La lluvia caía frente a la ventana de la habitación. Sus hermanos se encontraban rodeándola con sus bracitos mientras estaban completamente dormidos. La joven les dio un pequeño vistazo notando lo cansados que estaban. Después de todo hoy se habían despertado temprano para limpiar el apartamento, luego fueron por las compras de la semana e hicieron sus deberes, justo para poder descansar en la tarde y tener libre el domingo. Sin embargo, ella no podía descansar. La imagen de Hudson siendo asesinado la mortificó. Hudson se dio cuenta que algo andaba mal, pero ella decidió responderle que estaba cansada. Se disculpó y salió huyendo de ahí directo a su casa. No pudo dormir. Sabía que no podía esconderle ese tipo de cosas a Hudson, pero tenía sus dudas. No era común que ella viera cosas que no habían sucedido.No entendía por qué ahora las cosas resultaron de esa forma. Debía seguir investigando. Así que se movió lentamente y luego acomodó a sus hermanos con almohadas para que continuaran
Hudson apareció a unos metros mostrando una sonrisa. El muchacho tenía una peluca negra que hacía resalta el color de sus ojos, además usaba unas gafas que seguro no tenían nada de graduación, unos jeans rotos, una camisa blanca y una de cuadros que rodeaba su cintura. Se veía increíblemente atractivo.La joven entreabrió los labios y el chico se acercó tomando su rostro entre sus manos. La joven abrió los ojos de par en par.—¿Estás bien? — Tenía que reaccionar.—Hud… digo Michael, viniste.—Por supuesto, no te podía dejar sola. — Sonrió. La joven intentó guardarse su gran confusión al ver una sincera sonrisa en su rostro o lo que ella creía que era una sonrisa sincera. En verdad, era muy buen actor. No podía negarlo.—Chicos. — Se giró finalmente haciendo que él bajara las manos. —Este es mi novio Michael Hopes. — Lucy rodó los ojos y suspiró dándose por vencida. Al menos no seguiría fastidiando el ambiente. Hazel se levantó y se acercó a ver al muchacho.—Te me haces conocido. — Ke
El viernes para ir a South Village había llegado, Kerrie sentía preocupación por dejar a sus hermanos solos. Sin embargo, Luther fue muy amable al conocer a los niños en días anteriores. Kerrie le agradeció bastante su atención.—En serio agradezco que cuides a mis hermanos.—No te preocupes, recibiré un buen bono.—¿Perdón?—Que ellos son un dúo mono. — Kerrie lo miró con extrañeza, pero luego sonrió. Los niños jugaban junto con la sobrina de Luther y parecían ajenos a la situación. Todos estaban en el apartamento de Hudson, para sorpresa de Kerrie y el pelinegro, el muchacho había estipulado que los niños y Luther se quedarían en su apartamento, para mejor seguridad.El castaño salió de su habitación arrastrando su maleta y la ubicó al lado de la de Kerrie.—¿Qué tanto llevas ahí? — Luther lo miró con cierta confusión. Incluso Kerrie parecía preocupada al ver la enrome maleta, ella apenas llevaba una mochila grande. En teoría estarían de vuelta el domingo por la mañana.—Lo necesari
Kerrie sentía que algo iba a pasar. Era una sensación incomoda que no sabía cómo explicar y por esa misma razón no podía decírselo a Hudson. No quería preocuparlo especialmente por las razones que hacían este viaje. Intentó pensar en cosas positivas, pero ese sentimiento se apoderaba cada vez más de ella, especialmente cuando una incesante lluvia se hizo presente en la carretera, era difícil avanzar de esa forma, aun con las luces altas y bajas encendidas.—Esto es increíble. — Murmuró el joven intentando ver desde su asiento. Se detuvo debido a que había una cola de automóviles frente a ellos. Hudson la miró y ella decidió investigar en internet por qué había tráfico en la carrera. Más no había mucha información, más que el camino rojo marcado en el GPS. La joven frunció el entrecejo y al enfocarla al frente pudo ver a un chico parado a un lado y este flotaba. Hizo una mueca al darse cuenta que se trataba de un fantasma.—Voy a averiguarlo. — Sin decir más salió del auto sin siquiera
Un pitido constante cerca de sus oídos la puso nerviosa. No podía ver nada, pero parecía no tener aire a su alrededor. Le faltaba oxígeno y comenzó a sentir que moría, se asustó, se sintió aterrada, era como si estuviera… como si estuviera enterrada. Escuchó que la llamaban por su nombre y mientras ella gritaba algo como un cristal romperse, sonó a su lado. De pronto la imagen de fuego, el sonido de un arma y un grito se hicieron presentes. Kerrie abrió los ojos de par en par justo en el momento en que un rayo interrumpió su sueño. Se dio cuenta que estaba en la habitación del hotel y que su corazón latía con fuera. Había tenido una pesadilla y había sido horrible. Escuchó que la puerta sonaba desde fuera así que corrió para abrirla, ahí estaba Hudson quien parecía molesto. —Te llamé diez veces Carrie. No me digas que te dormiste. —Lo siento. — Frunció el entrecejo al verla bien. La joven lo miró de la misma forma. —¿Sucede algo? —¿Tienes fiebre? — Colocó su mano sobre su frente
Kerrie despertó en el hospital del pueblo. No se sorprendió al ver a Hudson sentado a su lado con una expresión de cansancio en su rostro. Pronto recordó lo que había sucedido y se sintió aterrada, sucia y confundida. La habían drogado, un hombre la vio semidesnuda, además Hudson había entrado al cuarto y recordaba muy bien que había arremetido con fuerza en contra del hombre. Miró sus manos notando las heridas en sus nudillos. Nada de eso había sido un sueño.—Hudson. — El chico la miró. Ya ni siquiera llevaba la peluca, solo unas gafas oscuras y una gorra.—¿Cómo estás? ¿Te sientes bien? — Asintió.—¿Y tú? ¿No te duelen las manos? — Hudson las miró y luego negó levemente.—Eso no importa. ¿Te sientes bien? El doctor dijo que estarías limpia en unas horas. Te metieron algún tipo de sustancia que te noqueó por completo.—¿Qué pasó con el hombre?—Será mejor que volvamos a casa, esto fue mala idea.—¿Dónde está el hombre? — Hudson se calló y luego respiró con lentitud como si le pesara
Hudson y Kerrie compartieron miradas repletas de confusión. Vieron al hombre entrar a la casa y fue recibido por varias personas. Ambos entraron intentando comprender que pintaba ahí Dorian Krub. ¿Acaso conocía a Rory? Todo era tan confuso.—¿Qué es esto?—Estoy igual de confundida que tú. Te lo juro. — Decidieron esperar a qué se quedara solo o al menos no estuviera tan ocupado. Kerrie parecía nerviosa, se encontraba mordiendo las uñas de sus dedos debido a los nervios. Hudson había notado que ese era un gesto que hacía mucho. Sin pensarlo, tomó su muñeca y la bajó con suavidad. Ella lo miró detenidamente.—Calma, saldrá bien. — Asintió y tomó aire. El hombre comenzó a caminar hacia otra habitación así que ella decidió seguirlo y Hudson tomó el pasillo por si podía encontrarlo en la otra habitación.El hombre se giró a verla y ella reunió todo el valor para mostrar una pequeña sonrisa y decir: ¡Vaya es un usted Dorian Krub! Es un placer. — El hombre parpadeó varias veces mostrando su
—Todo está bien. En perfecto orden. No hay nada irregular o anormal. — Su médico de cabecera le entregó sus pruebas y Hudson negó levemente.—No lo entiendo. ¿no tengo taquicardia? Quiero decir, por qué mi corazón late tan rápido.—A lo mejor te has sentido nervioso por algo, estresado.—Está ensayando para la obra de teatro. — Luther comentó a su lado.—Puede ser eso.—Imposible. No late así de fuerte y rápido cuando estoy en el escenario. Solo es cuando estoy con ella.—¿Ella?—¿Quién ella? — Miró a Luther y luego al doctor.—Quiero decir, mi corazón se comporta así de raro cuando estoy trabajando con Kerrie, mi subordinada. — El doctor miró a Luther y Luther a él.—Bueno, eso explica muchas cosas.—¿De qué habla? — El doctor suspiró.—Hudson, creo que te has enamorado.—Imposible. — Luther soltó una carcajada detrás de él. El doctor tomó los resultados de los exámenes de nuevo y se los marcó a Hudson.—El examen es claro, no hay nada malo con tu cuerpo. Es posible que tu corazón la