Cuando llegó Marcos, aparcó su auto junto a la acera. Alguna gente que se encontraba cerca se concentró en el auto lujoso que acababa de aparcar, un Ferrari, y en el hombre importante que acababa de bajarse de él. No llevaba traje, pero la ropa que llevaba puesta decía “dinero, dinero”. Madilyn se arrepintió enseguida de haberlo citado allí, pero qué podía hacer.Marcos se acercó a ella y antes de sentarse en el banco, se aseguró de que estuviera limpio y que no fuera a estropearle su ropa de marca.—¿Perros? —miró con repugnancia a los animales que ella llevaba con ella. —No me dijiste que tenías mascotas.—No son míos, me pagan por sacarlos a pasear. —Él la miró y se demudó el rostro.—Sigues pensando en pagarme por lo que hice, ¿cierto? —ella apartó la vista y no dijo nada. —Haces que parezca que soy una persona horrible que no puede ayudar sin recibir algo a cambio, pero desde la primera vez que te vi me gustaste y lo sabes. Necesitabas ayuda urgente y no podía hablarte de eso. Te
Jussie se encontraba en su despacho, en el “Black′s Restaurant” revisando algunos documentos con su administrador y con la compañía de Aron que también tenía que ver con el negocio, cuando de pronto escucharon gritos al otro lado de la puerta.—¿Qué es ese ruido? —preguntó él.—Iré a mirar— se ofreció Aron. Se puso de pie y se acercó a la puerta, pero antes de conseguir abrirla, se abrió ésta de golpe y apareció un Marcos furioso.—¿Dónde está ese desgraciado?—¿Qué haces aquí? —preguntó Aron alterado de verlo en su territorio. Marcos lo ignoró y al ver a Jussie entró por completo en el despacho para enfrentarlo,—¡A ti te estaba buscando, desgraciado! —le apuntó con el dedo—No quiero volver a verte cerca de mi mujer o sabrás de lo que soy capaz.—¿Desgraciado? Que sepamos, a mí me va todo genial —se puso Jussie en pie para enfrentarlo igualmente.—Regresaré más tarde— dijo el administrador y se aseguró de salir lo más pronto posible de la oficina que empezaba a calentarse.—¿Has dich
Desde la galería de arriba se podía vislumbrar todo lo que sucedía abajo en la zona de baile.Shane la condujo hacia la sala VIP. En uno de los sillones se encontraba Aron sentado entre dos chicas muy arregladas, pero con poca ropa cubriéndolas, dejaban mucho que ver, se estaban riendo mientras charlaban y le ofrecían aceitunas. Cuando la vio se incorporó de inmediato.—Madilyn, has llegado —se puso de pie y se acercó a ella con una gran sonrisa dándole la mano.—Hola Aron— saludó ella aceptando su mano a lo cual aprovechó él para besárselo dejándola incómoda.—Es un placer tenerte aquí. — se volvió a las chicas con las que estuvo hacía unos minutos. —Hermosuras, ¿podéis dejarnos durante un rato? Por favor —se pusieron de pie y recogieron sus cosas— Yo mismo regresaré a buscarlas de nuevo —las depositó besos en las mejillas a cada una y las vio marchar.—No era necesario que se fueran, solo vine a por lo que me prometieron y me iba.—Pero ¿qué dices? —dijo Aron tomándole de la mano y
Jussie se había quedado de pie observándolos molesto.—No estoy seguro, pero ¿es el tipo de situación en el que uno dice: no es lo que parece? —preguntó Aron con una sonrisa en los labios.—¿Qué le habéis hecho? —se acercó a ella y tomó su cara con sus manos.—Adonis, has venido— dijo ella al verle, pero seguía sintiéndose débil.—Toda tuya— la lanzó a sus brazos sin previo aviso y se colocó junto a Shane.—Pero ¿qué haces? —tuvo que sujetarla y mantener el equilibrio para que no se cayeran los dos.—Quiero irme a casa— dijo ella pegando su cabeza a su pecho. Él miró a sus amigos.—¿Conocéis ya su dirección? —ellos negaron con la cabeza, él frunció el ceño.—¿Dónde está su bolso? De seguro está allí.—¿Crees que somos tan tontos como para no pensar en eso? —Preguntó Aron— lo revisamos, no trajo su identidad, ni siquiera trajo el móvil. Seguramente no creía que iba a durar. —él los miró incrédulos.—¿Me dejáis verlo?—Como quieras — Shane se acercó a coger su bolsa y lanzárselo. Él lo
A la mañana siguiente, Jussie se despertó encontrándose tendido en el sofá de su salón. Ricitos, se acordó de ella y de que se encontraba dormida en su cama. Se desprendió de la sábana y se levantó del sofá.Se acercó a los enormes cortinajes que ocultaban la luz del día y las separó alumbrando de esa manera el salón con la luz de un nuevo día. Soltó un largo suspiro y mantuvo la mirada hacia la ciudad que podía contemplar a la perfección desde donde se encontraba.Regresó al salón y miró hacia las escaleras como si en cualquier momento bajaría por ellas aquella chica rara que estaba robando parte de él. Sonrió al recordar que la última vez que se quedó dormida con él se quejó de que no la hubiera despertado, sin embargo, no pensaba hacerlo ahora tampoco, aunque corriera ese riesgo de volver a escucharla quejarse. Ya podía imaginarse la resaca con la que iba a despertarse.Después de poner el sofá en orden y de doblar la sábana, se dirigió al lavabo, el cual se encontraba en el pasill
Mientras ella recogía su bolso, vio su gorra sobre la mesita de la cama. Lo tomó y lo miró, se había olvidado de su existencia.—Ricitos—se sobresaltó al escuchar la voz del hombre que acababa de robarle el beso detrás de la puerta—Voy a entrar.Ella no le contestó. Depositó de nuevo la gorra sobre la mesita, se recogió el pelo que tenía desordenado y como no tenía con qué amararlo, se hizo una trenza rápida.Caminó hacia la puerta, la abrió y allí estaba él pegado a la pared de lado.—Puedo llevarte si quieres —se ofreció.—Conozco el camino, puedo ir sola— contestó y él la siguió por detrás.La tomó del brazo y la obligó a mirarlo.—Dime que no te ha gustado el beso.Ella lo miró furiosa y decidió enfrentarlo.—Eres un maldito ladrón, me robaste un beso ¿en qué estabas pensando? —dijo apuntándolo con el dedo en el pecho. —Al final va a ser que tu ex prometida tiene razón, intentas utilizarme para olvidarte de ella, pero olvídalo, eso nunca pasará.Intentó alejarse para dirigirse a l
—Espero no haber interrumpido nada —dijo Shane al percibir un aura extraño entre ellos.—Para nada —contestó su amigo.Shane miró a Madilyn.—¿Estás bien? —preguntó preocupado al notarla algo extraña.—Sí. Solo estaba intentando irme de aquí.—Espero que Jussie te haya tratado bien. Dejamos que te trajera porque supusimos que te sentirías más cómoda con él y teniendo en cuenta que lo conocemos mejor. Sabemos que no sería capaz de cometer una estupidez. —Miró a éste que lo estaba mirando con cara de pocos amigos.—Estoy bien, —fingió una sonrisa— gracias por preocuparte. Él estrechó su mano ofreciéndole su móvil y su identificación, ella lo miró con asombro.—Me llamaron del local para informarme de que lo habían encontrado, vine a devolvértelo.—Muchísimas gracias, me salvaste—dijo cogiendo felizmente sus cosas.—Lamentamos que todo tuviera que acabar de esta manera, no sabíamos lo mal que se te daba la bebida o no te hubiéramos pedido beber de aquella manera, lo sentimos. Solo inten
Shane llamó al timbre y esperó a que su amigo abriera la puerta. Se abrió ésta y Jussie estaba frente a él. Dejó la puerta abierta y le dejó entrar. Entró y cerró de nuevo la puerta sin apartar la mirada de él.—¿Puedes explicarme qué es lo que te está pasando? ¿Qué le hiciste a la chica para que de pronto te odiara?—¿Odiar? —preguntó Jussie poniendo en orden la cocina. —¿No te parece una palabra demasiado fuerte?—Como sea, pero esa chica no quiere volver a verte.—¿Eso te ha dicho? —se dirigió al refrigerador para guardar la mermelada, pero Shane se apresuró a arrebatarle el bote.—Pensé que serías caballeroso con ella y la harías ver que eres un buen tipo—habló acercándose a la encimera para rellenar un pan de molde con la mermelada. —¿Es que no querías nada con ella?—¿Entonces confiesas que todo eso lo montasteis vosotros? Ya sabía que tenía que ver con vosotros.—Sí, lo admito. Todo fue culpa nuestra, pero no pedimos que la trataras como un idiota.—¿Soy idiota por besarla? —pr