Las suaves sábanas rozan mi piel demasiado sensible. Un calor sofocante me cubre todo el cuerpo y comienzo a sudar. Siento una cosquilla ascender por mi vientre y una brisa de aire frío alivia por unos segundos mi alta temperatura. Me remuevo sobre la cama, buscando un alivio a esta sensación de estar acorralada que me llena por momentos. Sin embargo, un cuerpo duro se presiona contra mí.
Levanto mis manos y al tocar lo que sea que me tiene encerrada, me parece reconocer un pecho ancho y fornido; ahogo un jadeo al imaginar el dueño.
—¿Chris? —jadeo, con un susurro.
—Sí, cariño, soy yo. —La voz del Chris de mi sueño se escucha baja y ronca. Sexy.
—¿Qué…haces? —pregunto, cuando una mano suya se pega a mi cadera y comienza a dibujar con sus dedos sin un patrón evidente.
—T
Dulces. Sus labios son dulces.Y suaves.Envuelven los míos con movimientos cadentes y seguros.Sus manos rodean mi rostro y sus pulgares, rozan mi mejilla. Cada uno inclina su cabeza hacia lados contrarios, para profundizar un poco más. Lo que empieza con lentitud, aumenta la intensidad, conforme nuestras sensaciones crecen y las ganas de continuar se multiplican.Ahora estoy acostada. Y él, está sobre mí. Sin embargo, solo nuestras bocas se tocan.Sus dientes me muerden y los míos responden. Mi lengua juega con la suya y se enredan en un baile de poder. Sus labios chupan los míos y provocan que gemidos inevitables salgan de mi garganta. El pulso de ambos, late errático. Las respiraciones se dificultan y las palmas de las manos pican con las ganas de tocarnos. Pero, contrario a lo que debería suceder, cada uno las mantiene alejadas del otro.Mis pulmones arden y solo así,
—Sabíamos que estarías aquí. —Escucho la voz de Ellie y levanto la mirada de mi libro.—¿Dónde, si no? —respondo con una sonrisa y veo, además, que se acerca Abbi.Nos saludamos con besos en la mejilla y mis amigas toman asiento a mi lado.—Has estado perdida estas dos últimas semanas —recrimina Abbi, con el ceño fruncido.Resoplo, porque me siento culpable por eso.—Lo sé, pero entre el examen de Derecho Internacional y las demás materias, he estado super estresada —murmuro una justificación, que, aunque sí es verdad, me faltaría confesar que andaba demasiado cercana a Christian Anderson.—Créeme, te entendemos —comenta Ellie, con una mueca de fastidio.Iniciamos una conversación relacionada con los estudios y nos ponemos al día de las últimas semanas. Abbi
Faltan solo dos días para mi cumpleaños y tengo que comprarme algo lindo. En mi vestidor tengo algunos modelos que estarían a la altura, pero con todo lo que soy últimamente, necesito subir mi autoestima; un día de shopping puede resultar. Mis ánimos no han estado en su máximo esplendor y conozco los motivos, por más que intente no mencionarlos o siquiera pensar en ellos; pero ahí están.«Maldita la hora en la que me dejé llevar por mis más calientes deseos», resoplo con irritación.Pero no hay nada que hacer con eso, lo hecho, hecho está y ahora, debo cargar con las consecuencias. Por más que mi cuerpo se encienda con el recuerdo y las palabras de Maddie se repitan en mi cabeza, debo pensar bien en cómo tratar el tema. No es un secreto que me quedé con las ganas, aunque las reprima con todas mis fuerzas, sin embargo, no puedo dar una image
Con seguridad, camino al mostrador, llevo el vestido en una mano y la tarjeta en la otra. Al acercarme, veo a Christian recostado a la mesa de cristal que exhibe algunas joyas y otros complementos. Sus brazos están cruzados y apoyados por completo en la mesa. El pullover gris que lleva ajusta sus mangas a sus tonificados bíceps y marca cada músculo definido de su espalda y hombros. Por unos segundos, la boca se me hace agua al verlo de perfil; sus labios suaves y gruesos me recuerdan todo lo que sentí mientras hacían de las suyas en ciertas partes de mi cuerpo. Pero todo se desploma cuando sonríe para la chica que antes me atendió. Siento un calor rabioso subir por mi pecho al ver cómo ella coquetea sin parar, con un dedo enroscando algunos mechones de su cabello negro y sus dientes mordiendo su labio inferior cada dos segundos.«Más obvia no puede ser la muy tonta».Enfurecida, al ver que &eacu
Sus ojos son dos pozos oscuros y brillantes.Su mirada está fija en mis piernas y cuando comienza a subir, yo sigo su recorrido. Con lentitud torturadora observa cada centímetro de mi piel; mis piernas, mis muslos expuestos, mi cintura ajustada, mis pechos firmes y casi descubiertos, mi cuello y, por último, mi boca.Es tan intenso el momento que no escucho nada a nuestro alrededor, solo mi respiración, que está acelerada. Mi pecho sube y baja con nerviosismo y Christian enfoca sus ojos ahí; se relame los labios y sus ojos vuelven a brillar. Yo soy toda nervios, cierro mis manos en puños para que no vea el temblor que me provoca su presencia y su tan exhaustivo repaso.—Estás preciosa —susurra, con una voz ronca que me provoca escalofríos.Se incorpora de su posición recostada y viene a mi encuentro. Podría intentar alejarme, poner distancia entre nosotros; pero no es
Él está ahí debajo. Finge que le interesa bailar con otra, pero sus ojos no se alejan de los míos.Mi cuerpo se mueve al ritmo de una nueva canción, lenta, sensual, provocativa. Mis caderas se bambolean de un lado a otro y mi vestido se levanta en mis muslos con cada movimiento. Mis manos copian, en mi propio cuerpo, el camino de las suyas en el cuerpo de la otra. Mi vientre, mis caderas, mis pechos y mi cuello. Nunca cierro mis ojos en todo el rato, en cada centímetro que avanzo a la par de él. Lo hago; como si fuera él mismo el que toca mi piel, el que provoca estas sensaciones de ansioso deseo.Desde lejos puedo ver cómo le gusta. La mirada profunda que me dirige ante mi descarada actuación. Sonrío. Sonrío mientras sigo mirándolo. Deleite, muestra mi rostro. Disfrute, de lo que sé, estoy provocándole.Y cuando una mano brusca gira la cabeza de la chica y u
POV: Christian.No me esperaba esto. No lo esperaba para nada.Era consciente de la química y la atracción sexual que se respira entre Andrea y yo; pero nunca pensé que ella podría asumir este papel tan liberal y arriesgado a la vez.Una noche…dijo ella.Y sí, solo una noche es lo que quiero ofrecerle. ¿O no?Mis pensamientos son demasiado profundos y viajan a la deriva. Sin querer, sin pretenderlo realmente, Andrea ha logrado captar mi atención de una forma completamente nueva para mí. Lo que empezó como un reglamento roto, un código que quise obviar, se convirtió en motivo de noches sin dormir.«Andrea es más de lo que piensan muchos. Y me jode que yo, no haya sido el primero en notarlo».—¿Por qué siento que, entre tu hermano y tú, hay demasiada tensión? —pregunta Andie, mientras sa
POV: Andrea.El viaje en auto se me hace un poco largo. Aún más, porque todo el rato nos mantenemos en silencio. Atravesamos la ciudad y me intriga sobremanera hacia dónde me lleva Chris. Y aunque debería estar nerviosa, la verdad es que no lo estoy. Más bien, sigo pensando en todo lo sucedido antes, en el Club.A pesar de haberle dicho a Christian que no me importaba su vida personal y los problemas que tiene con su hermano, sí tengo curiosidad. Primero, porque son hermanos y debe ser algo muy fuerte para que se sientan así entre ellos. Segundo, porque lo que sea que se traen los dos, estoy casi segura que yo me encuentro en el medio. Las miradas de arrogancia, victoria, dadas por Christian a Connor, me hacen creerlo.Precisamente por esto, es importante que yo pueda cumplir el trato que le propuse a Christian. Una noche. Solo una noche para quedarnos satisfechos. Y luego, seguir nuestros caminos separados.<