—Déjame revisar la situación. Más tarde hablamos. —dijo Adriana, colgando rápidamente para evitar que Julia siguiera diciendo cosas que la hicieran sentirse aún más avergonzada—¿No pudieron tus tipos controlar a los que me querían sabotear? —preguntó Adriana.José le mostró su celular:—Míralo tú misma.Adriana tomó el celular y lo revisó rápidamente.Esa mañana, la noticia había explotado en las redes. Informaban que, durante la gala de la industria de la perfumería la noche anterior, mientras los demás estaban intercambiando experiencias, la representante de la familia López no solo se había pasado de tragos, sino que además había alquilado una suite en el piso de arriba para pasar la noche con un hombre.Las fotos publicadas eran pixeleadas y solo mostraban dos imágenes borrosas de la espalda de Adriana. En efecto, parecía tambalearse, pero del supuesto acompañante masculino no había ni rastro.Resultaba pues bastante obvio que Elena, molesta por el fracaso de su plan, intentaba ah
Frente a las invasivas preguntas, Adriana se mostró impenetrable:—¿Alguien tiene pruebas de que ayer estuvo con un supuesto tipo? —preguntó con firmeza.Los periodistas quedaron desconcertados, sorprendidos por la calma y determinación de Adriana.—Todos ustedes son profesionales. Seguro entienden mejor que yo, una simple aficionada, que no todo lo que sale en internet es verdad. La mayoría de las veces, son cosas sacadas de contexto malintencionadamente. —dijo con confianza.En ese momento, los guardias de seguridad de la asociación llegaron, abriendo paso entre los reporteros y escoltándola fuera del lugar.Los periodistas reaccionaron y volvieron a rodearla mientras hacían más preguntas:—Señorita López, aunque no haya pruebas claras de que estaba con un hombre, tampoco puede demostrar que no subió al piso con alguien anoche. En las fotos y videos parece tambalearse, lo que claramente sugiere que estaba ebria.—Anoche en la gala solo me sentí un poco indispuesta. Puedes tambalearte
—¡No puede ser! —exclamaron los periodistas en la multitud, y de inmediato todos bajaron la cabeza para revisar sus celulares.Incluso el presidente de la asociación se detuvo y pidió a su asistente que viera las noticias para entender lo que estaba sucediendo.En las redes sociales, un periodista reconocido había publicado dos grabaciones de audio en su blog. Cada una venía con subtítulos explicativos, y el hombre añadió en su publicación:—El audio fue grabado anoche en el desayunadero el Refugio. Invitamos a los internautas a verificar su autenticidad, tanto de las grabaciones como de la identidad de los involucrados.En las grabaciones se escuchaban claramente tres voces principales.—Querido, brindemos —la voz de Elena sonaba demasiado dulce a propósito.—¿Qué haces aquí? Esto es una gala de la industria. No es apropiado que estés aquí. —respondió la voz de Christian.—Emm… ¿Es que te da vergüenza que me vean contigo? Dijiste que me ayudarías a volver, y tarde o temprano tengo que
—Es una dirección IP del Grupo Guillermo. —informó Julia.Julia añadió con sarcasmo:—Parece que la gente del duque Guillermo no es muy cuidadosa. ¡Se les olvidó esconder su dirección IP!Adriana se rio:—Entonces, expongamos pues este dato en internet. No solo hay que dejar claro que fue el Grupo Guillermo quien planeó todo, sino también asegurarnos de que la familia Blanco lo sepa. Así los odiarán aún más.—Exacto. El duque Guillermo, para limpiar la reputación de Gracia, no dudó en arruinar la de Christian. El odio entre Blanco y Guillermo será eterno. —respondió Julia, emocionada.Luego añadió, curiosa:—Pero, esa mujer que en la grabación discutía con Elena y decía que ella era la verdadera amante de Christian, ¿sabes quién es?—No lo sé. —respondió Adriana, bajando la mirada.Esa mañana, cuando ella y José escucharon la grabación, también notaron esa parte extraña. Sin embargo, como era solo un tema secundario, los editores de la compañía de Julia lo habían eliminado.Esa parte d
Por la noche.A la hora de salida del trabajo, Adriana recibió de repente una llamada de José. Su voz tranquilizante y dijo:—¿A qué hora terminas?—Ya casi. —respondió ella.—¿Pasa algo?—Nada. —contestó él antes de colgar.Aunque Adriana había dicho que casi terminaba, se quedó un rato más en la sala de mezclas, perfeccionando sus fragancias, y luego regresó a su oficina para organizar documentos. No bajó hasta una hora después.Al llegar al estacionamiento, vio que el chofer de Residencial Los Jardines la esperaba en su auto. Abrió la puerta y, para su sorpresa, encontró a José sentado atrás.—¿Esto es lo que llamas ya casi? —él levantó la vista, con una mirada seria.—¡Tampoco me dijiste que estabas esperándome! —respondió mientras subía al auto. No podía creer que él hubiera esperado una hora entera.—¿Me buscabas por algo? —preguntó, intentando saber el motivo de su presencia.José la miró desconcertado, como si su pregunta no tuviera sentido:—Los comentarios en internet sobre t
Adriana rápidamente entendió la situación.Un viejo experto en perfumería, un poco raro, que vivía en mitad de la nada, resultaba ser un ídolo de la industria. Todo encajaba perfectamente con el perfil de Don Lorenzo.La noticia alivió un poco la pesadez en el corazón de Adriana.—¿Estás tan seguro de que Don Lorenzo me respaldará? —preguntó ella.—¿Y por qué crees que te dio esa colección de abrigos? ¿Por qué le caes mal? —respondió José con tono sarcástico.A él le había causado el inconveniente de tener que construir un vestidor adicional para guardar toda esa ropa. Si don Lorenzo no fuera de una edad tan avanzada, probablemente habría insistido en que ella devolviera los abrigos.—¿Necesitas ayuda para la competencia? —le preguntó, buscando una forma de ser útil.Adriana estuvo a punto de rechazarlo, pero al ver la ilusión en los ojos de José, cambió de opinión:—Pues sí, por favor, mándame dos asistentes confiables. Los necesitaré durante la competencia.—¿Nada más? —preguntó él,
—Disculpen. —Adriana levantó la mano con tranquilidad.—Tengo una petición que hacerles a todos ustedes.Desde la mesa de los jueces, el presidente de la asociación respondió:—Díganos.—Esta base tiene un problema. Solicito que traigan la muestra de respaldo. —dijo Adriana.—¿Está intentando hacer trampa frente a todos? —Lucas no pudo contenerse ni un segundo más y se levantó, asumiendo el liderazgo. —El reglamento del concurso es claro: todos los participantes deben usar únicamente las bases almacenadas por la organización. Pretender cambiarla ahora es inaceptable.—Exacto, señorita López, eso sería un trato injusto que nos pondría en desventaja a los demás. —algunos participantes, manipulados por Lucas, empezaron a protestar.Adriana miró con calma a Lucas, que se veía claramente alterado, y respondió:—Señor Blanco, no se preocupe. Me refiero a la segunda muestra de respaldo almacenada por la organización, no a una que yo haya traído.En ese momento, el presidente de la Asociación
Los espectadores del concurso de perfumería seguían comentando en el chat en vivo:—¡La señorita Adriana se está robando el show!—¡Una combinación perfecta de talento y belleza!—Ok. —José sonrió ampliamente. Estas personas solo conocían una pequeña parte del encanto de Adriana.—¿Señor? —Rafael le habló con cautela, alzando gradualmente la voz hasta darse cuenta de que el presidente estaba viendo la transmisión en vivo del concurso de perfumería.José por fin dejó de mirar la pantalla como si estuviera hipnotizado y lo miró, molesto.—Estos documentos necesitan su firma. —dijo Rafael.—Llévalos al auto, los firmaré allí. —respondió José.Apagó la transmisión, se levantó, ajustó el dobladillo de su traje y ordenó:—Volvamos a Costa Sol.—Señor, esta noche tiene una reunión importante… —murmuró Rafael.—Cancelada.—¡Entendido! —Rafael salió apresuradamente para indicarle al conductor que prepare el auto.Las ganas del presidente de ir personalmente a recoger a su esposa era evidente.M