Ese lunes Areliz llegó a su trabajo más que decidida a enfrentar a Noah y pedirle más tiempo para su maldita prueba y así poder poner en marcha el plan que trazó con sus mejores amigos Dylan y Fabia, sin embargo, se había olvidado de un pequeño detalle, y ese detalle fue Remy yendo temprano a su oficina para llevarle un café con su sonrisa radiante de siempre. Palideció al verlo, recordando que ahora estaban saliendo. Y, si bien no se había comprometido en nada con él, sí que le había dicho que quería darle una oportunidad en serio, que quería hacer las cosas bien y averiguar si podían ser una pareja a futuro si los sentimientos surgían, y ahora se suponía que esta misma semana tenía que besar a Dylan en televisión y decirle a todo el mundo que estaba embarazada de él. Se quedó totalmente congelada al verlo, y Remy de inmediato la miró preocupado. —¿Es… estás bien? Me miras como si fuera un fantasma andrajoso que entró arrastrando sus cadenas, a punto de condenarte a ser visita
Una vez zanjado el asunto con Remy, Areliz se sintió mucho más tranquila y pudo concentrarse en la tarea que le habían encomendado sus amigos para seguir adelante con su plan para librarse de Noah y no dejar que le quitara a su hijo. Aunque, para ser sincera, no estaba segura de si tendría que lidiar con él hoy. Dylan y Fabia le recomendaron esperar a que fuera Noah el que la contactara para obtener su respuesta respecto a su propuesta de la prueba de paternidad forzosa que quería hacerse con Nick, ya que después de todo lo que buscaban con esto era justamente ganar más tiempo para hacer su jugada y tratar de salir librados. Noah le llevó obedientemente la malteada del día al final de su turno, con una mirada que decía claramente que estaba esperando una respuesta, pero no la interrogó al verla en silencio, solo se fue y la dejó allí, haciéndola suspirar aliviada al ver que tenía por lo menos otro día antes de tener que comenzar a darle excusas aun diciéndole que estaba de acuerdo
Noah la había acorralado, dispuesto a exigirle respuestas respecto a su idea salida de la nada de el de repente querer tomar una prueba de paternidad después de dos años rechazandola tanto a ella como a su hijo.—Noah… la verdad no sé por qué… por qué estás sospechando tan de repente. —Carraspeó, intentando fingir que no le preocupaba demasiado el tema—. Pero bueno… si quieres sacarte la duda… está bien, haremos la prueba de paternidad… Él la miró sorprendido, luciendo como si no se hubiera esperado en lo absoluto su respuesta. —¿En serio aceptas la…? Quiero decir, bien, me alegra que accedas. —Carraspeó—. Entonces, ¿cuándo puedes traer a… a Nick para la prueba? —Oh, de hecho… Nick no se siente del todo bien, está en cama y creo que podría pasar unos días así, ¿estás bien con hacer la prueba el fin de semana o cuando se sienta mejor? —Luchó por hablar de la forma más normal posible, pero no pudo evitar apretar los puños con nerviosismo, preguntándose si él le creería. —Claro, está
Areliz estaba muy confundida después de haber hablado con Teo. Antes de esa conversación, había estado segura, aunque nerviosa, de lo que tenía que hacer, pero ahora se estaba replanteando todo. Teo y Nia eran personas a las que apreciaba mucho independientemente de la relación que tenían con su ex marido, y ahora Teo le estaba pidiendo que eligiera entre él y Nia. No sabía qué hacer. Apenas llegó a su casa, llamó de inmediato a Dylan y a Fabia, dispuesta a contarles todo. Ellos la escucharon con las mandíbulas desencajadas y los ojos casi queriendo escaparse de sus cuencas por la sorpresa. —Siempre supe que a Teo le caía mal Nia… pero esto es demasiado. —Dylan frotó sus sienes—. La verdad me ha puesto en una encrucijada, no tengo idea de a quién creerle. —No me digas eso… —Areliz lo miró angustiada mientras le servía su merienda a Nick—. Yo soy la que está en una encrucijada y sin saber a quién creerle, los llame para que me ayuden a tomar una decisión. —Yo no puedo ayud
—Muy bien… —Dylan carraspeó ruidosamente, viéndose tan nervioso como Areliz se sentía—. Lizzy, creo… que debemos plantearnos muy seriamente qué haremos ahora. Porque si eliges creerle a Teo… tienes mucho que perder. Ella se abrazó a sí misma, asintiendo. —Lo sé, yo… no quería creerle… también porque… saben que quiero mucho a Nia… no la creo capaz de mentirme en algo así… —Bueno, pero si Nia quiere más a Emma de lo que te quiere a ti, entonces le conviene deshacerse de ti para quedarse con su cuñada soñada —comentó Fabia con rostro ceñudo. —Sí, pero tú no conociste a Nia, era un encanto —acotó Dylan—. Todo el que la conoce la adora, ella siempre trata de ser neutral, de llevarse bien con todos, siempre es linda y dulce, hace sentir a todos a gusto, por eso todos la adoramos, pero es cierto que Teo siempre la detestó, aunque nunca quiso decir por qué, quizás por que sabía que nadie le iba a creer… pero es posible que Nia sea falsa, es difícil de creer que alguien pueda ser tan perf
—¿Crees que Noah, el hombre al que tanto amaste, el padre de tu hijo… es capaz de quitarte a tu hijo de esa forma tan cruel si descubre que se equivocó? ¿Lo crees capaz de eso de verdad? Areliz se quedó en silencio un momento—Noah… me amenazó con quitarme a Nick para que yo aceptara tratar a Emma… aunque luego dijo que realmente no quería quitármelo, pero también dijo que no querría quitármelo por que no sabría qué hacer con un niño que no es de su sangre. —Su rostro se retorció con amargura—. Si me hubieras preguntado eso antes de que él me obligara a cuidar a Emma amenazándome con mi hijo, te habría dicho que no, que no lo creía capaz, pero ahora sí… lo creo capaz. —Pero… por otro lado… Noah está firmemente convencido de que nuestro angelito Nick no es suyo, que tú lo traicionaste… pero antes de eso, antes de creerse esa tontería, Noah era muy devoto a ti, Lizzy… —comentó Dylan con una mueca pensativa—. Si supiera la verdad, sabría que nunca lo traicionaste, sabría que él se equ
Al escuchar a Areliz preguntarle si esta vez pensaba creerle luego de confesar por fin la verdad de que sí era el padre de Nick, Noah la miro con la boca abiertisima, sin poder creer que lo estuviera admitiendo abiertamente luego de haber asegurado en varias ocasiones tanto a él como a su madre Agatha que Dylan era el padre de su hijo como tanto la acusaron, pero ahora ella ya no iba a mentir más, iba a hacer que él supiera la verdad, iba a ser sincera y dejaría que pasará lo que tuviera que pasar, estaba harta de mentiras, aquí se terminaba el circo de falsedades, incluso si no le creía, ella iba a decir la verdad.—Areliz… entonces… entonces… —Noah se levantó lentamente de su escritorio, con las manos apoyados en la superficie de madera de roble de su escritorio, con la boca abierta y los ojos clavados en ella—. ¿Entonces es verdad que…? —¡Te lo dije, hermano! —Nia de repente se adelantó a adentrarse más en la oficina y se abrazo al brazo de su hermano mayor con algo de brusquedad,
Areliz no podía creerlo, pero parecía ser que Noah finalmente había entrado en razón... que él finalmente estaba dispuesto a escucharla después de estos dos años rechazandola y rechazando a su hijo todo a causa de maldito orgullo y su enorme ego, pero por fin parecía haber recapacitado, y si en verdad recapacitó... entonces ella estaba dispuesta a darle una oportunidad, no para volver a ser su pareja, pero si para ser el padre que su Nick siempre mereció.—Noah… si lo que dices es cierto… si de verdad estás dispuesto a escucharme… —Areliz retrocedió unos pasos, ya que estaba demasiado nerviosa al tener las manos de Noah en sus mejillas—. Entonces yo… yo estoy dispuesta a dejar todos los rencores atrás… y si te comprometes a ser un buen padre para Nick… estoy dispuesta a tener custodia compartida. ¡Pero Noah, debes jurarme que no querrás quitarme a mi hijo nunca! ¡Me lo debes de jurar! Noah bajó la cabeza, antes de mirar de reojo a Nia, que estaba pálida y parecía no saber qué decir.