¿Cómo es posible?

¿Cómo es posible?

¿No que la tercera era la vencida? Por lo menos eso era lo que siempre había escuchado y que muchas veces repetíamos en la vida como una salmodia de una sabiduría ancestral que se hacía eco de verdades que no habíamos comprobado, pero que dábamos por ciertas a pesar de la falta de pruebas.

Mi aparente terquedad que me llevaba a reincidir en caminos inciertos que devenían todos hacia una habitación de hospital después de tropiezos en el andar, estaban signando mi proceder con un patrón que se podía volver tedioso y repetitivo. Dos desmayos fortuitos y un accidente leve en el coche eran los antecedentes de ese historial que se acumulaba en el trascurso de no más de tres semanas. Un tiempo de caos y locura, pero sobre todo de llevar al límite, mi cuerpo extenuado por situaciones de intensidad y pesar.

Mi mente vagaba a pleno en un mar de lechosa oscuridad. Pristina soledad que me sumía en una sensación de incorporeidad donde límites difus
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP