Finalmente llegó el lunes y Areliz empezaría a trabajar en su antiguo hospital, aquel en el que trabajaba antes de que Noah la obligara a irse a trabajar a su clínica para tratar la enfermedad de la ahora difunta Emma. Por suerte, también Remy había sido aceptado para volver a su puesto de enfermero, y ambos pudieron reunirse con sus antiguos compañeros de trabajo, los cuales todos tenían preguntas respecto al mediático juicio que Areliz estaba enfrentando ahora por culpa de Nia y sus planes retorcidos de querer hacerla responsable por la muerte de Emma. Como estos eran sus amigos y no retorcidos periodistas, Areliz no tuvo problemas en contarles la verdad, que Nia era una falsa y mentirosa que había armado todo eso por que por alguna razón la odiaba y quería verla sufrir y estaba poniendo mucho dinero y muchas de sus influencias en acabar con ella, todo mientras estaba escondida en algún otro país sin querer dar si quiera la cara. —Lastimosa mente es muy probable que nunca la at
Areliz llegó al juzgado acompañada de Remy, con quién cada vez se sentía más y más cómoda a pesar de que aún no se comparaba a lo que sintió en el pasado por su ex esposo. Al llegar allí se encontró con Noah y el matrimonio de abogados, que ya llevaban algún tiempo esperándolos.El ambiente en el juzgado estaba tenso. Cuando Noah vio a Areliz llegando tomada de la mano de Remy, su rostro se tensó, y miró fijamente a sus manos entrelazadas. Areliz evitó su mirada, decidida a dejar claro que su relación con Remy era lo que estaba en su vida en ese momento, y Noah debía aceptarlo, pero Remy, percibiendo la incomodidad, decidió romper el hielo.Remy dirigió una mirada a Noah y dijo con un tono educado, pero firme: —Hola, Noah. Espero que podamos mantener las cosas civilizadas hoy. Lo siento por los gritos del otro día. Espero que no hayan rencores. Noah asintió, pero su expresión seguía siendo tensa. —Sí, Remy, por supuesto. —Ni siquiera lo miraba, su mirada estaba fija en Areliz, que s
Lo impensable había pasado, el señor Nelson Cobain, contra todo pronóstico, estaba presente en el juicio, allí en medio del resto de los espectadores como si fuera solo otra persona normal, pero Areliz sabía que muy seguramente él estaría allí con un motivo mucho más siniestro, siniestro como él siempre fue con esas miradas y sonrisas intimidantes típicas de su persona. Con el temor de que ese hombre estuviera allí para afectar de forma negativa al juicio, Areliz se acercó a Noah que estaba intentando aparentar normalidad mientras se sentaba en su puesto y entonces ella también se sentó a su lado, inclinando se un poco para susurrarle al oído.—Noah… ¿Qué está haciendo aquí tu padre? ¿No deberían al menos haber dicho en los medios de comunicación ya sea en una revista o en la tele que Nelson Cobain regresa al país? —No podía creer que hubiera pasado tan desapercibido con toda la fama que tenía. —La prensa solo dice lo que mi padre quiere que digan, Liz. —Noah negó con la cabeza, vién
Después de que el testimonio de Agatha no sirviera para nada por culpa de la presencia de su marido el señor Nelson Cobain allí en el tribunal para obviamente intimidarla, Areliz se quedó con el temor de qué tan poderoso podría ser ese hombre... y si era capaz de incluso comprar al juez y al jurado, a pesar de que Noah parecía bastante seguro de que eso no era posible, pero... su padre parecía en verdad muy poderoso, y eso llenaba de miedo a Areliz. El juicio continuó con varios testigos y con Noah y Areliz declarando una vez más, hasta que por fin todo terminó y lo primero que hizo Noah al salir del tribunal fue intentar encarar a su padre, pero sus guardias de seguridad le impidieron acercarse y su padre solo le sonrió y se fue como si nada. De verdad que era un hombre despreciable, burlándose de su propio hijo antes de tener el valor de encararlo frente a frente. —Me alegra que no hayas traído a Nick al juicio hoy… —murmuró Noah con cansancio al acercarse a ella, luciendo un poc
La cita con Remy continuó, por lo que Areliz intentó no seguir pensando en sus nervios por la situación con los Cobain. Areliz decidió que sería una buena idea traer un postre para culminar la cena. Fue a la cocina y regresó con dos rebanadas de pastel de chocolate que había comprado ayer (más bien por un antojo que le dio debido al estrés del juicio), dispuestas en platos individuales. La conversación había girado hacia temas más livianos, como el trabajo en el hospital y sus compañeros y pacientes, pero de repente, Remy comenzó a abrazarla, pasando su brazo por sus hombros, y luego empezó a darle besitos tiernos en la mejilla. Ella se sintió incómoda, su mente todavía luchando contra las emociones confusas que la invadían, pero los besitos de Remy no eran pervertidos ni trataban de llevar a más, simple mente eran tiernas muestras de afecto ¿cómo podría apartar lo cuando estaba siendo tan tierno? Aun que se sentía un poco incómoda, pero… él era su novio, no debería sentirse así.R
Remy, sin ningún respeto al hecho de que esa casa era la propiedad de Areliz y no la suya, y que por lo tanto era ella la que mandaba en ese lugar, se había tomado el atrevimiento de cerrarle la puerta en la cara a Noah a pesar de que Areliz había tomado la decisión de abrirle y dejarlo contarle lo que acababa de pasar con su padre el señor Nelson Cobain que había estado estacionado fuera de su casa causándole pánico. Ella quería saber qué era lo que Noah tenía para decirle, ¡y a Remy no le interesó respetar su decisión ni en lo más mínimo!—Remy… —Lo siguió con la boca abierta, antes de fruncir el ceño—. ¿Acaso te has olvidado que esta es mi casa? —gruñó entre dientes, casi temblando por la indignación. Él volteó a verla con los ojos muy abiertos, como si recién se diera cuenta de lo irrespetuoso que acababa de ser con ella. —¿Mami? —Su hijo la miró preocupado y ella se mordió el labio para contener la ira. —Todo está bien, mi amor, no te preocupes —le dijo con cariño, y luego vol
Areliz pudo escapar exitosa mente de la pregunta de Remy, los días pasaron y su relación volvió más o menos a la normalidad con ellos teniendo citas y ambos evitando el tema de los Cobain, lo que mantenía la paz y les permitía relajarse y divertirse juntos. Sin embargo, lo que sí interrumpía su paz al tener citas fuera de la casa eran los periodistas. En la televisión la prensa se volvió más agresiva que nunca contra ella, probable mente por la influencia de Nelson Cobain que seguía en el país y ya había dado un par de entrevistas hablando maravillas de Nia y diciendo cosas horribles de Areliz, puras mentiras, pero que debido a su poder e influencia mucha gente escuchaba y muchos también le creían. Por lo tanto, la prensa la estaba atacando más que nunca, lo cual preocupaba a los abogados de que tantos ataques pudieran influenciar a los jurados, por lo que Noah empezó a ir a varios programas de televisión para desmentir a su padre, ya que no quería que ella tuviera que soportar l
Areliz tenía ante ella la desagradable visita de su ex suegro, el mismísimo señor Nelson Cobain, quien hace no mucho había estado incluso acosandola en su trabajo, y ahora tenía el descaro de presentarse a su puerta y pedirle entrar como si tuviera todo el derecho del mundo, como si ella no fuera capaz de notar el desagrado con el que la miraba y sus obvios aires de superioridad, sus obvios deseos de intimidarla y destruirla. Noah ya le había dicho, a través de una llamada telefónica, que su padre el otro día se presentó en su casa por que había querido hablar con ella “Sobre Nia” y que estaba muy decidido a lograr su objetivo de hablar. Así que al diablo, hablaría con él y luego trataría de dejarle muy en claro que le importaba muy poco su opinión. Estaba decidida a enfrentar a este hombre ella misma, sin dejarse intimidar. Ni siquiera se molestó en ofrecerle algo de beber, simple mente se sentó frente a él y lo miró fija mente, esperando a que empezara a hablar. —¿Ni siquiera me