanto. Las seis horas de vuelo se hicieron cortas ya que ella pudo dormirse profundamente.
Lara había pasado sus últimos días entre zozobra y llanto y ahora podía, por fin, sentirse en paz, algo que le agradó. Parecía que su sol por fin salía después del sufrimiento vivido. No es fácil darte cuenta de que nunca significaste nada en la vida del hombre que dijo que te amaba, no peor aún, eras solo un reemplazo de alguien que se fue y ahora volvió.
¿Tenía todo eso lógica? Por supuesto que no, era una locura, hasta enfermo lo encontró. No tenía ni idea de quién era esa mujer ni nada en relación a su pasado con su ex, pero encontraba toda la situación poco cuerda. Aarón Miller era un ser despreciable, que estaba irremediablemente loco. Podía darse cuenta de que nunca lo conoció. Sintió. Por un momento, pena por ella misma, todo era como una mala película de amor.
El avión comenzó su aterrizaje. Ella bajó las escaleras y se encaminó con el resto de los pasajeros a buscar su equipaje. Al salir del aeropuerto comenzó a buscar con la vista a la persona que la esperaba y allí estaba toda una comitiva de Hammers negros con vidrios polarizados que se ubicaban por delante y por detrás de un Bentley Continental GT Speed último modelo. Apoyado en él se encontraba un hombre de aproximadamente treinta años que sonreía con elegancia al ver a la niña caminar hasta él.
_ ¡Al fin vuelves! _ dijo el hombre abrazándola entrañablemente con amor infinito. Olio sus cabellos y la acobijó entre sus brazos. Por fin la tenía de vuelta y ahora no la dejaría alejarse nunca más.
_ Estoy feliz de estar en casa _ contestó ella, aferrada a su fuerte pecho.
_ Vamos pequeña, mamá preparó una gran fiesta en tu honor _ ella puso cara de fastidio, no tenía ganas de fiestas _ No todos los días regresa su niña mimada de su arduo entrenamiento, no te enfades, ella solo está feliz _ dijo tocando su nariz con amor _ además te tardaste más de lo acordado _ agregó risueño.
El apuesto hombre ayudo a la niña a subir en su hermoso auto y acto seguido todos los hombres que estaban a su alrededor con lentes oscuros y trajes, se montaron en los Hammer y todo el convoy partió hacia la zona más cara de Ciudad M, a La Dorada, la hermosa e impresionantemente grande Villa de la familia Kovacs.
Hace aproximadamente 50 años, el Joven Laureano Kovacs decidió realizar un largo y placentero viaje alrededor del mundo. Él era un hombre extremadamente rico, hijo de una de las familias más prominentes del mundo. Su vida entera era la empresa y su familia, pero al ser el menor la tradición familiar indicaba que su hermano mayor tomaría el control de todo. Este era todo lo contrario, era licencioso, con una vida plagada de excesos, en las que no hacía más que dilapidar la fortuna familiar. Pero su padre, fiel creyente del cambio de su primogénito, lo casó con una hermosa mujer que era nada más y nada menos que la amada de Laureano.El joven estaba destrozado, su padre no lo consideraba siendo el único que cuidaba de los bienes familiares, su madre estaba completamente anulada, ya que las mujeres solo servían para atender a su marido y verse siempre hermosas; y para completar, la mujer que juraba amarlo se casó con su hermano, también jurando amarlo, dejando en claro que solo amaba la
Frente a él se encontraba un hombre de barbas blancas y que parecía cargar con toda la sabiduría del mundo sobre su espalda. Su parecido con los dos anteriores era increíble. Pero lo que lo dejó perplejo fue la bondad que se escondía detrás de su mirada cálida y su sonrisa franca._ Buenos días Laureano, soy Becket, el primero _ dijo con un tono tranquilizador y una postura muy relajada. Estiró su mano la que fue tomada con una sonrisa por Laureano._ Es un gusto señor Becket, gracias por salvarme la vida _ dijo el forastero con verdadero sentimiento de gratitud._ Buuueenno… _ dijo el hombre algo apenado y rascando su nuca como si sintiera algo de vergüenza._ En realidad usted tiene suerte de que Esmeralda estuviera volviendo de su viaje de iniciación _ estas palabras dejaron desconcertado al joven _ si ella no hubiera pasado por allí en el momento justo en que su cuerpo estaba por cederle paso a la muerte usted ya no estaría en este mundo _ contestó con sinceridad._ Oh, entonces e
Lara miraba emocionada a su hermano. Él era su héroe, su ejemplo a seguir y por eso estaba segura de que tendría la misma suerte que él y encontraría el amor verdadero en su travesía._ ¿Qué se le está ocurriendo a esa revoltosa cabeza? _ pregunto el hombre mirando con amor a su hermanita, que se encontraba sentada junto a él en su auto._ Solo pienso…_ dijo ella con melancolía._ Mmm…algo te tiene mal y lo sé, solo espero que sepas que me puedes contar lo que sea, yo siempre te voy a apoyar _ Adriano sabía que su hermana estaba un poco melancólica y en realidad eso era algo normal después de esos años de entrenamiento. A él no le ocurrió porque volvió con su más preciado tesoro.Ella movió de forma afirmativa su cabeza con una dulce sonrisa en respuesta a su hermano._ En realidad estoy muy feliz de estar en casa _ dijo ella brillante de felicidad. Era hora de avanzar y continuar su camino._ Esa es mi pequeña hermanita. Todos están deseosos de verte y tu ahijado ni se diga, te ha ex
En el lujoso salón de eventos de La Dorada se encontraban reunidos los socios y familiares de la familia Kovacs. También se encontraba la prensa local que se encargaría de dar la noticia al mundo entero.Todos estaban ansiosos por conocer al fin a la heredera de la familia. Lara Kovacs no había sido presentada en sociedad, todos sabían de su existencia pero nadie sabía cómo lucía ella ya que nunca había sido fotografiada ni entrevistada. Ellos mantenían las identidades en secreto hasta que el período de iniciación finalizaba. Esto era lo lógico ya que era una familia sumamente poderosa a nivel mundial, con conexiones que llegaban incluso a los gobiernos de los diferentes países.Lara estaba nerviosa, y hasta asustada. Ella sabía que esto era lo que iba a ocurrir al volver. Se celebraba el éxito obtenido, que volviera más sabia, más madura, con experiencia en la vida y con el temple necesario para poder asumir su lugar de la manera más adecuada posible._ Lara mi vida, creo que ya es m
Mientras la fiesta tenía lugar Aarón Miller se encontraba sentado en un bar bebiendo. Era ya la segunda botella que le daban y estaba bastante ebrio. En su pequeña cabeza no se podía imaginar por qué Lara había hecho semejante cosa ¿Qué le había pasado a la mujer que besaba el suelo que él pisaba?El lugar en el que se encontraba no era de la más alta calidad, muy por el contrario era bastante bajo ya que él no quería ser reconocido por nadie mientras bebía. Muchas mujeres dedicadas al trabajo más antiguo del mundo se acercaban a él para brindarle el placer de su compañía pero las rechazaba a todas ya que jamás le sería infiel a su amada Amelia.Envuelto en la ensoñación que le acababa de dar recordar a su adorada, cerró los ojos para degustar de esta manera del hermoso recuerdo de sus besos, pero como una maldición los besos que pudo rememorar fueron los de su ex esposa. Lo abrió abruptamente y, como un castigo divino, tuvo frente a sus ojos la imagen de su amada sentada sobre las pi
La fiesta continuaba de la mejor manera y ellas seguían en su tertulia de la mejor manera.Todos voltearon a ver a esas niñas que no habían hecho más que chismear y reír toda la velada y tanto para los Kovacs como para los Holt eso era lo más importante, la felicidad de esas dos grandes amigas que se habían extrañado horrores cuando se apartaron durante esos años._ Bueno, pero fue bastante interesante la revelación de ese día, los vimos tener sexo con Fabricio en vivo y en directo _ Lara se puso muy colorada al recordar ese momento, fue bochornoso y además una gran desilusión para una niña que como ella estaba deslumbrada por el apuesto hermano de su amiga._ ¡Lara! _ volvió a gritar Ani _ no los vimos tener sexo en sí..._ ¿Cómo qué no? _ Que Ani siguiera negando lo obvio le molestaba _ estaban los dos con sus pantalones abajo, uno delante del otro y por la posición era muy obvio lo que ocurría. No te atrevas a negarlo _ agregó finalmente señalando a su amiga con un dedo de manera a
Como era de esperarse, al día siguiente toda Ciudad M estaba al tanto de lo acontecido en la fiesta de presentación. Los fanáticos de la socialité miraban ávidos de noticias todos los portales buscando los detalles y chismes más jugosos, sobre todo lo que se refería a la nueva heredera que era realmente una mujer hermosa y sumamente afortunada ya que ella, siendo tan joven, sería la encargada de la constructora más importante de la región.Los rayos del sol acariciaban tiernamente el rostro de Lara que se negaba a abrir sus hermosos ojos esa mañana. Estaba, no solo cansada, sino también, en paz consigo misma y con el mundo. Ya no debía nada y, por lo tanto, nada temía. Ella era una buena niña y como tal estaba segura que la vida le sonreiría en el futuro.Se levantó con mucha pereza, pero sabía que si no lo hacía entrarían a su habitación y la sacarían de un tirón de la cama y…dicho y hecho, mientras ella estaba en el baño la puerta fue abierta y los gritos de felicidad de su familia
En ciudad A una mujer de cabellos negros tomaba tranquilamente un café. Tenía su teléfono celular en la mano y una sonrisa burlona en la boca considerando lo ocurrido la noche anterior. Casi fue descubierta por Aarón, es bueno que haya tenido los reflejos suficientes como para poder salir de esa sin salir de esa sin demasiados problemas.Mientras que miraba las noticias de la socialité de Ciudad M, vio una foto que la dejó perpleja. En ella podía ver a una joven que era muy similar a ella, casi su propio reflejo. Leyó con ávido interés y el contenido de la nota la dejó helada. Lara Kovacs, la heredera; eran los titulares, con algunas modificaciones, de los portales de todos los medios tanto económicos como sociales. Este había sido el gran evento de la semana, el mes e incluso, tal vez, el año.De inmediato, la astuta mujer ató cabos. Esa no podía ser otra que su sustituta, se dijo y una larga y sonoro carcajada se dejó oír en todo el lugar.Valla que Aarón era idiota, había estado cas