—¿Lucas me está investigando acaso?Adriana se mostró confundida.Después de tantos años de competencia entre los Grupo López y Blanco, Lucas Blanco debería ya de estar bastante familiarizado con el Grupo López, ¿por qué habría motivo para investigarla? O más bien, ¿qué valor tiene ella para que Lucas ponga tanto empeño en investigarla en secreto?—Seguiré manteniendo la vigilancia. Pero, por ahora, anda con mucho cuidado. —dijo Julia.Adriana no pudo encontrar la clave de la situación por el momento, así que decidió dejarlo de lado por ahora:—Mañana por la mañana voy a la sede de Estilo & Glamour para cerrar el plan de la sesión de fotos. Acompáñame.—Claro.Julia aceptó.La invitación de Estilo & Glamour para que Adriana fuera la portada fue algo muy esperado, y la agencia de relaciones públicas de Julia había estado metida en todo el proceso. El plan ya había sido revisado dos veces y finalmente se podía dar por cerrado.El tema de la sesión es "El Bosque Perfumado", y cuando se pu
Adriana y Julia confirmaron el plan final para la sesión de fotos en Estilo & Glamour, todo iba sin problemas, y al día siguiente comenzaría oficialmente la sesión.El reconocido fotógrafo Alejandro ya había llegado a Costa Sol.A él le gustaba la tranquilidad, por lo que se alojaba en un hotel muy privado. Esa noche, Alejandro estaba sentado en una esquina comiendo en el buffet, mientras que dos chicas en la mesa de al lado chismeaban, sus palabras flotaban hacia sus oídos de vez en cuando.—Escuché que Alejandro Benotti va a colaborar con Estilo & Glamour en esta sesión, ¡va a estar buenísima!—Pero escuché que la modelo será Adriana, ¡eso sí que no me gusta!—Es cierto, esa Adriana no tiene nada de talento, siempre dice una cosa y hace otra. Solo porque su familia tiene algo de dinero se cree la gran cosa. Escuché que es muy estricta con sus empleados. Todo lo que tiene hoy en día se lo debe a la señora Torres, y siempre está enredada en esas luchas de poder que dañan la imagen de l
En ese instante, Adriana sintió a su tacón pisar algo, algo suave...Se asustó un poco, dio un paso rápido hacia atrás y trató de calmarse, antes de gritar:—¡¿Quién carajos está ahí?! ¡Salga a ver!—Tranquila, yo vengo en son de paz.Una voz masculina salía de debajo de la mesa.Un momento después, la tela de la mesa se levantó, y el tipo, se arrastró lentamente arrastrándose y se puso de pie frente a ella. Era alto y delgado, con la piel muy pálida, parecía joven, pero sus ojos estaban muy hundidos. Lo más llamativo era su largo cabello rizado y de color castaño, aunque también tenía una botella de alcohol con la tapa abierta en la mano...Adriana reaccionó por instinto un segundo y pensó: ¿no será Alejandro Benotti?Ese famoso fotógrafo, el genio que desde los 12 años ha estado ganando premios internacionales con sus obras. Ya sea una persona o un objeto, todo lo que pasa por su lente se llena de un brillo único.Alejandro soltó su botella en una mesa cercana, se acercó a la puerta,
—¿Qué quieren pues ahora? —preguntó Adriana, molesta.—¿Viste a un fotógrafo hace un momento? Un tipo de cabello rizado, con gafas —preguntaron los reporteros.—Recibimos un informe que decía que se estaba escondiendo en el cuarto de utilería.Adriana sintió una ola de alivio por dentro. Al parecer, esos reporteros no habían notado nada raro.Aún así, mantuvo su postura y respondió con firmeza:—¿Acaso no les dije antes? Yo nada más estaba descansando, ¿cómo voy a ver a alguien?Los reporteros, decepcionados, asintieron y se prepararon para marcharse. Adriana, sin embargo, tuvo una idea y los paró de inmediato:—¡Un momento! ¿Estás hablando de un hombre de cabello rizado? —preguntó, fingiendo pensarlo.—¡Exacto! —respondieron ellos.—Con cabello rizado color castaño.Adriana continuó pensando en voz alta:—Antes de entrar en esta habitación, creo que vi a un hombre con el cabello rizado pasar por aquí...—¿Dónde fue que lo viste? —preguntaron los reporteros, que se empezaban a emociona
El ascensor bajaba desde el piso 27 hasta el primer piso.Adriana le contó a Julia lo que pasó en el cuarto de utilería, y Julia no pudo evitar comentar:—¡Deberías haber aprovechado pues para amenazarlo! Si no te hacía las fotos, podías revelar que le tiene miedo y pánico a estar en público, que no es el genio puro y perfecto que dicen en los reportajes, que es un borracho y tiene un carácter de mierda.Adriana habló con delicadeza:—¿De qué me serviría destruir a un fotógrafo talentoso?Justo cuando llegaron al primer piso, el teléfono de Adriana comenzó a sonar.Sacó su celular del bolso y vio que era Roberto, el editor jefe. Adriana parpadeó, adivinando lo que venía.—Adriana, de verdad, le pido disculpas, pero... tendremos que pedirle que vuelva, hoy tenemos que seguir con la sesión de fotos según lo planeado... —explicaba Roberto.Adriana sonrió un poco, parecía que el gran maestro Alejandro realmente tenía carácter.Julia también se sentía satisfecha:—Por cierto, el tipo que ac
Torre del Horizonte, estacionamiento.Un auto plateado se sacudía violentamente.El maletero estaba entreabierto.Adriana López se escondía adentro, escuchando los jadeos acelerados de un hombre y una mujer desde el interior del vehículo, sintiendo una profunda angustia en lo profundo de su corazón.Esa noche, sin avisarle a su prometido, había terminado su trabajo antes de lo previsto para volver a casa, había decorado el maletero de su coche con globos y se había puesto a sí misma como regalo. Cojeando de una pierna, con esfuerzo se metió al maletero, sosteniendo en sus manos la edición limitada del tequila que él tanto amaba…Lleno de grandes expectativas, su corazón latió con fuerza cuando escuchó el sonido del auto abriéndose. Pero lo que escuchó con sus propios oídos fue la traición:—Carlos, hoy es tu cumpleaños, ¿no tienes miedo de que Adriana venga a buscarte?—Con ese pleito tan complicado que tiene encima, seguro está demasiado ocupada en Nueva Brisa como para venir por aquí
Diego Torres, el joven maestro del Grupo Torres, había logrado cierto éxito en la música, por lo que decidió aventurarse en el mundo del cine. A pesar de que su reputación no era la mejor, su buena posición económica le había asegurado un lugar como uno de los actores más influyentes del momento. Últimamente, Carlos había estado haciendo grandes esfuerzos para conseguir una colaboración entre él y Elena. Lo que nunca imaginó siquiera es que ella terminaría durmiendo con Diego.Adriana parpadeó un par de veces y tomó su teléfono móvil de la mesilla de noche. Sin pensarlo demasiado, giró la cámara hacia ella y Diego, tomando una serie de fotos frenéticamente.Aunque Carlos le había sido infiel, Adriana no debía romperse en pedazos ni lanzarse a preguntarle de forma directa. Tenía que mantener la calma y controlar sus emociones. La traición de Carlos no cambiaría el curso de su vida; al contrario, ahora debía aprovechar la situación para obtener algún beneficio de él.Una vez que consigu
Después de un rato, Diego, habiendo lidiado con los fanáticos, finalmente entró en la sala de espera. Adriana se acercó ansiosa y tomó la iniciativa para hablar: —Hola, soy Adriana.—Te llamas Adriana, ¿verdad?La voz de Diego sonaba algo impaciente: —¿Dónde firmo?Adriana arqueó una ceja ligeramente, se detuvo por un momento y luego volvió a hablar con firmeza: —¿Podrías mirarme un momento? ¿Me reconoces?Esa silueta esbelta y elegante.El hombre se quitó las gafas de sol que llevaba en la nariz y la recorrió con la mirada de arriba abajo: —No está mal, tu look con el bastón es algo bastante original, has captado mi atención. ¿Podríamos usarlo durante el sexo?Mientras decía esto, Diego extendió cuidadoso la mano para tocar su bastón, pero Adriana, con desprecio, levantó su mano y el bastón golpeó justo contra la suya.Diego llevó la mano a sus labios y la lamió ligeramente: —¿Tienes tanto carácter? ¡Me gusta!Los ojos de Adriana se entrecerraron. Este Diego se sentía completamente di