—Lo siento —dije, apartándome rápidamente, con el rostro enrojecido.—No pasa nada —respondió Sarah, con una risa nerviosa. Se tocó los labios con los dedos, con una expresión extraña en su rostro.Justo en ese instante, mi teléfono sonó. Era un número desconocido. Dudé un momento antes de contestar.—¿Hola?—¿Ariana Jáuregui? —preguntó una voz masculina al otro lado de la línea.—Sí, soy yo. ¿Quién habla?—Soy reportero de… —dijo el hombre, mencionando el nombre de un famoso programa de chismes—. Queríamos hacerle unas preguntas sobre… bueno, sobre todo lo que está pasando. ¿Es cierto que tiene una nueva pareja?Mi corazón se aceleró. «¿Nueva pareja? ¿De qué están hablando?». Abrí mis redes sociales y vi que en todos lados estaba circulando un video. Era el video que la chica me había grabado en la heladería… justo antes de que Sarah la detuviera. El video era corto, pero mostraba claramente el momento en que Sarah y yo nos habíamos abrazado y… el beso. La descripción del video era a
—Pero siempre lo he hecho —dije, con una sonrisa—. Hasta usas mi ropa.—Quiero más —insistió Sarah, con una intensidad en su mirada que me puso nerviosa.—Está bien —respondí, con el corazón latiendo un poco más rápido—. Lo que quieras será tuyo. ¿A dónde vamos?Decidimos ir al supermercado a comprar los ingredientes para la pasta y algunas otras cosas. Mientras recorríamos los pasillos, Sarah me hacía reír con sus ocurrencias y me ayudaba a elegir los mejores productos. Era como en los viejos tiempos, cuando éramos solo dos amigas disfrutando de la compañía mutua.De vuelta en mi apartamento, me puse a cocinar la pasta mientras Sarah preparaba una ensalada. La cocina se llenó de aromas deliciosos y de nuestras risas. Después de cenar, abrimos una botella de vino y nos pusimos a ver películas en mi cama. Nos acurrucamos bajo las cobijas, abrazadas, disfrutando de la calidez y la cercanía. Era una sensación reconfortante, como si estuviéramos volviendo a conectar después de mucho tiemp
—Jamás podría hacer eso contigo —dije, con la voz suave y llena de sinceridad, sintiendo el peso de mis palabras. «Tú eres diferente, Sarah. Tú eres real»—. Ethan solo fue un contrato, y claro que sentí cosas reales por él, pero tal vez fue el deseo, el anhelo de querer una relación real, teniendo en cuenta que no pude salir con alguien más…—Al hombre que besaste en la fiesta, fue muy real —dijo Sarah, con un tono que mezclaba reproche y una pizca de dolor. Su mirada se ensombreció por un instante.—Si estás celosa, me reclamaste y te molestaste conmigo por irme sin ti ese día —respondí, recordando su reacción. Una pequeña sonrisa se dibujó en mis labios al recordar su ceño fruncido.—Te besaste con un extraño y estabas haciéndolo, y luego te vas con Ethan, porque sí. Vi la entrevista —dijo Sarah, enfatizando la palabra "haciéndolo" con un ligero escalofrío que recorrió su cuerpo. Cruzó los brazos sobre el pecho, como protegiéndose.—Lo siento —murmuré, con la mirada baja. «No quería
(Ariana Jáuregui)Yo, que era fan de la boyband Chromatic desde sus inicios, sentí una mezcla de fastidio y rabia al ver los titulares. Siempre me había gustado su música, pero Ethan… él siempre me había caído particularmente mal. Había algo en su actitud, en esa sonrisa que parecía reservada para las cámaras, que me sacaba de quicio. No entendía por qué tantas chicas lo idealizaban. Y ahora, por su culpa, toda la banda estaba en el ojo del huracán. Me hervía la sangre al leer comentarios que generalizaban y atacaban a toda la banda. Y me daba rabia, mucha rabia, que por culpa de Ethan se estuviera juzgando a toda la banda. Dejé el teléfono a un lado.—Ariana, ¿estás lista? Ya tenemos que irnos —dijo mi mamá.Me levanté. «¿Ya nos iremos a conocer a Robyn? ¿Las fotografías son reales?» No podía creerlo. No era una mala noticia, al contrario, era fantástica. Aun así, no dejaba de sorprenderme. Este desfile no se parecía en nada a los que solía asistir. Era un verdadero espectáculo telev
Cuando llegó mi turno, sentí su mirada clavada en mí. Levanté la vista y nuestros ojos se encontraron. Por un instante, el tiempo se detuvo. Y entonces, el desastre. Tropecé con mis propios pies, cayendo de rodillas con un golpe sordo. La vergüenza me quemaba el rostro. «Tenía que pasar. Justo delante de él.» Lo vi acercarse, con una expresión que no lograba descifrar. ¿Lástima? ¿Diversión? ¿O algo más oscuro?Se detuvo frente a mí y me extendió la mano. Sus dedos rozaron los míos cuando los tomé para levantarme. Sentí una corriente eléctrica recorrer mi brazo. Lo miré a los ojos por un segundo, atrapada en su mirada.—¿Estás bien? —preguntó con un tono que no pude interpretar.Aparté la mirada rápidamente, sintiendo un calor subirme a las mejillas.—¿Todo bien, Ariana? —preguntó una de las asistentes con una sonrisa que me pareció ligeramente condescendiente—. Tranquila, hasta las mejores caen rendidas ante los encantos de Ethan.Ethan me dirigió una mirada que interpreté como una bu
(PARK ETHAN)La sonrisa que me obligaba a mostrar ante las cámaras se sentía cada vez más pesada. Era una máscara que ocultaba la frustración que me consumía por dentro. Revisé mi teléfono por enésima vez. Allí estaban, las pruebas de que la realidad y la ficción eran dos cosas muy distintas. Una foto mía, capturada en un mal ángulo, me mostraba con una expresión que nada tenía que ver con lo que estaba sintiendo en ese momento. Otra, directamente manipulada, me involucraba en un romance inventado. «¿De verdad la gente se creía esto? ¿De verdad pensaban que mi vida era un reality show?» El fastidio se transformó en una profunda decepción.La luz fría de la pantalla del portátil iluminaba mi rostro mientras esperaba a que se conectaran los demás. El silencio en mi apartamento era ensordecedor, un contraste con el torbellino de emociones que me sacudía por dentro. Finalmente, aparecieron los rostros de los chicos y el del director Kim. El ambiente en la videollamada era tenso, casi palp
—¡Primero Ha-neul con el hiatus, y ahora tú con salirte! —exclamó Tae-yang, con un tono que mezclaba incredulidad y sarcasmo—. ¡Por favor, alguien que me explique qué está pasando aquí! ¿Acaso estamos en una competencia para ver quién destruye Chromatic más rápido? ¡Porque van muy bien encaminados! ¡Primero un descanso indefinido, luego la deserción! ¿Qué será lo próximo? ¿Qué Ji-woo se una a una banda de polka? ¿Qué Seo-joon se haga ermitaño en el Himalaya? ¡Esto es una locura! ¡Una completa y absoluta locura! ¡Necesito un trago! ¡O, mejor dicho, una botella entera! ¡Todos ustedes me estan volviendo loco! ¡Loco!El silencio posterior a la explosión de Tae-yang fue aún más denso. Las miradas de mis compañeros se dirigieron a mí, con una mezcla de sorpresa y preocupación.—Ethan… ¿hablas en serio? —preguntó Jae-hyun, con la voz cargada de incredulidad.—No tienes que hacer esto —añadió Ji-woo, con un tono suave.Incluso Ha-neul, aunque con cierta reticencia, parecía sorprendido.El dir
—Ethan —dijo Yu-jin, con una sonrisa formal que me pareció exagerada—. Permíteme presentarte a la madre de Ariana, Matilde Vázquez.La efusividad de Yu-jin me puso nervioso. Sentía una presión extraña en el pecho, como si me estuvieran observando desde todas partes. Asentí con una sonrisa forzada, mientras Yu-jin y Matilde intercambiaban cumplidos y hablaban de temas que me resultaban ajenos. Sus palabras resonaban a mi alrededor como un zumbido distante.—Serán una pareja encantadora —dijo Matilde, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. Su mirada era penetrante, como si pudiera leer mis pensamientos—. Estoy segura de que esto generará muchas oportunidades… muchos contratos para ambos.La confirmación me golpeó como un puñetazo en el estómago. «Todo era una farsa, una elaborada estrategia de marketing». Me estaban utilizando como un simple peón en su retorcido juego, y Matilde, con su frialdad y su pragmatismo, era la maestra de ceremonias. Sentí una profunda repulsión. Apreté los