Cuando Candy sintió las manos de él en sus caderas y como este la depositaba con sumo cuidado sobre sus piernas se dio cuenta de lo pequeña que era en comparación con él, ella podía perderse en ese enorme cuerpo, blanco, aunque no tanto como ella, de pies largos, al igual que sus piernas, todo músculos, todo duro.
Sintió como Amir movía sus manos hacia su vientre y como acto reflejo lo cubrió con las suyas, ella siempre lo cubría ante la presencia de algún extraño, y por más que conociera a Amir, la costumbre ya está instalada en ella.
— ¿Que sucede?
— No, nada.
— Estas rígida. — Candy permanecía en silencio y Amir lo entendió, ellos tenían una conexión.
— Jamás lastimaría a mi hijo. — Lo dijo con voz tranquila y suave.
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Maldecía por lo bajo, él pensaba que, casándose con ella, Matt estaría conforme, y cuando ella se fuera con algún otro hombre, como según él era común en las mujeres, no tendría nada que recriminarle, pero ahora con el aviso del psicólogo, todo volvía a cambiar, complicando aún más la situación.El especialista le dio a entender que debería cuidarla como si de una burbuja de jabón se tratara, Amir no sabía cómo ser suave, o así sea amable, él estaba acostumbrado a ordenar, gritar y amedrentar, así todos lo obedecían, así todo marchaba bien.Charly se sumió en la pura nostalgia, su casa se sentía vacía sin Candy, por lo que decidió llamar a su madre, en busca de algún consejo.— Dime algo por favor, mamá. — Dijo en un lamento, si, C
Al fin el doctor llegó, la reviso y le inyectó un calmante, inmediatamente las arcadas y los dolores cesaron, y a los minutos ella se durmió. Amir se perdió unos segundos en esa imagen, parecía una perla que brillaba en medio de su cama, entre las sábanas negras, su blancura y belleza eran únicas.— ¿Qué demonios le pasó? ¡¿Acaso es normal que vomite tanto y esos dolores?!— Baja la voz Amir, ella tiene que descansar, vamos a hablar a otro lugar.El doctor parecía molesto, Amir se dio cuenta, por lo que lo siguió. Bajaron la escalera hasta el despacho, el empresario estaba completamente ansioso por la salud de su hijo, por lo que apenas ingresaron, él hablo.— Bien doctor dígame ¿qué paso?— Esos dolores eran contracciones, es por eso por lo que le coloque un calmante.—
Candy se despertó, tenía demasiada calor, mucho calor y cuando abrió sus ojos se dio cuenta que era porque Amir la está abrazando, la tenía atrapada entre sus brazos y una pierna, en un agarre que ella lo sintió especial, nunca había estado así con alguien, esa sensación de protección que solo él le hacía sentir, miro su rostro y llego a la conclusión que era muy hermoso verlo así de tranquilo, le hacía dar ganas de tocarlo, saber que su piel es suave, y la barba bien recortada que llevaba, la llenaban de curiosidad, quería pasar sus dedos por ella, pero desecho ese pensamiento, tenía hambre, por lo que decidió levantarse, tratando de no hacer movimientos bruscos. — No... No me dejes... no...Mamá.“Ahora entiendo a lo que te referías Amir, Tus fantasmas, en realidad es uno. ¿Acaso tu madre también murió?”Al ver que el rostro de Amir se volvía cada vez más triste, decidió despertarlo, él le dijo que no la golpearía, y ella le creía, Amir nunca le mintió, por lo menos hasta ahora.Con
Los empleados se presentaron uno a uno y ella trató de grabar sus nombres. Amir dio una mirada de advertencia a los hombres que trabajaban para él, algunos lo notaron, otros no. Cuando el timbre sonó cada uno volvió a sus quehaceres. — Debe ser tú hermano, ¿podrías quedarte aquí unos minutos? tengo que explicarle unas cosas antes de que te vea. — La mirada de Amir fue al vientre de la joven, apenas tenía 4 meses, pero su estómago dejaba ver muy bien donde estaba su hijo, creciendo poco a poco. — Sí, sí, no hay problema. Candy no quería ver a Matt, estaba tan dolida por su abandono, pero no quería decirle a Amir, él le dijo que eran amigos, y no quería que se enojara con ella. Cuando Amir se fue ella pensaba. “¿Entonces esta es mi vida de ahora en adelante? Mi hija será feliz aquí y yo... ¿podré ser feliz? ¿Por qué me siento tan feliz cuando Amir me toca? ¿o me mira tan fijamente? ¿Qué es lo que me sucede?” <
Matt quiso golpearlo, pero esta vez Amir se defendió, la primera vez se dejó golpear porque lo merecía, pero ahora... era por defender a Candy. Uno, dos, tres golpes y, Matt terminó en el piso. Cuando se levantó tomó un abrecartas que estaba a modo de decoración sobre el escritorio, Candy lo vio, sabía lo que iba a pasar y no lo iba a permitir, se colocó entre ellos, Matt vio la forma de ganar o ganar. Si el bebé era el por qué ella no se iba con él, lo resolvería ahora mismo.Pero Amir fue más rápido, después de todo, era su hijo el que corría peligro, por lo que tomo a Candy del brazo y con un giro de su cuerpo la cubrió por completo, por lo que Matt enterró el abrecartas en la espalda del futuro padre.— Amir. — La cara de pánico de Candy lo decía todo. Mientras que el hombre la miraba con una so
— Esto huele delicioso. — Dijo Amir apenas entraron al comedor.— Y sabe mucho mejor. — Matt trataba de comportarse, tenía que recuperar el amor de su hermana, para poder llevársela una vez que el bebé nazca.— Gracias.— ¿Dónde aprendiste a cocinar? Recuerdo que Aarón no lo hacía muy bien.— ¿Aarón?— Nuestro padre, se llama Aarón, él dejó de cocinar cuando te fuiste Matt, aprendí viendo la tele.— Tendrás que darle la receta a la cocinera, esto está delicioso Candy.— No puedo, lo siento Amir, no se las medidas, se cuáles son los ingredientes que lleva y cocino según voy probando lo que hago. — Eso hizo que Matt recordara algo.— La policía me dijo que eres analfabeta, ¿es verdad?— Charly me estaba ense&n
Matt quedó en silencio, él había imaginado otras respuestas de su amigo, algo que le indicara que Candy no le importaba en lo más mínimo, pero no fue así, él ya no hablaba solo de su hijo, Amir incluía el hecho de cuidar de Candy, además la dedicación que ponía en la bandeja destinada a su hermana, le hacía pensar que sentía más que solo interés por el bebé o atracción hacia Candy. Por lo pronto decidió cambiar de tema, se quedaría una temporada, vigilaría todo y después tomaría una decisión, pesara a quien le pesara. — A Candy no le gustan las avellanas. — ¿Que? — Las galletitas de avellana no le gustan. — Amir miró la bandeja, no sabía si creer o no lo que le decía Matt. La duda se reflejaba en su rostro, lo miro con desconfianza. — No seas idiota, no soy un niño para mentirte. Amir cambió las galletitas por unas con chispa de chocolate mientras sonreía. — ¿Que es tan divertido? — Pregunto Matt molesto, no estaba acostu
Amir no podía creer lo que acababa de escuchar, en ese instante él se juró que jamás, nunca, lastimaría a Candy, él amaba a esa mujer, tanto o más de lo que ella lo amaba a él.Los hermanos Ángel quedaron en silencio cuando el empresario de joyas apareció en la cocina, aunque Candy sonreía de una manera única al verlo.— Amir, ven desayuna con nosotros, mira todo lo que Matt hizo.— No sabía que supieras decorar la comida de esta forma. — dijo sonriendo y Matt lo fulminó con la mirada al tiempo que se levantó de su lugar.— Yo iré al aeropuerto a recoger a Melody. — anunció con voz tenebrosa.— ¿Quién es Melody?— Ya la conocerás Candy, es una empleada y una buena amiga.— ¿Para que la llamaste Matt? ¿qué es lo que piensas hacer?