Los siguientes veinte minutos, mi madre se la pasó hablando de ropa, sobre algunas anécdotas de cuando iba a la universidad, y sobre todo, de lo caballeroso y buena gente que era el oficial Wilsonk. No quise mencionar el tema de mi padre, no pretendía arruinarle el momento, mi mente estaba hecha un lío y no podía dejar de pensar en Milan.
Al terminar, quise ayudar a lavar los platos, pero decidió hacerlo ella misma, por lo que subí a mi habitación sin más remedio, estando ahí, recordé aquel mensaje en mi celular, decía algo acerca de mis redes sociales, hace meses que no pasaba por todos los chismes de mis ociosos compañeros de escuela, una parte de mi no quería saber nada, pero como siempre, terminó ganando mi lado curioso. Odiaba eso, no es bueno tener mucha curiosidad, como decían algunas personas: "El que busca, encuentra". Y Milan siempre me decía que es mejor no saber algunas cosas, y dejárselas al misterio de la vida.
Tomo mi laptop y la enciendo, me causa un poco de risa el fondo de pantalla que aparece, precisamente una casa con un hermoso lago, ¿Destino o casualidad?, no lo sé, pero la realidad es que estaba ahí. Al abrir mi f******k, como aquel mensaje extraño me lo había pedido, no pude evitar romper en llanto, aquello no me lo esperaba, la verdad es que no. Me había olvidado por completo que aún tenía agregado a Tony, y él no tenía la decencia de haberme eliminado o bloqueado, y para el colmo de los males, subió varias fotografías de él con una chica que no conocía.
Se abrazaban, se besaban, se publicaban recados cursis, y se hablaban empalagosamente, no lo podía creer, mientras yo la pasaba mal, extrañándolo, llorando y con el corazón en mil pedazos, él se la pasaba de maravilla.No quería seguir llorando pero se me escapaban más lágrimas, seguidas de una punzada sentimental en el pecho, mi corazón seguía lastimado.
Cierro de inmediato mi laptop, y me recuesto con la firme idea de no volver a usarla, no quería volver a ver algo así. Miro el techo y por más raro que parezca, pienso en Bastian, y era una lástima que mi mejor amigo no estuviera a mi lado.De pronto, me quedo dormida con miles de dudas, hasta que al poco rato, un ruido me despertó, alguien llamaba a mi puerta, así que me levanto de inmediato para abrir, y al hacerlo, mi sorpresa es inmensa.—Hola Crys.
—¿Bastian? —digo sorprendida.
Miro rápidamente la hora en el reloj del pasillo, eran las cinco en punto, no pensaba que hubiese dormido tanto.
—Parece que has llorado —dice en tono serio.
—No, que va, solo es cansancio —le respondo tallando un poco mis ojos con ambas manos.
—¿Estás sorprendida? —me pregunta muy sonriente.
—¿Qué haces aquí, cómo has entrado? —evado su pregunta.
—Son muchas preguntas —me dice haciendo una especie de puchero—. ¿Me invitarás a pasar?, prometo explicarte todo.
Nunca había invitado a algún chico a mi habitación, el único que tenía ese derecho era Milan, pero me hago a un lado para darle el paso, al mirar el pasillo dudé por un segundo en dejar la puerta abierta, pero opté por mejor cerrarla.
—Tienes una habitación muy hermosa —me dice Bastian observando minuciosamente cada detalle.
—¿Ya me responderás? —le pregunté mirando rápido mi aspecto en el espejo de mi tocador.
—He venido por ti, para ir a la fiesta, tu madre fue muy amable al dejarme pasar, en estos momentos se encuentra abajo charlando con el oficial Wilsonk.
Eso no me lo esperaba, ni siquiera estaba arreglada, y tener tan cerca a un chico que apenas y conozco, me ponía de nervios.
—Pensé que nos veríamos en la fiesta —dije en tono neutro.
—Cambié de opinión, me interesas —dice guiñándome un ojo.
Debí poner una cara muy graciosa, porque enseguida Bastian comenzó a reírse.
—No de la manera en la que piensas, me agradas como me gustan los perros, en pocas palabras, me caes bien.
—Perros... ya veo —dije esbozando una sonrisa, eso me entristeció un poco, era obvio que un chico como él no se fijaría en alguien como yo, no soy su tipo.
—Me gustaría que fuéramos buenos amigos —dice Bastian.
—Entiendo —digo apartando la mirada de él—. Tengo que ducharme y arreglarme.
—¡Te esperaré aquí!, si tú me lo permites —dice sentándose en mi cama para después recostarse.
—No sé si es buena idea —dije dudosa—. No es bueno tener a un chico desconocido en mi habitación.
—¡Vamos Crys!, no soy un desconocido, sabes mi nombre y donde vivo, somos vecinos, y tú madre me ha permitido la entrada —dice entre pequeñas risas.
—Está bien —respondo poniendo los ojos en blanco—. Tú ganas.
Me dirigí haciamíclósety comencé a elegir que sería bueno ponerme, se trataba de una fiesta informal, no quería estropear nada, era muyperfeccionista, por lo que después de cinco minutos, me decidí por unosjeansnegros entubados, unos botines negros conestoperolesplata, una blusa blanca sin mangas que dejaba ver un poco mi dotado busto, y una chamarra de piel color negro, antes de salir, volteé a ver aBastian, quien estaba entretenido jugando con su celular.—Enseguida vuelvo —le dije antes de salir.—Vale, no tardes, si no tendré que ir a ayudarte.—Ni en tus sueños —le respondí y salí.
Una punzada de dolor sentimental me daba en el pecho, al ver aquel nombre en la pantalla de mi celular.Mensaje de voz:Tony.No había borrado su número, supongo que en el fondo aún no superaba su despedida, ya estaba harta de seguir escapando del pasado, y de no enfrentar las cosas, por lo que decidí escuchar aquel mensaje de voz.Pero al hacerlo, palideció mi rostro, no se trataba de un mensaje de voz normal como pensaba, se trataban de risas, sonidos sexuales, al principio quise creer que se trataba de una broma, pero al escuchar que una voz femenina mencionaba el nombre deTony, lo supe, él se estaba acostando con otra, se me cayó el alma a los pies, y las náuseas hacían su cruel presencia.
Los ojos deBastianeran realmente hermosos, me gustaba, pero tenía mucho miedo de llegar a relacionarme con él, sentimentalmente, por otra parte, se parecía aMilan, con ese sentido protector, un nuevo chico que se preocupaba por mí, era amable y caballeroso.—Está bien —le dije anotando mi número en su celular—. ¡Ya está!.—Perfecto —dijoBastiansacándome una foto rápidamente, y sin que pudiera oponerme.—¿Qué haces? —le pregunté un poco asustada.—Te acabo de tomar una foto, no tiene nada de malo, es para tenerte de perfil con tu número —Bastianno deja
—¡Deja de mirarme! —le digo aTonysonrojada.—Claro que no, te ves hermosa con esa cara de niña tonta.—¿Bromeas? —puse los ojos en blanco.—NoCrys, me gustas mucho.—¿Te digo un secretoTony? —abro el suspenso.—Estoy ansioso.—Te Amo.—¿Por siempre? —me pregunta con una sonrisa en los labios.—Por siempre —respondo.—Entonces yo te am
Me muerdo el labio inferior tratando de pensar en alguna excusa, no podía decirle queBastian, nuestro vecino, el chico que no le agradaba, se encontraba en mi habitación y me había vistosemidesnuda.—Por nada especial, solo me pareció más cómodo —digo lo más natural posible.—Entiendo, bueno, me retiro, nos vemos luego ¿está bien? —Milanse dirigía a la salida.—Sí —le sonrío.Milansalió y yo me vestí rápidamente, no era bueno que un desconocido estuviera en mi habitación, cuando terminé entré a mi cuarto pero ya no se encontrabaBastian.Sent
Cuando hay mentiras en una relación, ya sea amorosa o amistosa, el final siempre será desastroso, y algo en mi interior me decía que esta no sería la excepción.—¡Es una buena ideaCrys! —me dijoBastiancon mirada lujuriosa.—Ni de chiste, solo te hacía una broma —me bajé del carro y estiré mis brazos hacia arriba.—Me ayudarías bastante si te haces pasar por mi novia, solo sería por un mes, ¿qué dices? —estaba emocionado.—Digo que no, apenas te conozco, no llevo ni una semana en este lugar, ¿y quieres quéfinjamos ser novios? —lo miro fijamente—. Ni loca, o
No podía creer lo que habíamos hecho, realmente actuamos como dos enamorados defendiendo su amor, era emocionante y divertido, esto sería más fácil de lo que pensaba.—Lo siento —dijoBastian—. Nunca suelo hablarles así a las mujeres, pero ella saca lo peor de mí.—No tienes porque sentirte mal, es una víbora —cruzo los brazos—. No sé como pudiste soportar estar a su lado, sin morir por el veneno que suelta.Bastiancomenzó a reírse, se veía más relajado y tranquilo.—¡Atacaste aJhoanacomo toda una experta! —me dice riendo.
Cuando era pequeña, encontraba enMilanun apoyo, más que ser mi mejor amigo, lo consideraba el hermano mayor que nunca tuve, me defendía de todos y me protegía de todo, era el mejor, recuerdo aquella vez cuando un chico intentócoquetearme, en ese entonces tendríamos unos trece años,Milanse abalanzó contra él propinándole una paliza, desde ese momento nadie se metía conmigo, y él fue ganando fama de chico malo, todos lo respetaban, él era mi protector.Y ahora estaba ahí, sentado a mi lado, a punto de contarme su más grande secreto, la verdad moría de emoción por saber de quése trataba.—Y bien —hablo primero—. ¿Ya me dirás?.
Último capítulo