(ARIANA JÁUREGUI)—Sí —dijo Sarah, con la respiración entrecortada—, pero ahora mismo estoy bien con nosotras dos. ¿Serías mi novia? —pregunté, con el corazón latiendo con fuerza.—Eres mi mejor amiga —respondió Sarah, con una sonrisa dulce pero nerviosa.En un gesto juguetón, lamí sus labios, sintiendo el sabor dulce de su saliva. Al mismo tiempo, mi mano se deslizó hacia su entrepierna, jugando con la fluidez caliente de su interior. Sarah dejó escapar un pequeño gemido.—Pero creo que podemos ser pareja —añadió Sarah, con una mirada intensa que me hizo estremecer.—¿De verdad? —pregunté, con una sonrisa de incredulidad y alegría.Comencé a bajar besos por el cuerpo desnudo de Sarah, deteniéndome en el interior de sus muslos. Besé y lamí esa zona sensible, sintiendo su piel erizarse bajo mi tacto. Quería que sintiera mi deseo, que entendiera que esto era más que una simple aventura. Quería que supiera que la deseaba, que la anhelaba.—¿No vas a extrañar a un hombre? —preguntó Sarah,
(PARK ETHAN)Desde Londres, la vorágine de la gira continuaba. Conciertos, entrevistas, ensayos, viajes… un torbellino constante que, irónicamente, me dejaba un vacío inmenso. Intentaba mantenerme enfocado, sonreír para las cámaras, interactuar con los fans, pero mi mente estaba en otra parte. Estaba en Ariana.Una noche, después de un concierto agotador, me desplomé en la cama de mi hotel. Tomé mi teléfono y, casi sin darme cuenta, me encontré buscando el nombre de Ariana en las redes sociales. Vi fotos de ella con Sarah, saliendo del cine, comiendo helado. Y luego… el video. Ese maldito video.Era corto y borroso, pero suficiente para entender lo que estaba pasando. Sarah rodeaba a Ariana con un brazo, le daba un beso en la mejilla, y por un desafortunado movimiento de la cámara, parecía que se besaban en los labios. La descripción del video, escrita con la malicia típica de los medios de chismes, me quemó por dentro: “¿Ariana Jáuregui ya olvidó a Ethan? ¡Captada besándose con una am
(PARK ETHAN)—Eso no es verdad —dije, mirándola directamente a los ojos con la mayor sinceridad que pude reunir—. Solo tengo ojos para ella, solo tengo ojos para ti, Ariana.—¿Desde cuándo? —espetó Sarah, con un tono de voz duro y acusador—. Tú la rechazaste muchas veces.—Porque creí que ella también fue parte del contrato, por la forma en que firmó el acuerdo… pero me equivoqué —respondí, sintiendo un profundo arrepentimiento al recordar mi comportamiento pasado.«Fui un idiota. La juzgué mal».—Es que en ese momento yo creí que era el contrato por el video musical que salí para ti, para Chromatic —explicó Ariana, con la voz suave y una mirada triste.—Lo era —dije—, pero también era nuestra relación falsa.«Y eso me cegó. Me impidió ver la verdad».—Eso no importa ya —dijo Ariana, acercándose a mí y volviéndome a abrazar con fuerza, dejando pequeños besos en mi mejilla—, ya estás aquí, conmigo, estamos juntos.Su abrazo fue más fuerte, como si se aferrará a mí y yo solo la alcé mien
(PARK ETHAN)—Estoy bien con la idea —dije, volviéndome a Sarah con una sonrisa embobada en los labios por lo que Ariana acababa de hacer conmigo. La sensación de sus besos aún hormigueaba en mi piel. —¿Podemos intentarlo?—Me das asco, Ethan —contestó Sarah, con la mandíbula tensa y una mirada de desprecio que me atravesó. «Esto va a ser más difícil de lo que pensaba».Pero antes de que pudiera responder, Ariana se acercó a besar a Sarah. La besó con una intensidad que me dejó sin aliento, observándolas con una mezcla de emoción y sorpresa. Era un beso apasionado, lleno de deseo, y por un momento me sentí excluido, un simple espectador. «Ella la desea. De verdad la desea».—Por favor, dale una oportunidad —dijo Ariana, tomando el mentón de Sarah para acercarla a mí mientras ella misma se acercaba para besar mis labios. Era un gesto tan audaz, tan… liberador.Lo hice. Me acerqué a Sarah para besarla. Al inicio fue confuso, un beso insípido, nuestras bocas encontrándose con torpeza. Per
—¿Cómo haremos? —preguntó Sarah, con una mirada que vagaba entre Ariana y yo, buscando una solución. Estábamos los tres desnudos, enredados entre las sábanas, la tensión del momento anterior dando paso a una extraña calma.—Pueden venir con nosotros a las giras —propuse, sintiendo la necesidad de encontrar una solución práctica—. Puedo hacerme tiempo en mi agenda al terminar la gira… El contrato salió a la luz cuando la empresa reconoció que somos una fuente de ingresos importante, así que nos han aflojado un poco la presión. «Ya no nos controlan tanto como antes. Tenemos más libertad».—¿Crees que no diga nada Yu-jin? —preguntó Ariana, con una expresión de preocupación en su rostro. Sus dedos jugaban nerviosamente con un mechón de mi cabello.—Te distanciaron por mucho tiempo —intervino Sarah, con un tono de voz que denotaba cierta amargura—. Creo que va a ser complicado que nos veamos.—Puedo pagarles el pasaje para que vengan a verme —dije, sintiendo la necesidad de tranquilizarlas—
(PARK ETHAN)Mientras Sarah me besaba, Ariana se inclinó hacia su cuello, dejando una hilera de besos húmedos a lo largo de su delicada piel. Sus labios se deslizaron hacia la curvatura de uno de sus senos, besándolo con deseo, succionando suavemente, haciendo que Sarah arqueara la espalda y dejara escapar un pequeño gemido. Luego, Ariana se deslizó de nuevo hacia mis labios, uniéndolos en un beso apasionado mientras su mano guiaba la mía hacia su intimidad. Mis dedos se hundieron en ella, encontrando una sinfonía de texturas y sensaciones que me hicieron perder la noción del tiempo. Era como si Ariana quisiera que ambos exploráramos ese deseo, que compartiéramos ese momento de intimidad profunda.Sarah, sin dejar de besarme, se acomodó de tal forma que continuara con su danza sobre mí, moviéndose con un ritmo hipnótico que me hacía perder el control. Sus besos se volvieron más intensos, más demandantes, mientras sus manos recorrían mi cuerpo, acariciando mi pecho, mis brazos, mis cad
(PARK ETHAN)Mientras tanto, mis dedos, guiados por la mano de Ariana, continuaban explorando su intimidad, profundizando su deseo. Sentía su calor, su humedad, su cuerpo temblando bajo mis caricias. Sarah, aún sobre mí, se movía al compás de nuestros besos, sus gemidos mezclándose con los nuestros. La habitación se llenó de una atmósfera cargada de sensualidad, de una energía palpable que nos envolvía a los tres.El tiempo se detuvo. Solo existíamos nosotros, nuestros cuerpos entrelazados, nuestros sentidos al máximo. Cada beso, cada caricia, cada gemido, era una explosión de placer que nos unía más. El clímax llegó como una ola, recorriendo nuestros cuerpos en una serie de espasmos intensos. Nos aferramos el uno al otro, jadeando, sintiendo la calidez y la humedad de nuestros cuerpos mezclándose.Lentamente, la respiración se fue calmando y el silencio volvió a la habitación, un silencio cargado de satisfacción y de una nueva comprensión entre nosotros. Nos mantuvimos abrazados, sin
(SARAH MILLER)Estaba sentada en el enorme salón de nuestra casa, con vistas panorámicas a la ciudad desde el piso alto. El sol de la tarde se filtraba entre los ventanales, iluminando el costoso mobiliario de diseño y creando un ambiente cálido, aunque para mí, extrañamente vacío. Mamá estaba sentada frente a mí, con una taza de té humeante entre las manos, aunque apenas la tocaba. Su expresión era de perpetua preocupación, una arruga constante entre sus cejas que parecía haberse instalado allí para siempre.Una vez más, mi madre me cuestionaba sobre qué iba a hacer con mi vida. «¿Es que acaso no entienden que soy feliz?», pensé, suspirando internamente. No entendía por qué necesitaba que hiciera "algo" si teníamos la fortuna que teníamos. Nuestra familia siempre había gozado de una posición económica privilegiada. Papá había construido un imperio empresarial desde cero, y ahora, teníamos tanto dinero que podríamos vivir varias vidas sin tener que mover un dedo. De hecho, esa era una