Irving
La mañana fue relativamente tranquila, hice lo de siempre, al despertar realice mi rutina de ejercicios mientras veía las noticias, después tomé un baño, me preparé para mi día laboral. Mientras buscaba que ponerme recordé mi almuerzo con una de las socias de la editorial Rebeldías. Su nombre es Julieta, suena muy bien. Me gusta su nombre. Y entonces parecía adolescente en su primera cita, no sabía que ponerme, no soy de un estilo formal, pero para el trabajo tengo que usarlo, luego pensé que ella puede ser diferente, la editorial es un proyecto muy distinto a la que yo tengo y puede que ella no tenga un estilo formal aunque seguramente sí muy profesional. Pero que tal que sí le gusta. Entonces me decidí, quería impresionarla así que me puse mi traje negro hecho a medida. Me veía bien, espero gustarle.
Entonces, paré en seco. ¿por qué quería gustarle? Lo hacia por los negocios o como hombre. Como hombre es una tontería ni la conocía, pero tenía un presentimiento raro, pero es una estupidez yo no quiero nada de nada del amor. Si, entonces me arregle por cuestiones de trabajo. Eso suena mejor, aunque siento que es mentira, pero no me haré caso. Después me repetí “me arreglo por trabajo, me arreglo por trabajo”. Eso suena mejor.
Al llegar a la oficina me entraron unos nervios que de verdad pensaba que éste no era yo. Me ahogue en papeles hasta que dieron las 11:45. Y mi ansiedad aumento un 1000%, pero aumento más cuando Greta llegó. Se abalanzo a abrazarme y su perfume me dio nauseas, después de que lograra separarla puse distancia entre nosotros.
-Greta, no quiero ser grosero pero sabes que no me gustan este tipo de muestras efusivas, sabes que sólo somos compañeros.- me sentía incomodo, muy incómodo.
-Vamos, cariño, sabes que te quiero, porque no vamos a almorzar y nos empezamos a conocer más, tenemos muchas cosas en común, tú lo dijiste.- me sonríe coqueta. Que incómodo.
-Greta, estoy muy ocupado, voy a tener una reunión con una editorial importante, no puedo acompañarte, y de nuevo, sabes que te estimo como compañera pero no estoy interesado en nada más. Por favor, respeta mi decisión.- Solté entre cansado y frustrado.
-Está bien, cariño. Sé esperar.- Y sin más salió de mi oficina. Cuando se pone en ese plan no lo tolero. Después de relajarme un poco salgo en búsqueda de mi hermana, la verdad salí en búsqueda de Julieta, pero no había nadie fuera de la oficina ni en la sala de espera. Regrese a mi oficina con los nervios de punta.
A las 12:10 salí impaciente de la oficina, es que algo me decía que saliera, que algo o alguien importante estaba afuera. Y la vi. De espaldas al gran ventanal que da hacia avenida Reforma. Los rayos del sol daban una imagen totalmente fantástica. Una mujer sexy con pantalón negro, cabello negro suelto hasta casi los glúteos, ¡Bendito cabello largo, tan sexy! Tenía una blusa violeta que seguro combinaba a la perfección con los árboles de jacaranda que están a los costados de la avenida principal. Me siento un poco idiota de no poder dejar de verla, ella está abstraída viendo el paisaje y yo observándola a ella. Mi hermana suelta una pequeña risa que me regresa a la realidad. Totalmente avergonzado hago carraspeo y vuelvo a poner mi mascara, y entonces Julieta, quien supongo que es Julieta da la vuelta y me observa fijamente. Me derriten sus ojos café oscuros ¡Por Dios! Que mujer tan hermosa, nos observamos fijamente por varios segundos, podría decir minutos.
Trato de comportarme como un hombre respetuoso y no como un tonto cavernícola acosador que no puede desviar la vista de esta mujer tan bella e imponente. La saludo de manera profesional pero sin duda mi voz sale más ronca de lo normal y ¡Demonios! Acaba de darle una descarga a mi corazón y a otra parte de mi cuerpo que no puedo mencionar, porque me da un poco de vergüenza, parezco adolescente precoz y si Julieta se da cuenta, seguro me da una buena patada por irrespetuoso, pero es que… se muerde el labio de forma tan sexy…
-Buenas tardes, señor Castellanos.- Hermosa voz, pero ese señor también me descoloca, hasta mi apellido suena sexy, y esto que estoy viviendo está de locura. Me extiende su mano y con toda la emoción contenida de poder tocar su piel, y queriendo ser profesional, extiendo la mía. Nuestras manos padecen una descarga eléctrica, lo juro. Ambos abrimos los ojos de sorpresa, por eso puedo decir que ella también lo sintió. Selene ríe de nuevo y ambos nos soltamos, ella se sonroja un poco y mi corazón medio muerto siente un poco de ternura, siento que también me sonroje, pero soy el señor gruñón y frío, igual y si me supe controlar. Me siento descolocado.
-Señorita Julieta, acompáñeme por favor a la oficina, en un momento nos traerán el almuerzo.- Caballerosamente le indico el camino.
-Gracias.- Camina delante de mi y yo trato de respirar para tranquilizarme un poco, tengo que pensar objetivamente, es una reunión de trabajo.
-Selene, después de entregarnos el almuerzo, ve a comer tú y nos vemos en un rato.- Le indico a mi hermana.
Al entrar a la oficina después de Julieta, la veo mirando de manera atenta a su alrededor, le invito a sentarse en la pequeña mesa, justo a lado de otro ventanal. Escucho que suelta un suspiro. Sonrió por eso, creo que le gustó la vista de mi edificio.
-Al parecer el paisaje es de su gusto.- menciono con un pequeño toque de diversión y también de orgullo. Voltea a verme y sonríe un poco tensa.
-Así es, es una vista muy hermosa, más en esta época del año. Los árboles de jacaranda son un paisaje hermoso.- menciona mucho más relajada y con un ápice de ¿esperanza? O de ¿felicidad? No se cómo describirlo. Antes de quebrarme la cabeza o preguntarle, entra Selene como un huracán con la comida.
Miro de reojo a Julieta quien con diversión mira a Selene contarnos que la comida es de un restaurante coreano que esta a dos cuadras, y un montón de cosas más que no tienen relevancia, pero mi hermana así es. Afortunadamente, Julieta no se siente incomoda por eso y solo la mira y escucha con atención, Vaya, esto es nuevo, casi nadie soporta a mi hermana más de dos minutos porque es una humana con mucha energía, habla demasiado y sin filtros. Me gusta que mi hermana sea escuchada con atención. Después de que termina de acomodar todo y platicarnos hasta los chismes del restaurante, sale felizmente. Julieta sonríe. Tiene una hermosa sonrisa.
-Disculpa a mi hermana, suele ser muy efusiva y hablar mucho.- trato de justificar un poco la actitud y personalidad de mi hermana. Julieta ríe y así me saca una sonrisa.
-Entiendo, pero no es problema, es agradable su energía, además, también tengo una amiga muy querida que es igual, si llegaran a juntarse sería una locura.- ríe un poco más.
Sonrío como idiota, otra vez. -Me imagino, no podría convivir con dos como ella- río- es mucha energía para mí- ambos reímos. El ambiente es agradable. De repente la noto fruncir el ceño, me intriga ese acto.
-¿Todo bien, señorita Julieta?.- Me preocupa su cambio de actitud.
-No lo sé, sí, está todo bien. ¿Está de acuerdo en que almorcemos y después podamos platicar?.- menciona, me confunde un poco su respuesta, pero estoy de acuerdo. La verdad tengo hambre.
Comemos en silencio, es agradable, parece que su enojo o incomodidad fue algo pasajero, ahora como tranquilamente y de vez en cuando nos robamos miradas y pequeñas sonrisas. Y puedo decir, que se siente bien. Se siente demasiado bien este intercambio, me siento bien con ella, a pesar de habernos conocido hace menos de una hora.
Después de la comida y que me ayudara a dejar despejada y limpia la mesa, el ambiente parece cambiar un poco. Me parece que entramos en modo profesional.
-Señorita Julieta, es un gustó conocerla y un honor que se encuentre en las instalaciones de la editorial, soy un gran admirador de su trabajo, y me refiero también al trabajo de toda la editorial, mi madre es una gran admiradora.- La veo un poco incomoda y no sé qué dije mal.
-Sí, se nota su admiración.- Murmura, pero logre escucharla. Me descoloca ese comentario que sonó bastante hostil.
-Gracias por sus palabras señor Castellanos, nuestra labor ha sido ardua y comprometida, es bueno escuchar que hay personas que acompañan nuestros procesos editoriales.- menciona de forma muy profesional.
-Así es, mi madre fue quien me regalo una compilación de cuentos feministas, a ella no sólo le gusto, también le ayudo a sanar algunas heridas.- hago una breve pausa, pensando en mi madre.- Ella siempre me instó a seguir de cerca el trabajo de su editorial y con el tiempo puedo decir que soy un arduo admirador, por eso esta reunión me tomo por sorpresa, una muy grata sorpresa.- Siento que lo último salió en doble sentido. No solo estoy feliz y sorprendido por la reunión, sino por todo lo que está pasando con esta mujer impresionante. Ella se vuelve a sonrojar, y es más hermosa.
-Será un gusto conocer a su madre, por lo que escucho es una mujer fuerte, me imagino que una guerrera. Me da alegra saber que los cuentos sean parte de sanar sus heridas, sin duda ese es el poder las letras.- ¿También ustedes ven que ella y yo tenemos algunas cosas en común? Nunca había pensado en casarme con ella.
-En eso concuerdo, las letras tienen poder.- sonrío.
-Así es, pero también son importantes los actos. La congruencia entre lo que decimos y hacemos es importante, para cualquier ser humano pero también en nuestra profesión ¿No cree, señor Castellanos?.- replica
-Tiene toda la razón. Además de congruencia se necesitan principios sólidos.-
-Claro, principios sólidos.- dice de manera sarcástica.- ¿cuáles son sus principios, señor Castellanos?.- Y me descoloca su pregunta, pero no por el echo de contestarla, es que noto una actitud retadora y sarcástica.
-Bueno, a pesar de que nuestra editorial tiene más de 10 años en acción, quiero decir que en los últimos 4 su forma de trabajo se ha transformado. Los principios que nos rigen se asientan como fuertes pilares entre el respeto, trabajo colaborativo, se busca romper con el estigma de que solo se deben publicar a escritores ya famosos, o que quieren fama. Nuestro pilar también es nuestra región, Latinoamérica es un territorio ampliamente creativo, y divulgar lo que aquí se crea rompe con la idea de que solo Europa produce cultura…- Comienzo a explicar, pero me interrumpe.
-Suena muy bien lo que dice, pero repito, las acciones también importan, ¿qué piensa del robo de proyectos? ¿De cooptar a escritores o escritoras?.- Vaya ¿Qué pasa aquí?
Julieta¿Será un buen actor o por qué no se inmuta por lo que le pregunto? Espera, ¡Ahí está! Su rostro frío y enigmático, sexy… no, su rostro muestra sorpresa. Seguro se sorprende de que lo he pillado, que se su sucio secreto para el éxito, no es “trabajo hasta morir” es “me robo los proyectos de editoriales independientes”. Lo miro seria.-Entiendo su referencia a las acciones como más importantes, más que lo que uno pueda prometer. Nuestra editorial, en los últimos cuatro años se ha regido bajo el respeto, por eso me sorprende que hable de robo de proyectos, pero entiendo a la perfección su preocupación. Descuide señorita Julieta, nuestra editorial y yo, en lo personal, no cometeríamos ese tipo de actos tan atroces. Las y los escritores que llegan a nosotros están completamente seguros de colaborar, siempre d
IrvingGolpeo la mesa casi al mismo tiempo que Julieta azota mi hermosa puerta de caoba. Me dijo machista, estoy furioso tanto que siento que me lleva la …. Tiznada. Odio ese término. Me recuerda al señor que se hace llamar “padre”.Tomó un par de tequilas en el bar de la oficina y me volteo hacia el ventanal. ¡Joder! Me acuerdo de ella y su silueta iluminada por el sol. Ahora no podre mirar con los mismos ojos ese ventanal ni a través de él. Una hora que estuve cerca de ella y ya se me cuela en el pensamiento y crea recuerdos en mi oficina. ¡Es el colmo!Y de repente, recuerdo a mi mamá, no lo vean mal, lectores y lectoras, me acorde de mi madre diciéndome que nunca mirara a las mujeres como inferiores, que nunca quitara valor a su trabajo por el echo de ser mujeres. ¡Soy un idiota!De repente, entra el huracán Selene, está enojada, oh no.-Expl
La noche para algunas personas se convirtió en escenario de sus miedos, de arrepentimientos o de rencores y obsesiones. Mientras que en dos lugares tan dispares dos personas soñaron lo mismo.****JulietaAbro mis ojos en la mañana y estoy que no me lo creo. Me siento, pego mi espalda a la cabecera de la cama mientras que restriego mis manos sobre mi cara. Estoy aturdida. Tuve el sueño más loco, húmedo y…(suspiro) maravilloso. Ahora tengo ganas de hacerlo realidad, pero… no puedo.-¡Qué barbaridad, Julieta! ¡contrólate! Ya eres adulta, deja de pensar y soñar con las hormonas, piensa, piensa, piensa y con la mente fría, ¡mujer!- Y pataleo como loca, parezco adolescente enamoradiza.-Solo lo has visto una vez, ¡UNA VEZ! Julieta, para con tus cosas.- pero que cosas soñé que me hizo-¡PARA! Ya estuvo.-
Irving Es la segunda ducha fría de la madrugada, esos ojos cafés me han hipnotizado al grado de soñar demasiadas cosas indecentes. El primer sueño fue acorralarla en mi oficina, es una leona cuando se enoja, pero esta bella mujer parecía corderita cuando me acercaba a ella con todo el afán de comérmela entera. Recuerdo sus besos intensos, sus manos recorriéndome, recuerdo haber besado todo su cuerpo mientras se acomodaba sobre mi escritorio y llegar hasta el manjar de su feminidad, para mi desgracia desperté en ese momento, tuve que darme la primera ducha fría. Regrese tranquilamente a mi cama pensando en mil cosas raras para no volver a pensar a esa diosa de cabello negro largo, muy largo, y al recordar su cabello, el segundo sueño se volvió de lo más salvaje, yo dándole unas buenas nalgadas por contestarme mientras me hundía en su interior, mientras jalaba su cuerpo, la jalaba hacia mí con ese cabello rebelde. Así que aquí estoy en mi segunda ducha después de 15 mi
Me ve fijamente y vuelve a preguntar. -Irving, hay algo más detrás de esto, dime ¿qué te pasa exactamente con Julieta?.- Mi mutismo le molesta.- Entiendo que defiendas la editorial pero no al grado de insultarla, y mucho menos a ella que ha tenido tu admiración por años, sus libros e incluso aquellos escritos que ha publicado te han ayudado en tu proceso de sanar. Sé sincero, por favor.- Me mira sería pero con comprensión. -Me dio miedo, lo que sentí al verla.- manoteo en el aire un poco frustrado.- sentía que era un zombi hasta que la vi, me deslumbro, cuando me dio la mano me atravesó una corriente eléctrica, que, se que puede sonar estúpido, pero me dio vida.- me froto el rostro, suspiro y la miro directamente a los ojos. -Ros, sabes lo que he vivido y como todos estos años he tratado de sanar, pero cada vez me hundo más en la obscuridad, y de repente llega ella, defendiendo su editorial, encarándome y regañándome.-<
JulietaHan pasado dos semanas. Dos semanas llenas de pesadillas, que me recuerdan mi pasado tormentoso.Las flores del señor Castellanos siguen llegando a mi oficina, siempre con mensajes tiernos. Por momentos me hace sonrojar. Por otros me da ansiedad. No quiero una relación, no quiero su admiración. Tengo miedo de volver a involucrarme y confiar.Es viernes y de nuevo girasoles, ahora en una maceta. Me hace reír, justo ayer le decía a Yareny que me daba tristeza ver morir a mis hermosos girasoles y hoy me da una maceta. Ahora que lo pienso esto es raro ¿Cómo lo supo?. Observo toda la oficina, no hay cámaras, tal vez pida una inspección por si hay micrófonos.Antes de seguir esa línea turbia de pensamientos mejor leo la nota.Hermosa JulietaEspero con ansias tu llamada. No me alcanzara la vida ni los girasoles para lamentar el mal ra
Julieta**-Déjala, imbécil.- grito Viviana-No te metas.- Le contestó. De nuevo, volteo a verme.- Te dije que no vinieras, crees que no se que vienes a hacer “amigos”, eres una zorra. Pero tienes que entender que eres mía.- Me jaló de nuevo hacia la salida. Trataba de zafarme pero su agarre era mucho más fuerte, me lastimaba.Nadie hizo nada, solo vieron como me llevaba. La chica con la que bailaba me veía con burla, mis amigas con lastima y otros me ignoraron. Ojalá alguien me hubiera ayudado.-¡No! ¡Ya no!.- Levaba una hora gritando. Me dolía la garganta de gritar y llorar. Javier me golpeo varias veces mientras me insultaba. Me reclamó haberle mentido, me reclamó por haber estado en esa fiesta y haber interrumpido su día de descanso, incluso me reclamó por ser su novia y embrujarlo, que la chica
Irving Tengo casi dos semanas esperando la llamada de Julieta. Me siento frustrado y enojado. Sé que hice mal en ofenderla, pero me arrepiento y me he disculpado. Aunque me frustra más el echo de que parece que a ella no le impacto mi presencia, o más bien nuestro encuentro. Tal vez, sólo soy yo el loco que pensó que había una conexión. Tal vez fui yo el loco que se imaginó esa corriente eléctrica que atravesó nuestras manos cuando nos saludamos. Me siento en la silla de mi oficina de la casa, es sábado y no tengo ganas de nada. Tengo trabajo acumulado pero no tengo ni ánimos ni la concentración para trabajar. Llevo horas sentado aquí. Definitivamente es mejor que no se involucre conmigo, digo ¿qué puedo ofrecerle si estoy bastante roto? Ella no se merece un tipo como yo. No se merece un amor a medias. -¡Pero que idiota soy!- me regaño en voz alta mientras golpeo el escritorio. -De verdad, Irving, que eres