La puerta de la oficina de Noah se abrió de golpe de pronto, llenando con un fuerte ruido la antes silenciosa oficina de la clínica privada, y Nia entró a paso rápido, sus tacones resonando en el suelo de madera pulida, con su madre detrás siguiéndola muy de cerca, las dos con expresiones llenas de angustia, o quizás de miedo por haber sido descubiertas con las manos en la masa. Habían llegado bastante rápido a la clínica desde la mansión, más rápido de lo que Teo había estado esperando de ellas, aunque la verdad era que Noah llevaba como media hora ahogado en su miseria y arrepentimiento por sus tontos errores que nunca quiso reconocer sino hasta que tuvo la prueba en mano. —¡Hermano! —exclamó Nia, mirándolo con lágrimas en los ojos, lágrimas que Teo estaba totalmente seguro de que eran falsas. Noah alzó la cabeza, mirando a su madre y a su hermana como si no pudiera reconocerlas. —¿Cómo se atreven a ocultarme esto? —preguntó lentamente, con esa voz lenta y peligrosa que usaba
Era sábado y Areliz había decidido salir al parque con su hijo y con Remy. Se sentó con Remy en una banca y se pusieron a conversar mientras vigilaban a Nick que ahora mismo se había hecho amiguito de otro niño y estaban jugando entre los columpios y sube y bajas. Areliz se sentía bastante tranquila, pese a todo lo que había pasado últimamente de haber tenido que soportar a Emma haciendo un drama para aceptar la medicación, igual lo más importante era que por fin aceptó y ahora, si eso funcionaba, finalmente podría librarse de ese trabajo que tanto estrés le generaba y así poder sacar a Noah Cobain y todos sus allegados de su vida de una buena vez por todas. Areliz decidió dejar de pensar en eso y concentrarse más en el parque, en Remy y en Nick, concentrándose mejor en cosas más pequeñas pero placenteras como el disfrutar del cálido sol que acariciaba su piel. Sus ojos se posaron en su pequeño Nick, que con sus dos años de edad exploraba el área de juegos con una gran curiosidad.
Areliz estaba a punto de dejar que su hijo regresara a los juegos cuando de repente esa sensación de estar siendo observada regreso, pero esta vez no fue solo un presentimiento, esta vez le bastó con mirar a su costado y allí lo vio… a Noah… Noah se erguía en medio del alegre parque al que Areliz siempre concurría, su figura destacando entre la naturaleza circundante como un faro de elegancia. Su vestimenta refinada atraía las miradas curiosas de los paseantes que pasaban a su lado, incluso de varios niños pequeños. El traje oscuro que lucía parecía haber sido cuidadosamente moldeado a su figura, enfatizando sus líneas esbeltas y su porte distinguido. Él siempre destacaba por su elegancia, y hasta Nick volteó su cabecita para buscar en qué estaba distraída su madre, encontrando así a Noah y mirándolo muy atentamente. Areliz abrazó más a Nick contra su pecho, pero fue incapaz de dejar de mirar a su ex. La chaqueta de corte impecable que abrazaba sus hombros con una precisión metic
—¡Espera! —Areliz se dio la vuelta por completo y regreso sobre sus pasos—. E… espera… ¿Por qué… por qué estás diciendo que…? —Estaba demasiado pálida, y solo pudo palidecer más al ver en el rostro de Noah que hablaba completamente en serio. De verdad que no lo entendía. ¿Por qué estaba haciendo esto ahora? ¡Ya tuvo la oportunidad de exigir la prueba de paternidad antes y nunca le intereso! ¿Por qué ahora? ¡¿Por qué no se cansaba de atormentarla?! —¿Por qué, Noah? —Negó con la cabeza—. Ya… Ya dije que es hijo de… de Dylan… ¡Es lo que tú siempre quisiste escuchar, así que ahí lo tienes, ya déjame en paz! Noah tensó la mandíbula, pero antes de que pudiera responderle algo Nick habló, un poco preocupado por escucharla gritar tan de repente. —¿Mami? ¿Mami enojada? —La miró con los ojos muy abiertos. Areliz se sintió culpable de inmediato y se obligó a sonreírle para intentar calmarlo. —No, no, mi amor, mami no está enojada. E… es solo que… Mami ahora tiene que hablar con… con est
Areliz, después de tomar varias respiraciones para bajar el montón de nervios que estaba volviendo un caos su mente, volvió a donde estaban Remy y Nick y de inmediato tomó a su hijo en sus brazos, mirando con preocupación a su amigo enfermero. —Yo… S… sé que habíamos dicho que luego de jugar en el parque íbamos a ir a comer a algún lado, pe… pero… no creo que… Ahora mismo no es una buena idea que… —No es un buen momento, entiendo. Por favor no te preocupes por darme explicaciones, puedo ver que el asunto es muy delicado. —Remy asintió con una mirada comprensiva que la ayudo a sentirse ligeramente mejor aunque sea en pequeña medida—. ¿Quieres que te lleve a casa? Areliz asintió y volvieron al auto ante la mirada confundida de Nick, aunque por suerte Areliz logró distraerlo dándole uno de sus juguetitos. Cuando llegaron a su casa, Remy se bajó con ella y le preguntó si había algo que podía hacer para ayudarla, o si quería que se quedara a apoyarla en algo para que no estuviera sol
—Entonces… —Dylan terminó de revolver su segunda taza de café y le dio un buen sorbo—. El plan que mejor podría salirnos es falsificar una prueba de paternidad entre nuestro Nicky bebecito divino y yo como su falso papi paps~. Sería una buena estrategia, pero no sé si funcione~, sin mencionar que si nos descubren podría irnos muy mal. —Es verdad, tengo mucho que perder intentando algo tan inmoral… —Areliz se llevó ambas manos a la cabeza. —Sí, pero tienes más que perder si tu ex descubre la verdad y te quita a tu hijo —le recordó Fabia, todavía muy preocupada por la situación. —Lo sé, lo sé, pero no tengo idea de qué puedo hacer, no creo que haya una forma legal y bonita de salir de esto, sé que no será sencillo, pero es que tampoco quisiera hacer algo muy drástico. —Se pasó las manos frenéticamente por su cabello—. Falsificar una prueba de paternidad y presentarla ante un juez suena muy, muy drástico. —Sip, además de que tampoco sabemos si uno de tus amigos doctores estará dispue
Ese lunes Areliz llegó a su trabajo más que decidida a enfrentar a Noah y pedirle más tiempo para su maldita prueba y así poder poner en marcha el plan que trazó con sus mejores amigos Dylan y Fabia, sin embargo, se había olvidado de un pequeño detalle, y ese detalle fue Remy yendo temprano a su oficina para llevarle un café con su sonrisa radiante de siempre. Palideció al verlo, recordando que ahora estaban saliendo. Y, si bien no se había comprometido en nada con él, sí que le había dicho que quería darle una oportunidad en serio, que quería hacer las cosas bien y averiguar si podían ser una pareja a futuro si los sentimientos surgían, y ahora se suponía que esta misma semana tenía que besar a Dylan en televisión y decirle a todo el mundo que estaba embarazada de él. Se quedó totalmente congelada al verlo, y Remy de inmediato la miró preocupado. —¿Es… estás bien? Me miras como si fuera un fantasma andrajoso que entró arrastrando sus cadenas, a punto de condenarte a ser visita
Una vez zanjado el asunto con Remy, Areliz se sintió mucho más tranquila y pudo concentrarse en la tarea que le habían encomendado sus amigos para seguir adelante con su plan para librarse de Noah y no dejar que le quitara a su hijo. Aunque, para ser sincera, no estaba segura de si tendría que lidiar con él hoy. Dylan y Fabia le recomendaron esperar a que fuera Noah el que la contactara para obtener su respuesta respecto a su propuesta de la prueba de paternidad forzosa que quería hacerse con Nick, ya que después de todo lo que buscaban con esto era justamente ganar más tiempo para hacer su jugada y tratar de salir librados. Noah le llevó obedientemente la malteada del día al final de su turno, con una mirada que decía claramente que estaba esperando una respuesta, pero no la interrogó al verla en silencio, solo se fue y la dejó allí, haciéndola suspirar aliviada al ver que tenía por lo menos otro día antes de tener que comenzar a darle excusas aun diciéndole que estaba de acuerdo