Capítulo 17. Alianzas. Días después. Cuidados que Rosaura no esperaba; Emmanuel ha estado presente cada día y en todo momento. Hoy por fin le quitan el yeso del pie y debe levantarse de la cama. —Debe tomarse los medicamentos con puntualidad, las aspirinas son muy necesarias y deberá mantenerse calmada. Por ahora hemos visto una gran evolución en cuanto a su estado anémico, incluso tiene un mejor semblante. Camine por la clínica para evaluar la movilidad del pie. De unos pasos. Rosaura mira a Emmanuel; ella está en bata y él entiende su mirada. — Espera…—ordena en un tono fuerte. Rosaura lo mira sorprendida al ver cómo mete su mano entre sus piernas cubriéndola para que se baje de la cama.— ¿Nos permite?—dice mirando de reojo al doctor que se da vuelta. Emmanuel baja a Rosaura de la cama con delicadeza y la cubre con un abrigo. — Ahora sí, puede dar unos pasos, por favor— dice la enfermera y Rosaura asiente. — Despacio…— Ella da unos pasos lentamente, sintien
Capítulo 18. Expulsando veneno. Tras ser revisada, Rosaura descansa plácidamente, sin notar que Emmanuel se prepara para salir. Ella está dormida, cuando el sonido de la puerta llama su atención. — Lo que me ha pedido, señor. Santino le entrega una bolsa a Emmanuel y él la recibe revisando el contenido. —Que preparen el auto, voy de salida. —Sí, señor. Emmanuel cierra la puerta y camina hacia Rosaura, a quien acaricia en la mejilla, despertándola por completo. — ¿Cómo te sientes?—pregunta acomodando su cabello rebelde que cuelga en el cansado rostro de Rosaura. — Mejor. —¿Se irá?—pregunta sintiendo ese exquisito perfume que invade sus fosas nasales. — Saldré, te compré este celular, tiene tu antiguo número; llámame si necesitas algo. Rosaura ve el celular en su mano y lo vuelve a enfocar en silencio, fijando su mirada en lo elegante de su vestir. Su esposo es un hombre muy guapo, siempre vistiendo formal, elegante; ella recorre su tez clara, su fuerte y
Capítulo 19. Inquietudes. En el gran pasillo, familia y amigos de Emmanuel vienen a ver a Vanessa. Han traído muchos regalos y rosas para ella, una emocionante reunión que da lugar, causando conmoción entre el personal de enfermeras. — Se dice que su esposo es el gran Emmanuel Maglot; es una mujer con mucha suerte. Yo quisiera que enviaran para mí todos esos detalles que él le envía a diario. — Sí, es una mujer con mucha suerte;demás, es muy hermosa, hacen una hermosa pareja. Las enfermeras que pasan junto a ella ni la notan; en el pasillo se puede ver a los primos de Emmanuel, sus primas, algunas tías, personal de la empresa y sobre todo a la madre y la hermana de Emmanuel. Parece que hoy le darán el alta a Vanessa y vinieron por ella. — Atención todos, ya viene, ya viene.— Emilia da un aviso y de repente, el elevador se abre. Rosaura de inmediato se esconde detrás de una pared y espera paciente que su esposo pase junto a sus hombres de seguridad que lo escoltan como
Capítulo 20. Salida. Todos guardan silencio, enfocados en las miradas que se dan ambos, ella dulce y tierna, él enojado e imponente, desbordando preocupación por ella. — La dejaré descansar; si surge algo más, no dudes en llamarme. Si vemos mejoras, mañana podrá llevarla a casa. — Muchas gracias, doctor. — No se preocupe, estaré en mi consultorio; si me necesita, llámeme. — Bien. Emmanuel los acompaña a la entrada y los deja marchar, enfocándose en Rosaura nuevamente. — Lo siento, no quise incomodarlo. — Pues lo has hecho, siéntate, vas a comer. Emmanuel camina hacia el sofá quitándose el abrigo, en cuanto Santino llega con la cómoda, Emmanuel se acerca a Rosaura, quien nota en su cuello la marca del labial rojo satinado que usa Vanessa. En silencio, una tristeza la invade, comiendo poco a poco lo que le a comprado. Rosaura se mantiene calmada, enfocándose en su comida, ella lo ve desvestirse para tomar un baño, por unos minutos Emmanuel nota la mancha
Capitulo 21. No es hogar. Rosaura sale de la habitación dejando todo atrás, en cuanto llegan a la entrada ella se sienta en una banca esperando a Emmanuel, quien llega de repente. Al verlo aparecer, Rosaura se levanta caminando hacia él, cuando de repente la ventana del puesto delantero se baja, dejando ver a Vanessa en el lugar. Rosaura mira a su esposo y él la enfoca quitándole la bolsa que trae en la mano. —Vamos, la llevaré a casa. Rosaura no le da respuesta, camina aún un poco con dificultad abriendo la puerta trasera para subir en el auto. —Rosaura, que bueno que te han dado de alta, espero no te incomode, Emmanuel prometió llevarme de vuelta a casa. Rosaura no le da respuesta, enfoca su mirada en el camino que recuerda con claridad. De camino a la gran mansión Maglot, Rosaura nota los gestos y las miradas de Vanessa hacia Emmanuel. Emmanuel la detalla por el espejo retrovisor, va en silencio, enfocando su atención en el camino, su frágil cuerpo apoyado al asiento, ese
Capítulo 22. Posesivo. Rosaura lo sostiene sintiéndose muy débil; de repente, el timbre interrumpe la escena. Rosaura se aleja pensando que quizás es el repartidor. — Buenas noches, señor, su pedido. Emmanuel la enfoca con seriedad y se aparta de la puerta. — Quiera, Rosaura.— Emmanuel abre la puerta y el hombre de seguridad le entrega un paquete.— Espera, voy por el dinero. Emmanuel se mueve dejando a Rosaura muy inquieta en su lugar; se confía ya que ella siempre hace lo que él le ordena, sin embargo, esta noche rompe sus reglas. — ¡Ey! —Señorita…señora…— Emmanuel suelta su billetera, sacando algunos billetes sin cortarlo, y los entrega al vigilante que nota la escena en la que Emmanuel corre persiguiendo a Rosaura hasta un elevador. Rosaura intenta llamar al elevador, cuando lo ve venir, suelta el bolso y corre hacia las escaleras intentando escapar sin éxito, ya que Emmanuel la atrapa en sus brazos. — No, no suéltame, suéltame...— Rosaura forcejea, Pero m
Capítulo 22. Desconcierto. Rosaura lo sigue al sofá; ella come su sopa, mientras él disfruta de la comida que ha pedido, más una rica tarta de fresas que ella se niega a comer y que él disfruta, siendo un capricho, ya que no es amante del dulce. Al terminar de comer, Emmanuel la toma de la mano y la hace levantarse del sofá, subiéndola sobre su regazo; la carga en sus brazos llevándola a la segunda habitación de la casa, donde se encierran, siendo desvestida por su esposo, quien la derriba en la cama, ansioso por tenerla. * Un nuevo amanecer, Emmanuel despierta ante un ruido incómodo proveniente del baño, que le obliga a abrir los ojos a las 5 am, notando la bolsa del preservativo a un lado de la cama y la ausencia de su esposa en la cama. Emmanuel se levanta de la cama colocándose una toalla y camina al baño, encontrándola apoyada sobre el inodoro, desnuda, sujetando su vientre muy débil. — Estás vomitando de nuevo, voy a tener que llevarte de nuevo a la clínica.
Capitulo 23. Inició de la pesadilla. Emmanuel la enfoca sin inmutarse, tomando de su café. — Cariño, estuve intentando comunicarme contigo toda la noche, ¿Por qué ahora de repente me ignoras? ¿Acaso tiene que ver con Rosaura? — Estaba ocupado, ¿Por qué llamabas con tanta urgencia? — Quería hablar contigo, la manera en que te fuiste, pensé que la llevarías de regreso y volverías, pero no lo hiciste. — No voy a quedarme en la casa Vanessa, tampoco Rosaura. — ¿Qué dices?— Vanessa se sorprende siguiendo sus pasos, Emmanuel se levanta y camina acomodándose frente a ella. — Digo que no pienso repetir las cosas del pasado, Rosaura se quedará conmigo en mi departamento, ella está enferma y no puedo dejarla en esa casa sola. — ¿De verdad te importa lo que a ella le pase? Pensé que solo la estabas manteniendo por lo de la herencia, ¿Y yo? Juraste protegerme y cuidar de mí, Emmanuel, lo deje todo por ti, por esta compañía, ¿Qué se supone que haga yo ahora? No puedes dej