—Nikolay… yo solo estaba…—¿Husmeando donde no te llaman? —preguntó y se cruzó de brazos, antes de lanzarme una mirada fría y seria.—Yo solo… —suspiré porque no había excusa para esto, fui encontrada con las manos en la masa, literalmente—, Perdón, Nikolay.—Volveremos a Moscú —dijo, mientras se acercaba a mí—. ¿Qué acaso no sabes escuchar? —preguntó con ira en sus ojos, mientras movía rápidamente su pierna.Me miraba de manera muy fija. —Sí, ¿pero no dijiste que serían al menos 2 semanas?—La persona indicada me debía un favor, está hecho y podemos volver.—¿Qué hiciste?—Envié una advertencia —dijo con una simpleza impresionante, mientras caminaba hacia mí y me arrebataba de las manos la caja y las cartas.Tuve ganas de retroceder cuando vi la oscuridad en sus ojos, por un momento pareciera que estaban ausentes de cualquier emoción.Lo vi caminar hacia la salida de la pequeña habitación, se detuvo y sin siquiera voltear a mirarme, habló:—No te quiero volver a ver cerca de esta ca
Miré a mi alrededor y en cada lugar en el que ponía mi mirada, solo veía lo mismo.Mujeres en lencería notablemente costosa.Al parecer Laika y yo éramos las únicas mujeres presentes que estaban con algo que no fuera de encaje. Miré a Nikolay, que estaba paseando su mirada por el local, mientras caminábamos hacia una escalera.—Ya sabes cómo son las cosas, cielo, no me importa lo que consumen mis clientes, pero mis chicas deben estar limpias, no me sirven putas drogadictas en este lugar, no toleraré la violencia y si quieren algo más, consúltenlo conmigo primero; ya sabes cómo llamarme —dijo mientras subíamos y una vez estábamos arriba, fue hacia la izquierda y deslizó la puerta corrediza para dejarnos entrar—. Mi chica los atenderá bien —aseguró antes de irse.Nikolay caminó frente a mí y entró primero, yo lo seguía muy de cerca.Antes de fijarme en la tercera persona presente, vi la elegante habitación; dos sofás negros, uno frente al otro, junto a un par de botones en la mesa, que
Inmediatamente me puse de pie y salí de la habitación, para tratar escaleras abajo buscando a Margaret. La localicé justamente en dirección a la sala del local, la cual estaba a menos de tres metros de la mesa donde estaban los hombres de Arnold.Caminé a pasos agigantados y en pocos llegué a ella, sus ojos se conectaron con los míos con impresión y miedo plasmados en ellos.—¿A dónde creías que ibas?Tuvo la decencia de mirar al piso.—Vamos a hablar de esto después.—Después —bufó—, siempre es después, no me dices nada. ¡Siempre es lo mismo!—Cuidado —advertí, porque sus palabras podrían estar llamando la atención de personas a nuestro alrededor.Literalmente sentía como con los ojos iban y venían hacia nosotros y me tensé. Joder.—Margaret, nos vamos ahora, en este momento, vas a voltearte y llevar tu culo al auto, nos están observando y si sigues con tu escena; lo más probable es que esto termine mal.Sus ojos ahora tenían miedo y miraban hacia el lugar.—Vámonos —dije y ella sol
Nikolay —¿Quién me va a decir qué mierda está pasando aquí? —pregunté, cuando todos los hermanos presentes estaban sentados frente a mí.Miré cada una de las caras presentes y ninguno me devolvió la mirada. Miré a Will, quien ni siquiera me miraba tampoco. —¿Ni siquiera mi vicepresidente? —pregunté, mirándolo fijamente. La mirada de Will me hizo saber que teníamos que hablar después.—Yo lo haré —dijo Sergei, al ponerse de pie. Me miró con los ojos negros y vagos—. Quiero que la sentencia de Petrov le sea aplicada a Dimitri.—¿Cuál es la razón por la que quieres que se le sea aplicada una muerte tan atroz, que solo se usa en caso de que nos haya traicionado? Si ese es el motivo, morirá hoy mismo, pero hermano, si no es esa la razón… —suspiré, antes de mirar a Sergei y simplemente decir—, sabes que no puedo aprobar la sanción.—¡Secuestró a mi mujer y la vendió a la puta línea del tráfico en México! La vendió como si fuese una maldita cosa, ¡probablemente esté muerta o siendo violad
—No me disgusta la idea, Will, pero no he armado todo este circo para después matarlo sin más —le dije a mi mano derecha—. Además, Margaret jamás me dejaría olvidarlo y voy a pasar el resto de mi vida conectado a esa mujer, ¿recuerdas?—No me refiero a que muera en el completo sentido de la palabra —rodó los ojos—. Podemos hacer una explosión o un incendio, luego Margaret puede reconocer que en verdad su hermano sí está muerto, pero Mike solo se iría de Rusia.Leonid rió antes de decir lo obvio —Ese marica no va a durar más de media hora fuera de Moscú. Nos hemos vuelto suaves a comparación de cómo éramos. Se lo comerán vivo.—Entonces yo ya aporté mi parte aquí —dijo Will—, yo ya dije mi plan, ustedes propongan otro. —A mí me gusta ese plan —comentó Roland—. Así los malditos nazis nos dejarán en paz, pero el maldito de Arnold sigue enojado por lo de Tyler y el dinero, ¿qué vamos a hacer sobre eso?—¿Ya tenemos a alguien que nos haga acceder a las cuentas de las Islas Caimán que tie
—La banda fue fundada durante la primera Guerra Mundial, luego de que la única hija de Alec Ivanov fuera violada, torturada y asesinada. Él y sus más cercanos amigos encontraron al grupo de hombres que lo había hecho y todos pagaron por su crimen. Poco después, la voz se corrió de qué justicia se había hecho por la pobre Elvira Ivanov. Comenzaron a aparecer sicarios criminales como violadores y hombres que disfrutaban de golpear y abusar niños; muertos por obra de los miembros de la banda, ya ves que no es una banda criminal, a pesar de que usamos el narcotráfico para sobrevivir y tener dinero. Nunca se supieron los nombres, nadie más que los mismos miembros y su familia directa lo sabía, pero como dije; había una guerra a la cual ir, así que los hombres partieron voluntariamente para servir el país y quedó en sus hijos seguir con la banda y estos la siguieron, elaboraron sus reglas que hasta hoy siguen.>>No se sabe mucho de las cosas a las que se dedicaban en ese tiempo l
No tenía la menor idea de cómo funcionaba en el negocio de Laika, sólo sabía lo que ella me había explicado y las chicas nunca decían nada, cada una le era leal. En las fiestas de nuestra hermandad, de las pocas con las que había conversado, me habían hablado maravillas de Laika y cuando le pregunté si estaban ahí por voluntad propia, todas me respondieron que sí; que si ellas no querían estar allí o si cambiaban de opinión, lo único que tenían que hacer era llamarla e irse, el cliente recibiría su dinero de regreso y las chicas irían a casa.En mi opinión esas mujeres no estaban en ninguna mala situación trabajando para Laika. Tenían dinero para sus gastos y más, tenían suerte de no tener que trabajar para algún bastardo que las usaría y golpearía solo porque podía.—¿Eso responde tus preguntas?—Sí.—Entonces ahora, sobre el hombre que intentó matarnos —inspiré hondo y miré a Margaret, dándome cuenta de que sus niveles de ansiedad habían subido considerablemente, desde que comencé
MargaretSeguía mirando el techo de la habitación después de mínimo, una media hora.Claro, pero a diferencia de cuando entré, ahora no estaba llorando por la indiferencia de Nikolay y su frío trato.Ni siquiera me importaba la frialdad y lo único que en verdad me dolió, fue el sentirlo más cerca y abierto a mí; sentir tus labios y al segundo siguiente, sin siquiera saber la razón, fui tratada con más frialdad y desprecio que mucho tiempo. Mierda, literalmente me había echado de su oficina.Solo segundos después de subir a mi habitación, lo escuché irse. No me molesté en asomarme por la ventana para verlo partir."Los muertos no importan, Margaret"Sus palabras; frías como el hielo y cortantes como una cuchilla, resonaron en mi cabeza justo como lo habían hecho desde que salieron de la boca de Nikolay.Si ella era la mujer que Nikolay amaba y ahora estaba muerta, ¿qué me salvaría a mí? ¿Qué evitaría que me mataran?Yo no quería morir, quería vivir por muchos años más, no quería morir