Estamos en el mes de diciembre, han pasado algunos días desde que arruiné lo que tenía con Bastian, aquella noche en la que salió de mi habitación advirtiéndome que si me cruzaba en su camino lo lamentaría, y no lo dudaba. Ese mismo día Milan subió las escaleras rápidamente y al entrar se quedó mudo, supe inmediatamente que sabía lo que había ocurrido entre Bastian y yo, no dijo nada y se quedó una hora entera a mi lado, en silencio, solo se escuchaban mis sollozos chocando con brutalidad contra las paredes, y cuando por fin logré tranquilizarme le expliqué todo, él escuchó muy atento pero sin decir ninguna palabra hasta que acabé, aún recuerdo palabra por palabra que dijo.
—¿Que ha
—EseBasses un perro con las mujeres, te mereces algo mejorCrys, sin duda —diceCharlottemientras se mete un pedazo enorme de burrito de carne enchilada.—Opino lo mismo, yo conozco a muchos chicos guapos, incluso más que él, cuando quieras te puedo regalar a uno de mis tantos pretendientes —hablaTharamientras avienta un enorme suspiro.—Eso si es envidia querida —Tobysuelta unas carcajadas— si las que son feas tuvieran un enorme busto como tu, tendrían la misma suerte con los hombres y entrarías en competencia.Todos comenzamos a reírnos, incluso las carcajadas deTharasobresalían más que ninguno.
Es sábado, por fin llegaron los dos días que más esperaba de cada semana,Saskiatrabajaba los fines de semana, y por lo que nos ha contado parece ser que Serena va seguido a la tienda de repostería, dice incluso que ha subido unos tres kilos, eso me entristecía, ya que en la escuela aunque nos evitábamos, me sentía mal por ella. Hoy era la prueba del vestido de mi madre, me emocionaba la idea de verla probarse un montón de vestidos, aunque me sentía mal al haberle contado a ella y aBrandonqueBastiany yo ya no eramos novios, ya pesarde eso, decidieron queBastiany yo seguiríamos siendo sus padrinos.—¿Túqué opinas hija? —me pregunta mi madre.—¿Sobre qué
Se trataba de una mala jugada, al menos para mi lo era, en cuanto nos vio Milanpude ver el dolor, la confusión y la rabia en sus ojos, así como también pude ver la diversión, el juego y la victoria ganada en los deBastian.—¿Qué significa esto? —Milanpregunta en tono serio.—Significa lo que ves —contestaBastiancon una enorme sonrisa— sabes,túconseguiste y pudiste tener aCrys, pero ella aún me pertenece, es como si te la hubiera prestado.Al decir eso sentí una rabia incontrolable, ¿quién se creía queera para hablarle así amímejor amigo?, entonces, y sin ningún remordimientoact&uacu
Eso me hacía gracia y a la vez me daba felicidad, volteé a ver aBastiany confirmé que era verdad, no me quitaba la mirada de encima, pero no me dejaría de él, por lo que sonreí y le levanté el dedo, al hacerlo,Bastiansonrió de oreja a oreja y me mando un beso en modo de burla, era oficial. Estábamos en guerra.—¡Que le den! —le digo y regresamos con los demás.Estábamos a punto de irnos de la cafetería, cuando de pronto llegóSaskiacorriendo y se dirigió aCharlotte.—Está hecho —Saskiasonreía.—¿Qué está hecho? —preg
Por fin llegó el tan esperado baile de invierno y cierre del ciclo escolar, desde queBastianhabía hecho público su noviazgo conReachel, mi vida se convirtió en un infierno. Era como si todos la respetaran y no se quisieran meter con ella por ser la chica de él, cosa que me perjudicaba notablemente, era como si la escuela entera estuviera dividida, una parte estaba conmigo y la otra parte conReachel.Bastianno paraba de observarme en todo momento y de restregarme en la cara sus besos conReachel. Yo trataba de ignorarlo la mayor parte del tiempo, pero a veces me era imposible, cuando nos encontrábamos por los pasillos, y si no había gente alrededor, me acorralaba e intentaba besarme, no dejaba de recordarme que yo era suya, y yo no paraba de abofetearlo cada que intentaba besarme, se enfurecía y se marchaba azotando y maldiciendo.
Bastianestaba muy furioso, se acercó hasta a mi y se colocó detrás, ambos nos veíamos por el espejo.—Tienes razónCrystalle, ella es muy buena en la cama, ¿tienes idea de lo mucho quedisfrutocuando se la meto?, no verdad... Ella es una experta, no como tú. Que no eres...—No sigas, no lo digas, no mientas —volteo rápidamente, estabaa punto deromper en llanto.—No sirves en la cama.Eso acabó con todo,Bastianacababa de terminar por destruir lo poco que sentía por él, una cosa era el juego que estábamos llevando, pero insultarme de esa manera era pasar mis límites, no pod&iacu
Sus pasos se escuchan por toda la habitación, camina de un lado a otro trazando pequeños círculos en el aire, estaba planeando su siguiente estrategia, sabía perfectamente que todo lo que había hecho hasta ahora le había funcionado a la perfección, eso le hacía muy feliz.Pero era tiempo de dar el siguiente paso, pronto, muy pronto su venganza estaría completa. Remoja sus labios pasmosamente con su lengua y sonríe, de pronto alguien la saca de sus pensamientos, era él.—Veo que estás muy contenta —aquel chico la saluda sin muchos ánimos.—¿Y por qué no lo estaría? —sonríe nuevamente— si todo salió tal y como lo planeamos.&mdas
Las luces de las series navideñas de la gran ciudad, roban mi atención inmediatamente, es como si me arrancaran suspiros del alma cada vez que se prenden, y apagan al ritmo de su melodía ocasional.Recuerdo que cuando era pequeña, les rogaba casi de rodillas a mis padres para que me llevaran al centro de la cuidad, únicamente para ver las casas adornadas, el olor a pavo recién horneado, y de pasteles adornados con temas de la festividad, me llenaban de un hermoso sentimiento de emoción y bondad, todo olía a navidad, mi época favorita del año.Pero claro, las cosas cambian, conforme vas creciendo, te das cuenta que aquello que te emocionaba, ahora te da alegría, pero con menos intensidad, aún me siguen hipnotizando las festividades de invierno, solo que a mis dieciocho años ya no le tomo tanta importancia.
Último capítulo