(PARK ETHAN)—¡Obedece, maldito Park Ji-hoon! —escupió Ha-neul, con la cara roja de furia. Levantó la mano, con la clara intención de golpearme. Su cuerpo estaba tenso, listo para descargar su ira. El olor a sudor y frustración se intensificó en la sala, haciéndome sentir aún más pequeño e indefenso. Su respiración era agitada y sus ojos resplandecían furia. Su gesto era amenazante, lleno de rencor. Añadió, con la voz llena de veneno—: Quédate quieto, no busques a la modelo y obedece.—¡Ha-neul! ¡Deja de provocarlo! —gritó Jae-hyun, interponiéndose rápidamente entre nosotros. Lo empujó suavemente, alejándolo de mí. Su rostro reflejaba una mezcla de preocupación y exasperación.—Debe aprender a controlarse —replicó Ha-neul, con la mirada fija en mí, llena de desprecio—. Siempre lo proteges, por eso nos engañaste a todos, hyung. Por tu culpa, por protegerlo, nos vimos involucrados en esto.El comentario de Ha-neul resonó en la sala como un trueno. El silencio que siguió fue aún más pesad
(ARIANA JÁUREGUI)Estaba sentada frente al tocador, con la mirada perdida en mi reflejo. Mis ojos estaban hinchados y rojos de tanto llorar. El silencio en mi habitación era abrumador, solo roto por el tic tac del reloj en la pared. Me sentía vacía, como si me hubieran arrancado una parte de mí. La imagen de Ethan, con su sonrisa dulce y sus ojos llenos de amor, me atormentaba. «¿Cómo pudimos llegar a esto?», me preguntaba una y otra vez, con un nudo en la garganta. Deslicé mis dedos por la pantalla del móvil, abriendo una de las tantas cuentas de fans dedicadas a Ethan. Necesitaba verlo, aunque fuera a través de una pantalla. Vi fotos de él en Tailandia, durante los ensayos y los conciertos. En algunas fotos sonreía a la cámara, rodeado de los otros miembros de Chromatic. Intentaba aparentar normalidad, pero algo en su mirada… algo no encajaba. Sus ojos, antes tan llenos de vida, parecían ahora apagados, con un brillo triste que intentaba ocultar tras una sonrisa forzada. «Está fingie
(ARIANA JÁUREGUI)—Tal vez… —comenzó Sarah, con voz suave, como midiendo sus palabras—, tal vez era lo mejor que todos lo supieran.La miré con el ceño fruncido, sin entender a qué se refería.—¿Lo mejor? —pregunté, con la voz rota—. ¿Cómo puede ser esto lo mejor? Nuestra relación… todo… está en boca de todos.—Pero ya no tienen que ocultarse —dijo Sarah, con una extraña calma en su voz—. Ya no tienen que vivir mintiendo. La verdad, por la que tanto sufrieron, al fin salió a la luz. Ya no es un secreto.Sus palabras me hicieron reflexionar. Era cierto que vivir con esa mentira había sido una carga muy pesada, pero la forma en que se había revelado todo… era devastadora.—Pero… la forma en que pasó todo… —dije, con la voz temblorosa—. Es horrible.Sarah me tomó de la mano y apretó suavemente.—Lo sé, cariño. Es difícil ahora, pero con el tiempo… las cosas se calmarán. La gente olvidará. Y ustedes… ustedes podrán seguir adelante.«¿Seguir adelante?», pensé con amargura. «¿Cómo voy a segu
(ARIANA JÁUREGUI)—Está bien, Ari —me dijo, con voz suave—. Déjalo salir.Me aferré a ella, dejando que las lágrimas fluyeran libremente. En ese momento, recordé los momentos que había compartido con Ethan. Pero, para mi sorpresa, los recuerdos que me venían a la mente eran extrañamente… artificiales. Eran flashes de nosotros dos sonriendo a la cámara, posando para fotos, grabando vlogs para mi canal de YouTube. En todas esas imágenes, había una cámara presente, un recordatorio constante de que estábamos actuando para el público. «¿Cuánto de lo que vivimos fue real?», me pregunté con amargura. Los momentos privados, los momentos de verdadera conexión, eran escasos y fugaces, como destellos en medio de un mar de artificio.Después de la película, mientras caminábamos por el centro comercial, Sarah me tomó del brazo y me miró con una sonrisa cálida.—¿Te sientes mejor? —preguntó.Asentí lentamente.—Un poco —respondí—. Gracias, Sarah. Por estar aquí.—Siempre lo estaré, Ari —dijo, apreta
(ARIANA JÁUREGUI)—Lo siento —dije, apartándome rápidamente, con el rostro enrojecido.—No pasa nada —respondió Sarah, con una risa nerviosa. Se tocó los labios con los dedos, con una expresión extraña en su rostro.Justo en ese instante, mi teléfono sonó. Era un número desconocido. Dudé un momento antes de contestar.—¿Hola?—¿Ariana Jáuregui? —preguntó una voz masculina al otro lado de la línea.—Sí, soy yo. ¿Quién habla?—Soy reportero de… —dijo el hombre, mencionando el nombre de un famoso programa de chismes—. Queríamos hacerle unas preguntas sobre… bueno, sobre todo lo que está pasando. ¿Es cierto que tiene una nueva pareja?Mi corazón se aceleró. «¿Nueva pareja? ¿De qué están hablando?». Abrí mis redes sociales y vi que en todos lados estaba circulando un video. Era el video que la chica me había grabado en la heladería… justo antes de que Sarah la detuviera. El video era corto, pero mostraba claramente el momento en que Sarah y yo nos habíamos abrazado y… el beso. La descripció
(ARIANA JÁUREGUI)—Pero siempre lo he hecho —dije, con una sonrisa—. Hasta usas mi ropa.—Quiero más —insistió Sarah, con una intensidad en su mirada que me puso nerviosa.—Está bien —respondí, con el corazón latiendo un poco más rápido—. Lo que quieras será tuyo. ¿A dónde vamos?Decidimos ir al supermercado a comprar los ingredientes para la pasta y algunas otras cosas. Mientras recorríamos los pasillos, Sarah me hacía reír con sus ocurrencias y me ayudaba a elegir los mejores productos. Era como en los viejos tiempos, cuando éramos solo dos amigas disfrutando de la compañía mutua.De vuelta en mi apartamento, me puse a cocinar la pasta mientras Sarah preparaba una ensalada. La cocina se llenó de aromas deliciosos y de nuestras risas. Después de cenar, abrimos una botella de vino y nos pusimos a ver películas en mi cama. Nos acurrucamos bajo las cobijas, abrazadas, disfrutando de la calidez y la cercanía. Era una sensación reconfortante, como si estuviéramos volviendo a conectar despu
(ARIANA JÁUREGUI)—Jamás podría hacer eso contigo —dije, con la voz suave y llena de sinceridad, sintiendo el peso de mis palabras. «Tú eres diferente, Sarah. Tú eres real»—. Ethan solo fue un contrato, y claro que sentí cosas reales por él, pero tal vez fue el deseo, el anhelo de querer una relación real, teniendo en cuenta que no pude salir con alguien más…—Al hombre que besaste en la fiesta, fue muy real —dijo Sarah, con un tono que mezclaba reproche y una pizca de dolor. Su mirada se ensombreció por un instante.—Si estás celosa, me reclamaste y te molestaste conmigo por irme sin ti ese día —respondí, recordando su reacción. Una pequeña sonrisa se dibujó en mis labios al recordar su ceño fruncido.—Te besaste con un extraño y estabas haciéndolo, y luego te vas con Ethan, porque sí. Vi la entrevista —dijo Sarah, enfatizando la palabra "haciéndolo" con un ligero escalofrío que recorrió su cuerpo. Cruzó los brazos sobre el pecho, como protegiéndose.—Lo siento —murmuré, con la mirada
(ARIANA JÁUREGUI)—Sí —dijo Sarah, con la respiración entrecortada—, pero ahora mismo estoy bien con nosotras dos. ¿Serías mi novia? —pregunté, con el corazón latiendo con fuerza.—Eres mi mejor amiga —respondió Sarah, con una sonrisa dulce pero nerviosa.En un gesto juguetón, lamí sus labios, sintiendo el sabor dulce de su saliva. Al mismo tiempo, mi mano se deslizó hacia su entrepierna, jugando con la fluidez caliente de su interior. Sarah dejó escapar un pequeño gemido.—Pero creo que podemos ser pareja —añadió Sarah, con una mirada intensa que me hizo estremecer.—¿De verdad? —pregunté, con una sonrisa de incredulidad y alegría.Comencé a bajar besos por el cuerpo desnudo de Sarah, deteniéndome en el interior de sus muslos. Besé y lamí esa zona sensible, sintiendo su piel erizarse bajo mi tacto. Quería que sintiera mi deseo, que entendiera que esto era más que una simple aventura. Quería que supiera que la deseaba, que la anhelaba.—¿No vas a extrañar a un hombre? —preguntó Sarah,