¿Internado?
Conocer más a Calen y fallarle al plan
Entro al edificio tomando en cuenta lo complicado que será escabullirme de alguien que sufre de insomnio.
Calen me echará en falta, con todo, interrumpo las supuestas por los actos: veo tres hombres saliendo del dormitorio y troto para encararlos.
— ¿Qué hacen? ¿Cómo entraron? –riño vuelta puro enojo.
— Joven, cálmese –pide uno–, recibimos órdenes del Joven Sanders. Mire aquí: este es su móvil, nos lo dio para acceder al código –me explica–. Yo en persona iré a devolvérselo.
— ¿Para que los mandó a llamar?
— Quería que trajéramos un encargo suyo.
— ¿Encargo? –replico.
Los tipos uniformados que ya no tengo por entrometidos, sino por agent
¡¿Solo cinco?! Hacer de detective y comenzar mis ensayos. El corazón está por salírseme de la boca pero no me echaré para atrás.Creo que estoy derritiéndome pero aun así trepo la escalera yendo de primera: sudorosa, casi muerta del miedo pero sin retroceder. Xavi va detrás. Tuan Chi se encargará de vigilar. Si alguien la ve, gritará para hacerse la víctima de algo y alejar cualquier tipo de sospecha que pueda asemejarse a que unos estudiantes se están colando en la sexta habitación del edificio de los pedestales, para colocar unas cámaras y espiarlos en contra de su voluntad. No; porque eso en Italo no ocurre.— Hay una silla, apóyate en ella para entrar.Xavi me susurra tan bajo que pareciera que ha mudado de voz. Asiento para darle uso al apoyo de Mi
¿Qué quiero? Un vinito, desahogarme y bailar. Grace está esperándome frente a mi puerta.Por tanto, me adelanto en un trote para no hacerla esperar más.— Grace, hola –saludo.— Amelia, hola.— ¿Qué necesitas?— He venido a decirte que la entrevista ha ido bien, por ello vine a felicitarte.— Eh gracias. Significa mucho yo soy tu fan –ella sonríe–. Lo cierto es que antes me daba un poco de pena decirlo pero...ya sabes, si uno de estos días tienes tiempo, podríamos tener una cita. Charlar y eso.— ¡Por supuesto! Aunque desde ya me gustaría saber si seguirás explotando el material, podes volverte mucho más conocida— ¿Qué material? ¿La entrevista?— No, no,
¿Tan fabulosa como Mackenzie?Un viaje a la casa de campo. «Epifanio Morales Garrido: esposo íntegro, padre ejemplar y hermano especial.»Detrás de la tumba que reza este epitafio, nos hayamos. El frío se asienta en la noche como una bruma confusa. Nos crispa la piel y tres de cuatro nos mordemos los labios porque Xavi junta su lengua a su labio superior. Mientras graba. A nuestro escrutinio lo reciben las espaldas de los pedestales Con todo; a duras penas se ve en la distancia la entrega. Más rostros que no reconocemos. No hay forma de saber de quiénes se tratan, así como tampoco se da lugar a ningún tipo de enfrentamiento, por tanto: los extorsionadores, al tener su dinero, se retiran. Nada de problemas. Por lo cual, los pedestales se direccionan a Italo.Xavi de
¿Nutella y yogurt? Maratón, paseo y clases de equitación No logro ver la cocina por más que atraviese pasillos de la casa.Llevo mis manos enanzadas por encima del abdomen, mientras avanzo como única oyente del ulular nocturno y frío que se cuela por las ventanas abiertas en toda la casa. Entonces de un momento a otro decido soltarme el cabello para dejarme la liga en la muñeca. Y a medida que avanzo estiro el cuello en reconocimiento a la nueva parte de la casa. Con todo, me estanco en la resignación que surca mis facciones junto a mis hombros hundidos en su sitio.De repente se deja oír un chirrido, lejos, a más o menos la misma distancia de mi trayecto. En consecuencia, trago sin moverme, ni girar por tonto que parezca. No obstante, pocos segundos pasan hasta qu
Cuando se aleja por un segundo, me cuenta:— Antes ya había tocado...pero tú ibas rumbo a la cocina.— ¡Madre mía! –río por lo bajo– Que rodeo te he hecho dar...— Bésame.Eso hago. Y al caer en la cama, lo hace él: yo me elevo en toda mi mediana estatura y un pie mantiene el equilibrio mientras con otro delineo sus abdominales. Él observa dicho recorrido pero de repente me ve a mí cuándo le hablo.— ¿Me quieres? –investigo.No en son sensual, sino detectivesco. Extrañándome de que sea así pero a la vez deseándolo.— Sí.— ¿Cuánto?— Con toda mi erección— ¡Tonto! –pateo.Al reír pierdo mi equilibrio y caigo. Él me atrapa. Nuestras bocas enlazan
¿Celebración?Pequeña venganza y un desquite mientras somos novios sin ser nadaEl Duende se ha vuelto muy popular.No postea demasiado. No lo necesita. Sus dardos caen certeros sobre sus víctimas que se colocan en el centro del huracán del cotillero escolar. Italo con cada revelación se vuelve un show digital y DUDO dispara su popularidad en ranking, seguidores y likes. Además, la persona detrás del perfil verde ha comenzado a dejar notas en tarjetas dentro de cajas de zapatos recién comprados. No todas las notas son amenazas y por ello cada día Italo amanece curioso por saber a quién le han dejado la caja frente a su puerta del dormitorio. El miedo los invade, pues si bien hay muchos sin secretos, éstos los tienen sus padres, familiares, consorcios, y si se descubren, igualmente
En Italo muchos aseguran buenas notas que le permitan ir a Varsovia. Entre ellos mi falso novio, que en la zona detrás de mi escritorio posee un reguero enorme y estudia sin prestarle atención a nada. Por tanto soy quien recibe al personal de servicio cuando llama a la puerta. — Para Calen Sanders. Recibo un sobre de muy buena calidad que por detrás me arrebatan. En consecuencia pido que me lo devuelva; Calen enuncia que es para él yendo a sentarse en el borde de la cama. Ahí me siento pero maniobro una acrobacia que me permita retomar el sobre. Ello consigo al quedarme encima de él a horcajadas. Lo abro para leer al tiempo de añadirle:— Aparta. Me refiero a sus manos sutiles que me rodean la cintura. — ¿Una boda? –pongo en duda al leer.— Dimitri Urem. Ex compañero...seguro que ha invitado a todos los pedestales. — ¿Vas a ir? –cuestiono bajando la vista hacia él que está recostado sobre el colchón. — ¿No has leído que hay sitio para un acompañante? –me toca el culo– Iremos ju
Al amanecer comenzamos a arreglarnos junto con KIMKA que viene a socorrerme gracias a Calen, con mi maquillaje. Le agradezco por las ropas que hace días me compró y digo que no tenía tiempo para ir a su dormitorio en persona. Con todo, lo cierto es que prefiero no toparme con ella si Calen no está presente. Sin embargo, horas después ansío la presencia de KIMKA porque temo a la proximidad de Calen.Yo que me veo al espejo detrás del tocador noto su tacto a palma abierta en mi espalda. Que baja hasta halagar mis caderas con el toque de sus manos. De manera que cierro mis ojos para sentirlo mientras inhalo por mi nariz. — Estás bellísima, Sirena. Trago y absorbo el gusto a menta que desprenden sus palabras.— ¿Sirena? ¿Ahora me llamarás así? –río al verle a través del espejo.— ¿Te molesta? Curiosea inclinándose junto a mí que engarroto los dedos de mis manos para responder.— No me respondas con una pregunta...–repongo– pero no. Creo que no...— Pues sí. Te llamaré así: Sirena. Dic