Álvaro está a punto de correr tras de ella cuando escucha las voces del Caimán y los refuerzos.

El Diablo antes de ser emboscado, había coordinado con sus hombres, previendo que las cosas pudieran salirse fuera de su control.

- ¡Hijuexx ¿Qué pasó aquí? – Grita el Caimán observando la escena, lleva en la mano su arma. Al igual que los hombres que lo acompañan.

Habían entrado por el camino del centro de los contenedores, por lo que, no se toparon con Halia.

El olor a pólvora se puede percibir en el ambiente, los subordinados del Diablo caminan entre los cuerpos esparcidos en el piso. Algunos todavía respiran.

Todos ven la escena con la boca abierta incluso algunos se llevaron la manos a la cabeza asombrados. Él único hombre de pie esta frente a ellos. Con muchísimos golpes en el rostro, su camisa manchada de sangre al igual que sus pantalones. Sin embargo emanaba una aura aterradora.

El Caimán no pudo evitar sentir temor. Nunca se imaginó que el Diablo pudiera llegar hacer tan peligro