Otras explicacionesYo procuré moverme de manera coqueta sin que él se diera cuenta de que yo me estaba enterando del peso de su mirada sobre mi cuerpo. Incluso me atreví a mover disimuladamente el cabello hacia mi espalda para dejar que él pudiera verme sin ningún tipo de impedimento. Incliné la espalda hacia atrás, curvándola de manera sensual y logrando que mis senos quedasen plenamente a la vista para él. Ahora más que nunca estaba quedando todo a un lado, los platos de comida ya ni siquiera eran tomados en cuenta, sino que tanto él como yo, solo jugueteábamos con las copas de vino.―No crea que por eso me hará olvidar del tema de su familia ―me dijo al fin haciendo con ello que toda mi intención quedase desmoronada en segundos.―Lo siento ―me disculpé llena de rabia―, es solo que me preocupa el tema de la posible fugacidad de este vínculo nuestro.―No se preocupe por lo que aún no llega ―me aclaró, volviendo a mirarme a los ojos con total naturalidad, como si segundos atrás no hu
El tesoro del corazón― ¿Por qué quiere saber eso? ―le pregunté luego de que él se sentara frente a mí en aquel sofá de la estancia, frente a la puerta que daba a la piscina. El señor Cavill me había dado un breve tiempo mientras que él terminaba de ordenar todo en la cocina mientras me había pedido esperarle en ese cómodo espacio iluminado de manera tenue y serena donde podía ver los hermosos jardines que circundaban ese patio adornado y preparado para ser un acogedor espacio de descanso.El señor Cavill había llegado mucho más sereno y calmado que de costumbre, como si de repente aquella conversación en la que logramos obtener algunas respuestas de parte y parte, él hubiese logrado abrirse un poco más y de tanto en tanto se le hiciera más factible la idea de abrirse a un buen trato sin tener que recurrir a su abusivo dominio y sometimiento.De manera calmada me miró sin darle mucha importancia al tema de imponer sus voluntades como siempre acostumbraba. Ahora se había tomado a la li
Límites rotosEl señor Cavill entonces hizo un derroche de su fuerza incólume al tomarme por la cintura y subirme a su hombro de una manera irreparablemente sexi. Aquello de ser tratada como un objeto podía ser malinterpretado e incluso de mal gusto, pero cuando lo hace el hombre que me robaba el sueño, entonces no me importaba que él hiciera lo que se le antojase.Subida a su hombro me llevó por el pasillo y sin siquiera resentir mi peso sobre su hombro, que no debían ser más de cincuenta kilos, pero igual debía dificultarle en algo, subió los escalones como si aquello fuese algo rutinario y normal. Sus piernas eran como máquinas de una fuerza y una potencia incontenible.Sobre su hombro tuve tiempo de pensar en tanto, pero al final de cuentas no me dio tiempo de pensar en nada de ello, pues el señor Cavill aprovechó la oportunidad de tener mis nalgas a su entera disposición para darme de nalgadas justo como lo había hecho aquel primer día en forma de «castigo». Los golpes de su mano
Castigo apetecible.El señor Cavill me había dejado en claro que mis manos debían permanecer quietas en todo momento, pero aquello resultó algo imposible, llevándome a ocasionar que al final de cuentas aparecieran nuevos implementos del contenido de aquella bolsa: dos esposas entraron en escena, cuando no conteniendo el estallido de placer incontenible, mis manos procuraron detener el avance de aquel objeto sobre mi clítoris. El movimiento de aquel cuerpo extraño que el señor Cavill aplastaba contra el centro de placer de mí entre pierna me hacía entrar en un estado de agonizante disfrute. Incluso después de que mis dos manos terminasen «encadenadas» a la estructura de la cama, el instinto mismo me llevaba a contorsionarme inútilmente para procurar detener aquel castigo apetecible.Mis gritos habían dejado de serlo para convertirse en alaridos del más puro descontrol. No existía manera de contener de forma púdica aquel despropósito de placer en estado puro al que el señor Cavill me s
Lazos que unenTal vez era el hecho de que era nuestra segunda vez juntos, o tal vez era el hecho de que ahora nos conocíamos mucho más, o también podía ser el hecho de que yo me había confesado y le había dado a saber mis sentimientos por él, incluso, quizás, podía ser por el hecho de que mi cuerpo ya estaba listo para el placer y mis piernas y manos se encontrasen atadas y listas para presentarme ante el cómo una ofrenda sexual, pero sin duda alguna aquella noche conocí el cielo en manos del señor Cavill. Él me tomó sin ningún tipo de consideración. De haber sido por la dureza de aquella cama que parecía de confección industrial, posiblemente habríamos roto el lecho de haberse tratado de una cama ordinaria. El cuerpo del señor Cavill me asfixiaba por la posición que él tomaba sobre mí desde su posición entre mis piernas. Su respiración me permitía medir el ascenso absoluto de aquella excitación incontenible que invadía a nuestro cuerpo como una febril sensación de llenura que colap
Noticias matutinasVolví del baño después de haber logrado lavarme para quedar fresca como lo necesitaba para poder irme a la cama en completa paz. Allí no tenía ropa como para cambiarme por completo, así que terminé regresando a la cama con esa misma muda de ropa diminuta que me sometería a los embates del frío.Cuando volví a la habitación la luz ya había sido apagada y el señor Cavill se encontraba abrigado debajo de una cobija gruesa y con sus ojos cerrados. Me sentí incómoda al no saber cómo proceder entonces. Ya entre nosotros no quedaba mucho margen para el pudor o el recato en guardar apariencias, pero de ninguna forma hubiese podido abordar esa situación de otra forma que no fuese el sentirme apremiada por una timidez congénita. Por suerte para mí, aquella cama era exageradamente inmensa, por lo que resolví acomodarme en el borde, dejando suficiente espacio, separándonos, manteniendo en todo momento la delicadeza de no hacer movimientos bruscos que perturbasen el sueño del je
Incómodo asombro.Ana quedó impactada, apenas recibió mi invitación, casi tanto como yo había quedado al momento de que el señor Cavill me dijera aquello, ya que de cierta manera él se daba por entendido que con Ana yo no guardaba ningún tipo de secretos. De cierta manera estaba obligada a seguir guardando las apariencias en cuanto a la inocencia de Ana respecto a esa relación de «amo y sumisa» que yo mantenía con el señor Cavill, pero que cada vez se alejaba más desea premisa inicial para acercarse más a un tipo de relación amorosa no enlistada ni mucho menos convencional.Lo mío con el señor Cavill era algo que escapaba completamente de cualquier imagen preconcebida de lo que se pudiera siquiera esperar, pues solo habían pasado cinco días desde la firma de ese contrato, cinco días que había sido una montaña rusa que me había hundido en un trance insoportablemente intenso que me tenía con el corazón confundido y el alma desparramada en diez mil posibilidades.Aún mantenía muchas duda
La habitación tentadoraAna se ofreció a visitar el internado esa misma tarde, apenas Erick regresará con su coche, ella había escuchado todas mis indicaciones con mucha atención. Entonces mi alma regocijó por la esperanza de tener nuevamente noticias de mi hermano.Desde el día que salí de ahí, salvándome en último momento de los planes malévolos que «el jefe» tenía para mí, prácticamente se convirtió en un territorio que yo no debía siquiera pisar, pues dentro de esos muros él tenía el dominio absoluto de todo, era como si sus dominios llegaran más allá de las restricciones del tiempo y del espacio, llegando a imponerse por sobre cualquier razón y lógica para gobernar con mano de hierro. Por eso, aunque mis intenciones fueran otras, yo no podía visitar a mi hermano todo lo que quisiera, incluso muchas veces tenía que ausentarme por meses enteros cuando la permanencia de «Él» ponía en riesgo mi sola presencia en el lugar. Por eso dependía muchas veces de la mediación de una mujer odi