¿Alana en Italo?
Buenos deseos para West y callarme yo.
El torbellino de culpas se apodera de mí otra vez cuando caigo en la cama.
Suspiro con pesadez, aunque por lo bajo, pues la inocente japonesa duerme y la buena de West no ha llegado. Por supuesto la mala soy yo. La que está despierta a causa de mis pésimas elecciones; esas que se amontonan como vidrios rotos sobre mi almohada. Cierro mis ojos, los vuelvo a abrir para llorar, a ver si algo sale de ahí que me pueda liberar. No lo consigo y me digo que esperaré a West para contarle la verdad.
Quizá la pierda como amiga pero mi conciencia estará limpia.
De modo que veo al techo por horas en que la teñida no se aparece y no lo hace jamás. En consecuencia, me voy al baño para estar sola. Ocupo asiento sobre la t
¿Documental? Y así Calen Sanders anuncia tener novia. Beck ganó en ciclismo y por fin la Sociedad Italina se relajó.Al hacerlo, en su momento una chica equis de Miacent Puentes se levantó de su asiento en las gradas y gritó: «Becker tómame», mientras se levantaba la blusa. En suma y a consecuencia de eso: las tetas de la chica inundaron DUDO hasta que los técnicos comenzaron a censurar el contenido. No obstante, en mi caso lo supe primero gracias a mis amigos, dado que, pese a las grandes apuestas a mi favor, no gané la carrera. Caí en medio de ella. Calen me socorrió y no quise ni saber quién se coronó campeón.Según dicen los instructores mi silla de montar fue manipulada. Cabe la posibilidad de que haya sido cualquiera y ese dato es poco más que nada. En un sit
¿Nueva compañera? Al parecer Calen es todo lo que tengo. Creo que llorar nos libera un minuto; actuar es parte fundamental de no estancarse en el bache del dolor.Si bien nunca esperé que lo sucedido con Calen llegase a ser de dominio público, ahora lo es. Y cada estudiante de antes, a su manera tenía razones para echar mano de mí porque reconozco mi culpa. Jamás debió pasar. Ahora pienso que fue tan solo un instante creado para ser exhibido hoy. Planes y trampas en donde caí.Al borde de su cama limpio mis últimas lágrimas. Veo a Calen que ya no me sostiene pero me vigila como si fuese a hacer algo estúpido.— ¿Fue ella o tú?— ¿El qué?— Quien grabó.— Fui yo.He de tragar ante la con
¿El Duende? Explicaciones y una charla sin reparos...Cuando desperté después del golpe, aspiré.Un olor a barniz se coló en mi interior dándome el empuje de querer ver en dónde me hallaba. Tenía una idea, o más bien un recuerdo: la última clase de Danza, que básicamente se concentró en pasar el tiempo reparando sillas o mesas pertenecientes al inmueble de la universidad. Con todo, no pude comprobar nada, pues la visión estaba nula en consecuencia de tener una tela oprimiéndome ambos ojos. Alguien había amordazado mis extremidades y cuando quise gritar fue imposible. No salió nada del esfuerzo que puse en hacerlo.Después una voz se dejó oír; así que atenta, la escuché:— «No seré caos pero vendré a sembrar la discordia para verlos caer enredados
¿Alérgico? Nueva rutina; nuevas adquisiciones. He alcanzado dos grandes logros estos últimos días: 1) ser la Puta de Italo y 2) llegar tarde a todas mis clases.La reputación que va en ascenso todavía no es ni tan siquiera obviada por dale cobertura al Duende. No; camino por cada pasillo siendo una especie de castor que alguien cruzó con erizo y se volvió un ser ermitaño. Después de convertirme en la novia de Calen Sanders mis uñas han mudado su esplendor: ahora llevo el esmalte lila repartido en fragmentos y no paro de comérmelas a la primera oportunidad: ya sea en clases, en la biblioteca, o aquí mismo mientras estudio llena de libros en la cama. Esto, dado que el dueño del dormitorio no posee casi muebles. Pero claro él estudia en el suelo al otro extremo de la habitación que p
¿Disparo?Una entrevista y otro rechazoNo me atraganto gracias a Tuan Chi.La japonesa me socorre como una experta así que no llego a mayores. Aparto el tazón con mi merienda de la cama para reposarlo sobre el escritorio y releer el pedido de cita de Grace McWell.Grito.Tuan Chi ha aprendido que ello no es alarma que suponga peligro, de modo que al verme observando al móvil, ella sigue en sus cosas. Humedezco mis labios y respondo que sí que acepto ¡Of curse! Por tanto y a razón de que el encuentro será justo aquí, empiezo a cambiarme el pijama sin dar explicaciones a mi compañera.— Bienvenida –la recibo media hora después.Es de esos momentos en que te encuentras en la misma plataforma de vida, en el mismo lugar, r
¿Me desea? Proyectar no es mentir; es la magia del porteDespierto con una palmada, digo, con una nalgada.Mentiría si dijera que no me he acostumbrado a ellas. Tanto, que si de casualidad llego a despertarme y aún no la he sentido, entiendo que todavía no debo levantarme.— Si en 3, 2, 1, no estás en el baño, te vuelvo a tocar el culo.Emito un bufido para alejarme de la cama a paso lento y consecuente de que en mi trayecto repare en Calen frente al espejo del tocador. Sus dedos van con precisión hacia partes de sus cabellos, saben a dónde ir, qué arreglar; por tanto le dejo así para adéntreme en el baño. Pienso en lo raro que es que alguien con tal mal dormir sea buen madrugador, pues hay algo más a lo que me he acostumbrado en la convivencia con C
¿Internado?Conocer más a Calen y fallarle al plan Entro al edificio tomando en cuenta lo complicado que será escabullirme de alguien que sufre de insomnio.Calen me echará en falta, con todo, interrumpo las supuestas por los actos: veo tres hombres saliendo del dormitorio y troto para encararlos.— ¿Qué hacen? ¿Cómo entraron? –riño vuelta puro enojo.— Joven, cálmese –pide uno–, recibimos órdenes del Joven Sanders. Mire aquí: este es su móvil, nos lo dio para acceder al código –me explica–. Yo en persona iré a devolvérselo.— ¿Para que los mandó a llamar?— Quería que trajéramos un encargo suyo.— ¿Encargo? –replico.Los tipos uniformados que ya no tengo por entrometidos, sino por agent
¡¿Solo cinco?! Hacer de detective y comenzar mis ensayos. El corazón está por salírseme de la boca pero no me echaré para atrás.Creo que estoy derritiéndome pero aun así trepo la escalera yendo de primera: sudorosa, casi muerta del miedo pero sin retroceder. Xavi va detrás. Tuan Chi se encargará de vigilar. Si alguien la ve, gritará para hacerse la víctima de algo y alejar cualquier tipo de sospecha que pueda asemejarse a que unos estudiantes se están colando en la sexta habitación del edificio de los pedestales, para colocar unas cámaras y espiarlos en contra de su voluntad. No; porque eso en Italo no ocurre.— Hay una silla, apóyate en ella para entrar.Xavi me susurra tan bajo que pareciera que ha mudado de voz. Asiento para darle uso al apoyo de Mi