Me dirigí hacia mí clóset y comencé a elegir que sería bueno ponerme, se trataba de una fiesta informal, no quería estropear nada, era muy perfeccionista, por lo que después de cinco minutos, me decidí por unos jeans negros entubados, unos botines negros con estoperoles plata, una blusa blanca sin mangas que dejaba ver un poco mi dotado busto, y una chamarra de piel color negro, antes de salir, volteé a ver a Bastian, quien estaba entretenido jugando con su celular.
—Enseguida vuelvo —le dije antes de salir.
—Vale, no tardes, si no tendré que ir a ayudarte.
—Ni en tus sueños —le respondí y salí.
Una punzada de dolor sentimental me daba en el pecho, al ver aquel nombre en la pantalla de mi celular.Mensaje de voz:Tony.No había borrado su número, supongo que en el fondo aún no superaba su despedida, ya estaba harta de seguir escapando del pasado, y de no enfrentar las cosas, por lo que decidí escuchar aquel mensaje de voz.Pero al hacerlo, palideció mi rostro, no se trataba de un mensaje de voz normal como pensaba, se trataban de risas, sonidos sexuales, al principio quise creer que se trataba de una broma, pero al escuchar que una voz femenina mencionaba el nombre deTony, lo supe, él se estaba acostando con otra, se me cayó el alma a los pies, y las náuseas hacían su cruel presencia.
Los ojos deBastianeran realmente hermosos, me gustaba, pero tenía mucho miedo de llegar a relacionarme con él, sentimentalmente, por otra parte, se parecía aMilan, con ese sentido protector, un nuevo chico que se preocupaba por mí, era amable y caballeroso.—Está bien —le dije anotando mi número en su celular—. ¡Ya está!.—Perfecto —dijoBastiansacándome una foto rápidamente, y sin que pudiera oponerme.—¿Qué haces? —le pregunté un poco asustada.—Te acabo de tomar una foto, no tiene nada de malo, es para tenerte de perfil con tu número —Bastianno deja
—¡Deja de mirarme! —le digo aTonysonrojada.—Claro que no, te ves hermosa con esa cara de niña tonta.—¿Bromeas? —puse los ojos en blanco.—NoCrys, me gustas mucho.—¿Te digo un secretoTony? —abro el suspenso.—Estoy ansioso.—Te Amo.—¿Por siempre? —me pregunta con una sonrisa en los labios.—Por siempre —respondo.—Entonces yo te am
Me muerdo el labio inferior tratando de pensar en alguna excusa, no podía decirle queBastian, nuestro vecino, el chico que no le agradaba, se encontraba en mi habitación y me había vistosemidesnuda.—Por nada especial, solo me pareció más cómodo —digo lo más natural posible.—Entiendo, bueno, me retiro, nos vemos luego ¿está bien? —Milanse dirigía a la salida.—Sí —le sonrío.Milansalió y yo me vestí rápidamente, no era bueno que un desconocido estuviera en mi habitación, cuando terminé entré a mi cuarto pero ya no se encontrabaBastian.Sent
Cuando hay mentiras en una relación, ya sea amorosa o amistosa, el final siempre será desastroso, y algo en mi interior me decía que esta no sería la excepción.—¡Es una buena ideaCrys! —me dijoBastiancon mirada lujuriosa.—Ni de chiste, solo te hacía una broma —me bajé del carro y estiré mis brazos hacia arriba.—Me ayudarías bastante si te haces pasar por mi novia, solo sería por un mes, ¿qué dices? —estaba emocionado.—Digo que no, apenas te conozco, no llevo ni una semana en este lugar, ¿y quieres quéfinjamos ser novios? —lo miro fijamente—. Ni loca, o
No podía creer lo que habíamos hecho, realmente actuamos como dos enamorados defendiendo su amor, era emocionante y divertido, esto sería más fácil de lo que pensaba.—Lo siento —dijoBastian—. Nunca suelo hablarles así a las mujeres, pero ella saca lo peor de mí.—No tienes porque sentirte mal, es una víbora —cruzo los brazos—. No sé como pudiste soportar estar a su lado, sin morir por el veneno que suelta.Bastiancomenzó a reírse, se veía más relajado y tranquilo.—¡Atacaste aJhoanacomo toda una experta! —me dice riendo.
Cuando era pequeña, encontraba enMilanun apoyo, más que ser mi mejor amigo, lo consideraba el hermano mayor que nunca tuve, me defendía de todos y me protegía de todo, era el mejor, recuerdo aquella vez cuando un chico intentócoquetearme, en ese entonces tendríamos unos trece años,Milanse abalanzó contra él propinándole una paliza, desde ese momento nadie se metía conmigo, y él fue ganando fama de chico malo, todos lo respetaban, él era mi protector.Y ahora estaba ahí, sentado a mi lado, a punto de contarme su más grande secreto, la verdad moría de emoción por saber de quése trataba.—Y bien —hablo primero—. ¿Ya me dirás?.
No me gustaba que hablara mal de mí mejor amigo, no era malo su comentario, pero su tono de sarcasmo era insoportable hasta cierto punto.—Las cosas andan bien entre nosotros —digo dirigiéndome alclóset.—¿Y ya te dijo que no es gay?.—¿Qué? —abrí los ojos como platos—. ¿Tú cómo sabes?.—No hace falta ser muy inteligente para darse cuenta de eso, y de otra cosa —sonríe y se acomoda más en mi cama.—No tengo ánimos de hablar de eso —pongo los ojos en blanco.Al cabo de cinco minu