Nos apretujamos en las gradas bajo techo de la más grande piscina profesional cuatro horas después. Xavi carga un cartel en forma de mano con índice en alto y salvo ese tipo, no varían mucho los demás que llevan los mismos. No hay casi pancartas, más bien se oyen ruido de voces que chocan unas con otras y arman un reverbero de sonidos inentendibles.
Tuan Chi ha de estar con los suyos porque no se aparece jamás a tomar su asiento con nosotros. Entonces, los nadadores salen por una puerta estrecha yendo en fila con Calen a la cabeza. A su vez van colocándose las gafas de nadar mientras reparo en sus hombros anchos, en sus caderas, en su bronceado tan completo. Observo en él todo lo que llevo media vida amando y es exquisito. Hecho para robarme suspiros y mojarme las bragas.
«Ya está bueno», me detengo.
La carrera será de a dos y no debo oír al moderador para saber que hoy Beck y Calen serán uno. Son la victoria. Cosa que en cad
¿Pool and Kiss?Sí; la maldita noche.A veces la modestia existe para cubrir los vacíos de nuestros malos pasos. Porque no queremos que descubran lo que hacemos ni pensamos. Contamos con que nos pasen por alto como alguien ingenuo y así, poco a poco nos convertimos en alguien egocéntrico y ambicioso, hasta que la confianza nos toma por sorpresa. Y reduce nuestros logros a ilusiones o grandes burlas.Quiero más. Mis labios hinchados a causa de sus besos no entienden que ha sido suficiente, ni mi cuerpo tembloroso cae en cuenta de que ya no habrá más interacción. Mis pechos desnudos suben y bajan con el fluir de mi respiración, mientras la espalda palpa esta sábana sin que mis manos se agarren de ella. Él se ha ido al baño que no nos pertenece, como tampoco lo hace esta habitación. Entret
¿Sigo excitada? Sentires contradictorios. La sensación de frialdad en la piscina desaparece tan pronto como nos acoplamos dentro del agua. Aunque Tuan Chi tirita un poco y Xavi ríe echándole agua encima.— ¿Dónde está Carina? –cuestiona mi amigo.Tuan Chi nos ve como si pudiera entender, aunque lo cierto es que se hace una idea.— Carson is a traitor now?— No, no –niego con una palma en alto– She is one of us –Tuan Chi ríe–. No lo sé Xavi. Le perdí el rastro pero ya se me pasó el sulfuro.— Qué bueno. Al fin y al cabo tenía razón: Calen no debió tomarla de ese modo.Estoy de acuerdo. Además no tengo ganas de recordar nada. Mejor olvidar algo que será como mucho, irrelevante. De modo
¿Alana en Italo? Buenos deseos para West y callarme yo. El torbellino de culpas se apodera de mí otra vez cuando caigo en la cama.Suspiro con pesadez, aunque por lo bajo, pues la inocente japonesa duerme y la buena de West no ha llegado. Por supuesto la mala soy yo. La que está despierta a causa de mis pésimas elecciones; esas que se amontonan como vidrios rotos sobre mi almohada. Cierro mis ojos, los vuelvo a abrir para llorar, a ver si algo sale de ahí que me pueda liberar. No lo consigo y me digo que esperaré a West para contarle la verdad.Quizá la pierda como amiga pero mi conciencia estará limpia.De modo que veo al techo por horas en que la teñida no se aparece y no lo hace jamás. En consecuencia, me voy al baño para estar sola. Ocupo asiento sobre la t
¿Documental? Y así Calen Sanders anuncia tener novia. Beck ganó en ciclismo y por fin la Sociedad Italina se relajó.Al hacerlo, en su momento una chica equis de Miacent Puentes se levantó de su asiento en las gradas y gritó: «Becker tómame», mientras se levantaba la blusa. En suma y a consecuencia de eso: las tetas de la chica inundaron DUDO hasta que los técnicos comenzaron a censurar el contenido. No obstante, en mi caso lo supe primero gracias a mis amigos, dado que, pese a las grandes apuestas a mi favor, no gané la carrera. Caí en medio de ella. Calen me socorrió y no quise ni saber quién se coronó campeón.Según dicen los instructores mi silla de montar fue manipulada. Cabe la posibilidad de que haya sido cualquiera y ese dato es poco más que nada. En un sit
¿Nueva compañera? Al parecer Calen es todo lo que tengo. Creo que llorar nos libera un minuto; actuar es parte fundamental de no estancarse en el bache del dolor.Si bien nunca esperé que lo sucedido con Calen llegase a ser de dominio público, ahora lo es. Y cada estudiante de antes, a su manera tenía razones para echar mano de mí porque reconozco mi culpa. Jamás debió pasar. Ahora pienso que fue tan solo un instante creado para ser exhibido hoy. Planes y trampas en donde caí.Al borde de su cama limpio mis últimas lágrimas. Veo a Calen que ya no me sostiene pero me vigila como si fuese a hacer algo estúpido.— ¿Fue ella o tú?— ¿El qué?— Quien grabó.— Fui yo.He de tragar ante la con
¿El Duende? Explicaciones y una charla sin reparos...Cuando desperté después del golpe, aspiré.Un olor a barniz se coló en mi interior dándome el empuje de querer ver en dónde me hallaba. Tenía una idea, o más bien un recuerdo: la última clase de Danza, que básicamente se concentró en pasar el tiempo reparando sillas o mesas pertenecientes al inmueble de la universidad. Con todo, no pude comprobar nada, pues la visión estaba nula en consecuencia de tener una tela oprimiéndome ambos ojos. Alguien había amordazado mis extremidades y cuando quise gritar fue imposible. No salió nada del esfuerzo que puse en hacerlo.Después una voz se dejó oír; así que atenta, la escuché:— «No seré caos pero vendré a sembrar la discordia para verlos caer enredados
¿Alérgico? Nueva rutina; nuevas adquisiciones. He alcanzado dos grandes logros estos últimos días: 1) ser la Puta de Italo y 2) llegar tarde a todas mis clases.La reputación que va en ascenso todavía no es ni tan siquiera obviada por dale cobertura al Duende. No; camino por cada pasillo siendo una especie de castor que alguien cruzó con erizo y se volvió un ser ermitaño. Después de convertirme en la novia de Calen Sanders mis uñas han mudado su esplendor: ahora llevo el esmalte lila repartido en fragmentos y no paro de comérmelas a la primera oportunidad: ya sea en clases, en la biblioteca, o aquí mismo mientras estudio llena de libros en la cama. Esto, dado que el dueño del dormitorio no posee casi muebles. Pero claro él estudia en el suelo al otro extremo de la habitación que p
¿Disparo?Una entrevista y otro rechazoNo me atraganto gracias a Tuan Chi.La japonesa me socorre como una experta así que no llego a mayores. Aparto el tazón con mi merienda de la cama para reposarlo sobre el escritorio y releer el pedido de cita de Grace McWell.Grito.Tuan Chi ha aprendido que ello no es alarma que suponga peligro, de modo que al verme observando al móvil, ella sigue en sus cosas. Humedezco mis labios y respondo que sí que acepto ¡Of curse! Por tanto y a razón de que el encuentro será justo aquí, empiezo a cambiarme el pijama sin dar explicaciones a mi compañera.— Bienvenida –la recibo media hora después.Es de esos momentos en que te encuentras en la misma plataforma de vida, en el mismo lugar, r