Hay momentos en la vida en el que las personas debemos de aprender a soltar. No siempre la familia sanguínea ama incondicionalmente, no siempre hay que perdonar y aceptar todo sin miramientos. Esmeralda había sufrido grandemente por culpa de su hermana, sin embargo ella necesitaba sentir, al final de su vida, que su hermana seguía presente, de alguna manera, en la persona de Amelia. Ella no podía entender el gran error que estaba cometiendo y no sería hasta que fuera demasiado tarde que se daría cuenta.Pero el resto de la familia, incluido Viggo, sabían perfectamente que esa mujer no era más que una serpiente disfrazada de oveja. Ella intentaba disimular su odio y resentimiento, pero era visible para todos menos para la destinataria de ese vil sentimiento.Amelia gimoteaba y se abrazaba a Esmeralda, también pedía perdón a Lara y a todos en general por su mal comportamiento. La rubia la observaba con el ceño fruncido, ella no se tragaba ese cuento, ella sabía muy bien que la serpiente
_ Todo está perfecto con su embarazo _ dijo una feliz doctora _ es una niña, y estoy segura de que será la princesa de la familia _ agregó con una gran sonrisa en los labios.Fabricio miraba embobado la pantalla donde minutos antes había podido observar las imágenes de su futura hija. Una niña, la princesa de papá. Esperaba que fuera idéntica a su madre, con sus hermosos cabellos rojos y ese brillo radiante en sus ojos que la hacían relucir tanto como un sol. Ellas se habían convertido en su mundo completo y ahora podían ser felices sin fantasmas del pasado pululando por destruir su amor.Anastasia estaba fascinada con tener una nena. Su pequeña se escabullía en todas las ecografías y no se había dejado ver, ahora, con 7 meses de embarazo por fin podía conocer su sexo y eso le encantaba, ella quería correr a una tienda de bebes y comprar muchas cosas para su pequeña, algo que también Fabricio pensaba hacer.Ambos salieron felices, con la foto de su hija en las manos, caminaron unos cu
Cuando se llega al final de la vida nos damos cuenta de lo corta que es y de lo inexorable de la llegada de la muerte. Es en ese momento, cuando estamos al final de nuestros días en la tierra cunado comprendemos que no somos más que un montón de decisiones.Todo lo vivido, todo lo llorado, todo lo reído, todo lo corrido y todo lo esperado, no son más que el cúmulo de las decisiones que tomamos. Cada una de ellas nos abre el abanico de infinitas posibilidades, y también deja de lado otras infinitas posibilidades. Ese es el camino y ese es el destino de todo ser humano, elegir.Esmeralda acababa de tomar una decisión, una que la llevaría, sin retorno hacia el abismo y ella se dirigía allí con los brazos abiertos y una enorme sonrisa en los labios. Al parecer ella estaba decidida a continuar por ese camino de perdición, estaba tomando, literalmente las últimas y más erradas decisiones de su vida._ Tranquila mi niña _ dijo tomando la mano de Amelia mientras que la ambulancia se dirigía a
Viggo ingresó a la habitación de su esposa. Ella estaba aún dormida, su rostro se veía pálido, pero tranquilo. Había sufrido bastante y estaba demasiado cansada por el esfuerzo ya que sus apresurados retoños habían nacido de manera natural, por lo que ahora descansaba plácidamente. Ella podría ver a los bebes en cuanto abriera los ojos, después de todo la voz y el calor de mamá podría ayudar a que ellos se recuperaran de la mejor manera y lo más pronto posible.Viggo solo se sentó en silencio en la silla que estaba junto a su cama y la observó durante algún tiempo. Estaba sufriendo, pero su padre tenía razón, ahora debía estar más fuerte que nunca para poder sostenerla a ella y juntos salir adelante._ Vig…Viggo _ se escuchó una tenue voz en la sala _ Viggo…mis bebes _ dijo ahora Lara tocando su vientre que ya no se sentía tan abultado._ Tranquila mi pequeño ángel…ellos están en la incubadora _ él ni iba a mentirle, pero quizá no era necesaria toda la verdad _ ellos ya nacieron, pero
_ Es mi culpa _ dijo Esmeralda aún abrazada al pecho de su marido _ todo esto es mi culpa _ repetía una y otra vez sin cesar._ Shhh _ calmaba su marido con cariño _ en todo caso es culpa de los dos…yo jamás imaginé que pudiera pasar algo así…no sé si ellos entenderán nuestras razones y si podrán perdonarnos por este engaño…Mientras que el hombre hablaba la puerta fue abierta de golpe y una sombría figura ingresó por ella. Viggo miraba a ambos ancianos tirados en el suelo y sentía que las cosas eran aún más complicadas de lo que él estaba vislumbrando._ Quisiera que me expliquen… ¿Cuál engaño? _ dijo con el ceño fruncido y la mirada oscurecida.Laureano observó detenidamente a su esposa y soltó un sonoro suspiro, las cosas habían llegado demasiado lejos, su intento de proteger y desenmascarar había dado resultados diametralmente opuestos a los esperados._ ¿Has escuchado la frase: “mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca”? _ preguntó el viejo y Viggo sintió que algo
Los días habían transcurrido con aparente calma. Lara y Amelia aún permanecían internadas, aunque ellas no se cruzaron en ningún momento en el sector de neonatología y es que Amelia no se había dignado en ver a sus bebes en ningún momento. Sus niñas ya estaban muy bien, con peso óptimo por lo que se calculaba que en escasos dos días más le darían el alta.Los gorditos de Lara estaban creciendo a pasos agigantados. Su preciosa madre y su padre iban cada tres horas a verlos, como lo habían acordado con el neonatólogo. Ellos les hablaban y los mimoseaban, todo lo que fuera necesario para que los retoños estén convencidos de que sus padres los aman con locura.Aarón estaba impaciente, esperaba con ansias el resultado del ADN, el problema es que estaba seguro de que si era positivo sería obligado a casarse con Amelia y eso no lo convencía en demasía. Lo que él no sabía es que ella tampoco estaba feliz con eso, en realidad, en ese momento, no le interesaba en lo más mínimo casarse con él. E
Los días corrían rápido. Todos estaban enfocados en sus respectivas circunstancias. Había muchos problemas que resolver y demasiadas situaciones difíciles que requerían de atención inmediata.Esmeralda se había mantenido junto a Amelia y separada de la familia. Incluso se había mudado a un hotel durante esos días. Había tenido que escabullirse para poder ver a sus nietos y estar junto a su marido y Viggo, quien ya estaba involucrado en toda la situación. Ellos habían buscado información y encaminado la investigación en la dirección adecuada. Cada paso que daban descubrían más y más atrocidades cometidas por ese hombre, pero no lograban llegar al centro de la situación y ese era el por qué. Sabían que había desprecio, sabían que había ambición, sabían que había sed de venganza…lo que no sabían era el motivo, pero ahora tampoco les importaba, solo necesitaban encontrarlo y destruirlo…nada más que eso.Mientras esto ocurría con ellos, entre las sombras se habían comenzado a desplegar los
Aarón había llegado con premura a La Dorada. Estaba desesperado por contar aquello que sabía y lo que había visto. Esperaba que en el lugar hubiera un imponente despliegue de seguridad, pero lo que se encontró fue aún mayor.Un ejército completo se había apostado en la zona y hombres fuertemente armados custodiaban todo. Le fue difícil, casi imposible que le permitieran el ingreso, pero finalmente lo consiguió._ Señor Miller creo que no ha elegido el mejor momento para realizar visitas de cortesía _ le dijo Baltasar en cuanto lo vio._ Mi visita no es de cortesía…yo vi todo…escuché a Amelia…_ las palabras se le habían atorado en la garganta y el miedo que sentía en ese momento lo había paralizado. Nunca en su vida se imaginó ver una escena así. Parecía todo sacado de una película de acción, pero no lo era…eso era peor que una película de acción y lo peor es que era su propia vida.Baltasar lo observó con detenimiento, no estaba seguro de si podía o no confiar en ese hombre, después de