Los recuerdos de ese día en la casa de su abuelo aún rondaban en su cabeza. Él no era tonto, toda esa situación era demasiado extraña, además de que él sabía la historia entre Esmeralda y su hermana Gema y se le hacía muy casual cómo todo había ocurrido.

_ Si quieres que deje de asfixiar a Holt ¡Quiero la maldita verdad Honorato! _ Fueron las duras palabras que terminaron por bajar las barreras del viejo.

El anciano lo miró por un segundo, miles de recuerdos surcaron su mente. En el pasado no había sido para nada un santo, seguía sin serlo. Pero una vez amo, solo una amó de verdad y esa mujer no hizo más que utilizarlo y destrozar su corazón. Desde ese día, con la misma intensidad que la amo, la odio, y con ella odio todo lo que tan siquiera, tuviera que ver con su nombre.

_ La historia es larga _ comenzó a decir el hombre.

“Estaba en el extranjero. Tenía negocios pendientes y, bueno había salido a tomar una copa en un bar local. Allí la vi, era la mujer más hermosa que mis ojos hayan