—¿Quién sabe?, es insoportable —se quejó Julia mientras le pasaba el celular a Adriana.Ella miró el número y, al instante, comprendió de dónde venía el mal humor de Julia, ya que el temperamento del don Lorenzo no era fácil de soportar.Adriana subió al auto de Julia y, mientras se acomodaba, marcó el número de don Lorenzo.— ¿Qué pasa, maestro? —preguntó Adriana al teléfono.— ¡Ya llegué a Costa Sol! —respondió don Lorenzo sin rodeos. —Dijiste que habías creado una fragancia con base de Jade de Vid, ¿puedes llevarme a olerla?—Claro, te paso la dirección. En cuanto llegue, te espero en la sala de perfumería en el departamento de fragancias de la empresa.Adriana sabía que don Lorenzo era impaciente, no podía esperar ni un segundo. Así que le pidió a Julia que la llevara directamente a la sede del Grupo López y esperó allí en la sala de creación de perfumes.Don Lorenzo llegó rápidamente, sin perder tiempo. Después de examinar la fragancia que Adriana había creado, parecía intrigado.
Por otro lado, el proyecto de perfumes asequibles del Grupo Blanco participó en una pequeña ronda de financiación, pero su mala suerte parecía no tener fin, porque Lucas volvió a fracasar y regresó con las manos vacías.En el auto, escuchó a su asistente hablar sobre las noticias que se estaban esparciendo desde el Grupo López, y se enteró de que Adriana se había inscrito para participar en la Conferencia Internacional de Fragancias. Lucas se enojó.— ¿Cómo puede Adriana tener el derecho de participar en la Conferencia Internacional de Fragancias? ¿Será cierto lo que se dice, que se ha convertido en la alumna oficial de don Lorenzo? —pensó, furioso.Lucas recordó las investigaciones de sus subordinados, que revelaron que desde que Adriana comenzó a trabajar en el departamento de perfumes, había creado un montón fragancias que se habían convertido en las favoritas de la empresa, casi como si estuviera repitiendo el éxito que tuvo su padre durante el apogeo del Grupo López.Lucas comenzó
— ¿De qué hablas? — preguntó ella, sintiendo que la atmósfera se volvía tensa. Y con cierta sospecha, añadió— ¿Estás preguntando sobre los cambios antes y después de mi cirugía?Antes de que pudiera terminar, José dio un paso más hacia Adriana, casi pegando su cuerpo al de ella, mirándola con una intensidad abrasadora.Adriana se tensó por completo, sus ojos almendrados se abrieron de par en par, preguntándose qué le ocurría de repente a este hombre:— ¿Qué es lo que haces?José no respondió. Se inclinó y la puso contra la pared:— ¿Cuando me ves, no sientes que me habías visto en algún lugar antes?Su voz era áspera y baja, con un tono seductor, pero difícil de describir.— ¿Cómo?Adriana no tuvo tiempo de procesar lo que él quería decir, porque él ya había posado sus labios sobre los de ella, capturándolos con un beso feroz y dominante.— Ummm… ¡Hey!Adriana se quedó paralizada por un segundo, y luego levantó los codos para empujarlo.Si al principio había dudado de si él estaba coq
— Habla — dijo José, con una mirada penetrante.— Hace tres meses, alguien comenzó a invertir en el Grupo López en secreto a precios elevados. Una gran parte de los inversores con pocas acciones se las vendieron a esa institución — informó Rafael Rodríguez.— ¿Qué institución?— Todavía lo estamos investigando — respondió Rafael con cautela. — Por fuera, es una empresa normal, pero fue fundada hace muy poco. Creo que hay algo sospechoso.— Investígalo a fondo — ordenó José con firmeza.— Asegúrate de recopilar todas las pruebas que puedas.— ¡Entendido! Puede confiar en mí, señor José — respondió Rafael rápidamente.Esa noche, José no volvió a aparecer. Adriana pensó que su actitud distante había herido su orgullo, y que se había ido enfadado. Eso le dio un poco de paz.Llamó a su asistente para informarle que no podría asistir a la conferencia del sector al día siguiente. Decidió aprovechar la noche para descansar bien.Sin embargo, al día siguiente, al abrir los ojos, vio a José sen
La valiente Julia se atrevió a darle una lección a José fuera de la habitación del hospital.Cuando volvió a la habitación, caminaba con orgullo, convencida de que en este mundo había pocas personas que pudieran hacer que José los escuchara, ¡y ella era una de esas pocas!Pero para decir la verdad, Adriana había estado muy ocupada. No solo tenía que asistir a varias reuniones, sino también terminar la campaña de lanzamiento del perfume masculino y poner en marcha el proyecto de perfumes asequibles. Todos los detalles requerían su visto bueno.Ahora que estaba lastimada, no podía ir a las reuniones, así que decidió concentrar toda su energía en el progreso de los proyectos de la empresa.Para evitar que sus colegas supieran sobre su relación con José, Adriana se ocupó de los asuntos de la empresa mediante videollamadas solamente. En cuanto a la promoción con Julia, podían discutirlo en persona.Cuando Julia regresó con su computadora, Adriana, molesta le preguntó:— ¿Fuiste a buscar los
Al día siguiente, Adriana recibió un mensaje del departamento comercial: el Grupo Torres había adquirido todos los derechos de nombramiento para el proyecto de perfumes asequibles.Adriana quedó impactada y miró hacia José, que seguía usando la habitación del hospital como su oficina. Bajó la voz y le preguntó a su asistente por teléfono:— ¿Todo esto es en serio necesario?— Señorita López, con el Grupo Torres involucrado, ninguna otra empresa se atreverá a interferir. Además, el precio que ofrecen por los derechos de nombramiento es pues por asi decirlo bastante exorbitante… — explicó el asistente.Adriana se frotó la cabeza, frustrada. ¡Qué maldito loco!¿Acaso pensaba que podía obligarla a someterse con dinero?¡De ninguna manera!Colgó el teléfono.Aunque no podía controlar las decisiones comerciales del Grupo López, sí podía decidir dónde quedarse. Rápidamente reservó una habitación en un hotel cerca del hospital y llamó a Julia para que la ayudara a salir del hospital.Así, no t
—Tía, aunque tú y el tío estén peleando, recuerda que hay veces que, si te pasas de la raya, no hay vuelta atrás. Las palabras son como un saco de plumas, una vez las dispersas por el camino, nunca exactamente todas puedes recuperar.Diego estaba tratando de calmarla, temeroso de que Adriana por despecho decidiera hacerle algo.Adriana también estaba sorprendida por la situación, agarrando su bata de baño con desconfianza mientras se acercaba a Diego:—¿Y tú qué haces aquí?Ella caminaba sin darse cuenta, pero en los ojos de Diego, parecía desafiante, como si se acercara con intenciones de algo, y él, apurado, retrocedió hasta quedar acorralado contra la pared, cubriéndose el pecho con las manos como si fuera a defenderse:—Tía, cálmate... no te acerques...Adriana se veía enojada, aún sin comprender la razón por la cual esa noche los dos hombres aparecían uno tras otro… ¡Este cuarto debía estar maldito!En ese momento, un hombre más habló desde atrás, con una voz llena de enojo:—¿Qué
Adriana y José se miraron…Vieron a la persona que venía, con bolsas de comida y una canasta de frutas exageradamente grande, era Adrián quien venía a visitar.José se molestó de inmediato, mirando de reojo al intruso Adrián.Adrián lo llamó: —Tío— y luego fijó toda su atención en Adriana: —Escuché que estabas herida, fui al hospital a verte, pero no te encontré… de verdad, no es fácil verte.—No sigas, deja las cosas primero— dijo Adriana, mirando a Adrián que estaba detrás de la canasta de frutas.Adrián entró, y José aprovechó para seguirlo, con la firme intención de no irse mientras él estuviera allí.Poco después, Adriana recibió una llamada de su empresa. Se disculpó y se fue a la habitación de al lado a atenderla. Adrián se sintió un poco incómodo y no pudo evitar preguntar a José, quien estaba sentado en el sofá, como si fuera el dueño del lugar:—Señor José, no sé de qué tipo de relación familiar tienen, ¿podrías explicármelo?José lo miró y le respondió en un tono cortante: