Anastasia había esperado pacientemente hasta poder tener a su presa en su poder. Sacarla de la casa del abuelo no era algo sencillo, tenían que tener cuidado porque no sabían si el hombre la protegería, por lo que debían actuar con cautela.Viggo tenía un hombre infiltrado entre la custodia del anciano desde hacía años. Era necesario después de ver todo lo que ese hombre era capaz de hacer, nunca sintió confianza en él después de todo._ Bienvenida Mina _ dijo la joven de manera burlona _ espero que estés disfrutando de nuestra hospitalidad _ agregó con una cínica sonrisa._ ¡Por favor, déjenme ir! _ gritó nuevamente la adormecida mujer _ juro que nunca más volveré a estar frente a ustedes, solo me iré muy lejos _ aseguraba llorando de manera lastimera._ ¡Oh! ¿Es así? _ dijo Anastasia acariciando su mentón como si estuviera considerando lo que la otra decía._ ¡Fabricio! _ gritó ahora Mina viendo al que ella consideraba su amor _ Mi Fabri no dejes que esta loca mujer me lastime, mira
Aarón llegaba muy cansado a la Villa. Ese día había sido demasiado agotador, en realidad las últimas semanas habían sido agotadoras. Le estaba costando demasiado lograr mantener a flote tanto Industrias Miller como Holt. Él era muy bueno en los negocios, pero había sufrido de los ataques constantes, tanto de Viggo como de los Kovacs. Suspiraba entre frustrado y feliz, ese día había logrado algunos contratos destacables que lo ayudarían a salir un poco del pozo.Viggo había decidido dejar de asfixiar la compañía de su abuelo, ahora estaba seguro de que el anciano recibiría un castigo mucho mayor que la pérdida de esa compañía, y es que de la manera en que las cosas se estaban desarrollando era claro que vendrían duros golpes para él.Tras atravesar la puerta de su habitación, Aarón se encontró con algo que no esperaba ver en lo más mínimo. Acostada sobre su cama, con una diminuta lencería cubriendo su cuerpo, aunque no su abultado vientre, se encontraba Amelia que no había logrado que
Hay momento en la vida que son mágicos, momentos en los que piensas que todo aquello que querías está por fin al alcance de la mano. Son esos momentos los que causan gran expectación, y también gran alegría.Ese era el momento que tanto Arturo como Franco estaban viviendo. Ellos habían deseado con desesperación a Lara en cuanto la vieron y no soportaban la idea de no poder tenerla. Franco intentó con su sustituta, después de todo ella estaba al alcance de la mano, pero no sirvió. Cuando estaba con Amelia solo podía pensar en la rubia que le robaba el aliento y lo volvía loco.Es así como ambos ingresaron en la bodega considerando que por fin, aquello que tanto querían, se haría posible. Incluso habían hecho un juego para ver quien iría primero, y el feliz ganador caminaba a paso decidido y firme al lugar, seguido por el otro que no quería perderse el espectáculo.Fue solo un momento…unos segundos, entrar y ver y comprender…que todo lo que creían cierto era una vil y vulgar mentira.At
Dicen que lo inesperado es lo que nos cambia la vida, y eso era lo que en ese momento le ocurría a Arturo y Franco. Ellos pensaban que iban a salirse con la suya, que iban a lograr abusar de Lara y cometer todas las atrocidades que se les había ocurrido, y en cambio, se encontraron con que ellos serían las presas de unos hombres grandes, fuertes y muy libidinosos que los miraban con ganas de devorarlos._ ¡Esperen!…no lo hagan _ gritó Franco desesperado _ esto es un delito, no pueden hacernos nada, irán presos _ decía intentando persuadir.Lara y Viggo escuchaban los gritos desgarrados mientras se encaminaban a la puerta. Les parecía irónico como estos hombres ahora apelaban a la ley y la justicia cuando ellos habían sido los que planeaban secuestrar a Lara para abusar de ella a gusto y placer.Ellos caminaron con calma, los gritos se hicieron cada vez más desgarradores, hasta que, ya una vez sobre el auto se dejaron de escuchar._ ¿Estás bien mi amor? _ preguntó Viggo observando a su
Ese día ellas decidieron que no harían ninguna visita. Estaban convencidas de que lo mejor sería dejarlos descansar, era bueno darles un poco de esperanza, aunque solo sería un poco ya que al día siguiente volverían por ellos.La muestra de cabello fue llevada al laboratorio, también tenían una de Esmeralda, solo faltaba la del anciano y de obtenerla se debía encargar el propio Viggo. El viejo Holt no permitía que nadie ingresara a su casa, por lo que no había podido infiltrar a ninguno de sus hombres dentro de la Villa, solo había logrado que ingresaran como personal que custodia el perímetro y ellos jamás lograban acercarse a Honorato.El viejo Holt bebía un delicioso café mientras que escuchaba los informes de Aarón sobre la marcha de los negocios. El anciano escuchaba atento, al parecer su nieto lo había dejado de lado, por lo menos por un tiempo, ya que no seguían recibiendo sus fuertes ataques comerciales.Si hay algo que tenía que reconocer el hombre era que Aarón era muy hábil
Mina llevaba días encerrada en ese sucio lugar. Ella estaba en un estado más que lamentable, sus heridas estaban sucias y llenas de humedad, lo que significaba que una fuerte infección comenzaría a carcomerla dentro de poco, literalmente, ella comenzaría a pudrirse. El olor era nauseabundo, y las moscas pululaban por todo el lugar posándose descaradamente en su cuerpo y en sus heridas sangrantes. El horror vivido la hacía llorar de manera descontrolada, sumado al profundo dolor que sentía tanto por las ataduras, como por los golpes y la tortura recibida dos días antes.Quería morir, ansiaba la muerte como nunca antes ansió otra cosa. Seguir con vida era una constante tortura y ella ya no quería que continuaran jugando con su cuerpo de esa manera. Cerró los ojos con fuerza, quizá si lo hacía al abrirlos descubriera que todo no había sido más que una espantosa pesadilla, pero al abrirlos seguía allí, bañada de sus propios deshechos, oliendo a ellos y llena de insectos que habían hecho d
El karma había llegado a la vida de estos hombres de una manera increíblemente dolorosa. Ellos, que se creían intocables, inmortales, dioses de los destinos de los más débiles, estaban recibiendo un poco de todo lo que habían hecho. Esto solo era una pizca, una nimiedad, al lado del daño que ellos habían infringido en otros. Hombres, mujeres y niños habían padecido bajo el influjo de la mafia que Franco y Arturo Puentes comandaban. Ellos no eran los más poderosos, pero sí eran muy prolíficos y habían logrado extender en gran manera sus dominios. Se habían logrado posicionar y comenzaban a ser respetados por todos, justo antes de que todo terminara de esta manera.Arturo sintió una mirada intensa sobre él. Con mucho cuidado, intentando mover lo menos posible su adolorido cuerpo. Abrió los ojos y buscó fijar la vista en la persona que se encontraba en esa habitación. Cuando por fin lo consiguió se encontró con el rostro sarcástico de ella. Sus hermosos ojos esmeralda lo recorrían de arr
Los destinos de Mina, Franco y Arturo habían sido sellados por su propia maldad. La familia Miller estaba preocupada por su hijo menor, pero también estaban acostumbrados a que desapareciera sin dejar rastros por lo que no se sorprendieron de que se haya marchado tan de repente, pensaban que en cualquier momento haría su arribo en el lugar como siempre ocurría.Amelia y Ana estaban más que molestas. Todos sus planes e intentos por deshacerse de Lara y Anastasia habían fracasado y ellas seguían siendo el hazmerreír de todo el mundo.Las imágenes del último encuentro se habían virilizado e innumerables memes con la foto de unos pajarracos bulliciosos con el rostro de Amelia y Ana circulaban por todos los sitios de humor y todas las redes sociales. Ellas eran conocidas como las hurracas molestas y así las fotografiaban en la calle, ocasionando que no pudieran moverse un solo centímetro fuera de la Villa. La situación era verdaderamente graciosa para todos, menos para ellas dos.Aarón se