-Buenos días, señores, es un gusto tenerlos en nuestras instalaciones- Se les acerca Bárbara con una Tablet en la mano.-Buenos días, Señora Valverde, es interesante como ha transformado esta galería en tan pocos años, se nota que es una mujer emprendedora- Le dice el hombre canoso, robusto, de nariz ancha.-Muchas gracias. Mi asistente me informa que desea hacer inversiones para el desarrollo de la galería- Dice Bárbara.Decide averiguar sus intenciones de primera entrada. Estaba cansada de los pretenciosos hombres de negocios que buscan una oportunidad para pasarse de listos.- ¡Vaya! Mi señora, usted sí que va al grano- Le dice el otro hombre que vestía una camisa blanca ajustada que remarcaba su área abdominal, un poco más alto que el hombre canoso.-Tanto, tanto como de hablar de la galería no, venimos por otro asuntito que le puede interesar mi señora. - Le sonríe el hombre canoso mostrando sus dientes blancos.Bárbara está que arde, detestaba que le dijeran mi señora con tanta
Muchas horas después…Doña Bárbara se armó de tolerancia y se bañó de paciencia para soportar al hombre que la siguió todo el día, incluso hizo ventas y recomendaciones a los clientes.Tenía que admitirlo la galería se triplico de afluencia, gracias a la noticia de que el señor Koyama estaba en la galería. La información se corrió como una avalancha atrayendo personajes importantes.¡Obvio! todos llegaron con las intensión de poder acceder al enigmático Señor Koyama. El rey que nunca baja de su torre, Nadie podía creer que se encontraba en una pequeña galería en crecimiento.Bárbara ahora más que nunca, comprendía porque Halia le costaba tanto hablar con él. El hombre era autoritario, y a pesar de su incuestionable educación, jamás cedía.- ¡Señora! ya son las dos y media debería alistarse- Le informa Gema.-Tranquila Gema, la estética está en el piso de arriba, En quince minutos llego.- ¡Disculpe mi intromisión! Pero considero que es mejor irnos ya. Halia está acostumbrada a llegar
Volviendo al centro comercial. Bárbara ya está en un punto de quiebre. Le desagradaba la mirada inquisidoras de las personas que caminan cerca de ellos, y la extrema seguridad que las acompañan. Es demasiado para esta pequeña empresaria, que por su reputación ha tratado de permanecer en el anonimato el mayor tiempo posible. -Halia, me temo que nosotras debemos despedirnos. Recordé que tengo comida preparada en casa. Sin embargo ustedes pueden aprovechar tiempo padre e hija fuera de casa- Dice Bárbara. -Pensé que iba a comer con nosotros- Le dice Halia volviendo a ver a Mónica. Ambas habían planeado atiborrarse de comida chatarra como usualmente lo hacen. -Lo que pasa es que no quiero que se heche a perder la comida- Le acaricia el brazo como consolándola. Bárbara en realidad desea, necesita relajarse y la única forma de lograrlo es librándose de la presencia de Atsushi como sea. -Si es poca pueden comerla mañana o descartarla- Dice Atsushi interviniendo al ver que Halia se puso tr
A unas calles de la casa de la señora Bárbara, el auto negro permanece estacionado, el hombre sin expresión baja la ventanilla como para ventilar el auto. Enciende un cigarrillo. Tomando varias bocanadas para luego sacar su móvil.- “Señor le tengo información sobre la chica, está ahora en una residencia de casa media. Lo interesante es que el Señor Koyama esta con ellas”El hombre del auto escucha con atención el teléfono y asiente.- “Cómo ordene”- Enciende el auto y sale del lugar.Mientras tanto, en el comedor de las Valverde, Barbara les sirve las cena de sus invitados que constaba de estofado de carne, con plátano y zanahoria, una ensalada cesar, acompañada con arroz blanco y papas asadas. Usan los refrescos que las chicas compraron en el super.-Vaya esto se ve muy bueno- Dice Halia. Que se encuentra sentada al lado de Atsushi. Halia se las arregló para dejar a Mónica al lado de Alonso.Atsushi se sentó como siempre a la cabecera, a pesar de la mirada de Bárbara por lo que no l
Volviendo al compañía Lombardo en el piso 70, Liam observa melancólico con llega el ocaso, un hermoso espectáculo de la naturaleza, Halia le había enseñado a admirar ese paisaje la semana pasada.Durante todos los años de trabajar en esa oficina no se había percatado del increíble show que le brindaba la naturaleza cada tarde hasta que llegó Halia a trabajar con él.Llegado el atardecer Halia tomaba unos minutos de su día para observarlo pensativa.¡Toc- toc!¡Pase! - Se escucha la voz masculina de Liam.-Señor. Creo que debe ver esto- Adrián entra a largos paso y le entrega el expediente a Liam.-Los ortegas haciendo trato con los Durán, esto no me parece nada bueno. Contando con lo que me dijo mi padre- Liam se queda un momento pensativo.Liam conocía las forma de trabajar de los Durán, una familia que se había posicionado entre las primeras familias, con métodos poco ortodoxos, sin contar que tenía un equipo de lujo de crackers.En cuanto a la compañía Lombardo por las políticas ce
Una semana se pasa volando, Halia y Liam practicaron durante las primeras horas de las noches de cada día de la semana antes de cenar. Atsushi aprovecho tanto como Halia la compañía de otro hombre en el hogar.Lo que más le agradaba Atsushi de Liam era su gran capacidad para resolver problemas e inteligencia. Estaba satisfecho de tenerlo en C.I.CO, para él ha sido una gran adquisición.En cuanto a las clase de baile, el hecho de que el toque de Liam, no le molesta para nada a Halia. Le facilitó aprender rápido. Ambos disfrutaban de la cercanía. Atsushi empezó a notar ciertas alarmas.Pero al recordar lo que le paso en la boutique días atrás donde casi hace un escándalo por sus suposiciones. Decidió ser más prudente y empezó a vigilar durante la noche, cuando practicaban, como se comunicaban, podía percibir que entre ellos había algo.No quería equivocarse, pero al verlos interactuar notaba un destello de muestras de: ¿Amor, cariño, amistad, complicidad, anhelo? Cada día que pasaba se
- «No mi pequeña, será posible, ella les tiene fobia a los hombres, no debe ser otra cosa ¡No hagas conjeturas! Atsushi Koyama»- Se regaña a sí mismo.El hombre se toma unos momentos, para observar la puerta del cuarto de Liam. Pero no ve ningún movimiento por lo que la sigue sigilosamente.Para ese momento Halia había llegado a la zona boscosa donde vio desaparecer los cabellos rojos. Podía sentir su garganta seca, debido a su respiración agitada, el corazón palpitaba tan rápido, que sintió por un momento que se iba a desmayar.- «Tranquila Halia, las has visto peores»- Razona para sí misma, mientras avanza con cautela.Ve un movimiento dentro del bosque, los pies no le responden, siente que están fijos en el piso igual que las raíces de un árbol. Recordó enseñanzas del maestro Vene sobre los espíritus y lo importante de empoderarse para enfrentarlos, y en lo posible hacerlos sus aliados.Toma mucha fuerza de voluntad, para mover sus pies y se ha acerca con prudencia hacia los arbust
Al día siguiente mientras Halia practicaba el entrenamiento de la mañana, Liam viaja en su Aston Martín hacia la compañía Lombardo. Atsushi desayuna con Halia y es el segundo de salir.-Buenos días- Les dice Halia acercándose a Dunca y Alonso que estaba afuera del auto.-Buenos días- Le contestan los dos casi al mismo tiempo.- ¿Una noche movida? - Le dice Alonso.-Me temo que sí. Lo malo es que Bàba ya sabe que Liam entrena con el maestro Vene.- ¿Cómo lo tomo, el señor Koyama? - Le pregunta Dunca.-No lo sé, no nos dijo nada. Ahora que lo pienso se comportó muy raro.-Halia creo que llego el momento que les cuente que están en la empresa Lombardo. Él puede mal interpretar tus intenciones en cuanto la autosuperación. - Le aconseja Dunca.-Tienes razón, esta misma noche, pase lo que pase se lo diré. - Dice mientras sube al auto.El Royce Rolls de Halia viaja como todos los días, al salir del perímetro de la mansión de Koyama se desvía hacia la compañía Lombardo, no se percatan que los