Desde la galería de arriba se podía vislumbrar todo lo que sucedía abajo en la zona de baile.Shane la condujo hacia la sala VIP. En uno de los sillones se encontraba Aron sentado entre dos chicas muy arregladas, pero con poca ropa cubriéndolas, dejaban mucho que ver, se estaban riendo mientras charlaban y le ofrecían aceitunas. Cuando la vio se incorporó de inmediato.—Madilyn, has llegado —se puso de pie y se acercó a ella con una gran sonrisa dándole la mano.—Hola Aron— saludó ella aceptando su mano a lo cual aprovechó él para besárselo dejándola incómoda.—Es un placer tenerte aquí. — se volvió a las chicas con las que estuvo hacía unos minutos. —Hermosuras, ¿podéis dejarnos durante un rato? Por favor —se pusieron de pie y recogieron sus cosas— Yo mismo regresaré a buscarlas de nuevo —las depositó besos en las mejillas a cada una y las vio marchar.—No era necesario que se fueran, solo vine a por lo que me prometieron y me iba.—Pero ¿qué dices? —dijo Aron tomándole de la mano y
Jussie se había quedado de pie observándolos molesto.—No estoy seguro, pero ¿es el tipo de situación en el que uno dice: no es lo que parece? —preguntó Aron con una sonrisa en los labios.—¿Qué le habéis hecho? —se acercó a ella y tomó su cara con sus manos.—Adonis, has venido— dijo ella al verle, pero seguía sintiéndose débil.—Toda tuya— la lanzó a sus brazos sin previo aviso y se colocó junto a Shane.—Pero ¿qué haces? —tuvo que sujetarla y mantener el equilibrio para que no se cayeran los dos.—Quiero irme a casa— dijo ella pegando su cabeza a su pecho. Él miró a sus amigos.—¿Conocéis ya su dirección? —ellos negaron con la cabeza, él frunció el ceño.—¿Dónde está su bolso? De seguro está allí.—¿Crees que somos tan tontos como para no pensar en eso? —Preguntó Aron— lo revisamos, no trajo su identidad, ni siquiera trajo el móvil. Seguramente no creía que iba a durar. —él los miró incrédulos.—¿Me dejáis verlo?—Como quieras — Shane se acercó a coger su bolsa y lanzárselo. Él lo
A la mañana siguiente, Jussie se despertó encontrándose tendido en el sofá de su salón. Ricitos, se acordó de ella y de que se encontraba dormida en su cama. Se desprendió de la sábana y se levantó del sofá.Se acercó a los enormes cortinajes que ocultaban la luz del día y las separó alumbrando de esa manera el salón con la luz de un nuevo día. Soltó un largo suspiro y mantuvo la mirada hacia la ciudad que podía contemplar a la perfección desde donde se encontraba.Regresó al salón y miró hacia las escaleras como si en cualquier momento bajaría por ellas aquella chica rara que estaba robando parte de él. Sonrió al recordar que la última vez que se quedó dormida con él se quejó de que no la hubiera despertado, sin embargo, no pensaba hacerlo ahora tampoco, aunque corriera ese riesgo de volver a escucharla quejarse. Ya podía imaginarse la resaca con la que iba a despertarse.Después de poner el sofá en orden y de doblar la sábana, se dirigió al lavabo, el cual se encontraba en el pasill
Mientras ella recogía su bolso, vio su gorra sobre la mesita de la cama. Lo tomó y lo miró, se había olvidado de su existencia.—Ricitos—se sobresaltó al escuchar la voz del hombre que acababa de robarle el beso detrás de la puerta—Voy a entrar.Ella no le contestó. Depositó de nuevo la gorra sobre la mesita, se recogió el pelo que tenía desordenado y como no tenía con qué amararlo, se hizo una trenza rápida.Caminó hacia la puerta, la abrió y allí estaba él pegado a la pared de lado.—Puedo llevarte si quieres —se ofreció.—Conozco el camino, puedo ir sola— contestó y él la siguió por detrás.La tomó del brazo y la obligó a mirarlo.—Dime que no te ha gustado el beso.Ella lo miró furiosa y decidió enfrentarlo.—Eres un maldito ladrón, me robaste un beso ¿en qué estabas pensando? —dijo apuntándolo con el dedo en el pecho. —Al final va a ser que tu ex prometida tiene razón, intentas utilizarme para olvidarte de ella, pero olvídalo, eso nunca pasará.Intentó alejarse para dirigirse a l
—Espero no haber interrumpido nada —dijo Shane al percibir un aura extraño entre ellos.—Para nada —contestó su amigo.Shane miró a Madilyn.—¿Estás bien? —preguntó preocupado al notarla algo extraña.—Sí. Solo estaba intentando irme de aquí.—Espero que Jussie te haya tratado bien. Dejamos que te trajera porque supusimos que te sentirías más cómoda con él y teniendo en cuenta que lo conocemos mejor. Sabemos que no sería capaz de cometer una estupidez. —Miró a éste que lo estaba mirando con cara de pocos amigos.—Estoy bien, —fingió una sonrisa— gracias por preocuparte. Él estrechó su mano ofreciéndole su móvil y su identificación, ella lo miró con asombro.—Me llamaron del local para informarme de que lo habían encontrado, vine a devolvértelo.—Muchísimas gracias, me salvaste—dijo cogiendo felizmente sus cosas.—Lamentamos que todo tuviera que acabar de esta manera, no sabíamos lo mal que se te daba la bebida o no te hubiéramos pedido beber de aquella manera, lo sentimos. Solo inten
Shane llamó al timbre y esperó a que su amigo abriera la puerta. Se abrió ésta y Jussie estaba frente a él. Dejó la puerta abierta y le dejó entrar. Entró y cerró de nuevo la puerta sin apartar la mirada de él.—¿Puedes explicarme qué es lo que te está pasando? ¿Qué le hiciste a la chica para que de pronto te odiara?—¿Odiar? —preguntó Jussie poniendo en orden la cocina. —¿No te parece una palabra demasiado fuerte?—Como sea, pero esa chica no quiere volver a verte.—¿Eso te ha dicho? —se dirigió al refrigerador para guardar la mermelada, pero Shane se apresuró a arrebatarle el bote.—Pensé que serías caballeroso con ella y la harías ver que eres un buen tipo—habló acercándose a la encimera para rellenar un pan de molde con la mermelada. —¿Es que no querías nada con ella?—¿Entonces confiesas que todo eso lo montasteis vosotros? Ya sabía que tenía que ver con vosotros.—Sí, lo admito. Todo fue culpa nuestra, pero no pedimos que la trataras como un idiota.—¿Soy idiota por besarla? —pr
Marcos se quedó a comer lo que había preparado Madilyn, ella le había servido a él también un plato y se sentaron en el sofá del salón a comer mientras miraban la televisión y conversaban. Él se había mostrado sorprendido por lo deliciosa que le resultaba la comida, y ella le había agradecido que lo pensara.Sonó el móvil de ella sobre la mesa, ella lo tomó y miró a la pantalla, miró de reojo a Marcos quien parecía interesado en saber de quién se trataba.—Tengo que contestar—dijo poniéndose en pie y depositando su plato sobre la mesa.Salió a la cocina y después de aceptar la llamada, llevó el celular al oído. Estaba hablando evidentemente con Shane quien le estaba pidiendo información sobre sus datos.—No entiendo ¿para qué lo necesitas?—Viajaremos fuera de la ciudad, a las islas Hayman para ser exactos, será divertido. Necesito vuestros datos para registraros en el hotel.—¿Cómo? —preguntó asombrada.—Como lo has oído, y por favor no me digas que no puedes viajar.—Bueno…no tengo
Era la mañana del viernes. Alan había pedido el día libre en la agencia para poder viajar junto a Madilyn y sus nuevos amigos. Solo conocía a Shane quien había pasado por la casa después de que Madilyn lo llamara el día anterior, y como ella había dicho, le había parecido un tipo estupendo. Intentó que pareciera que el viaje no le importaba, que lo hacía porque su prima se lo había pedido y necesitaba protegerla. Sin embargo, tanto él como ella conocían la verdadera razón principal, estaba emocionado y quería saber qué se sentía al compartir espacio con gente de alta clase.Con el poco equipaje ya listo, esperaron a Shane que pasaría a recogerles como les había prometido. Y así lo hizo. Llegó con uno de sus autos descapotables y condujo hacia la estación.Shane aparcó el auto justo en la pista junto a la avioneta, era un Cessna Citacion, uno de las avionetas más rápidas del mundo. Cuando se bajaron del coche, Madilyn y su primo se quedaron impresionados observando al aparato.Shane l