Capítulo 2

Sentía la molestia de los rayos de sol dándome directo en la cara. Me senté en la cama algo confundida, juraba haber cerrado las cortinas antes de acostarme. Unos golpes a la puerta me terminaron de despertar

– Pase – Lisa se adentro a la habitación ya preparada para salir a trabajar. Apenas podía abrir bien los ojos estaba demasiado cansada. Me volví a acostar tapándome con las mantas hasta la cabeza, yo solo quería dormir. Estúpido sueño que no me dejo dormir parte de la noche.

– Te venia a despertar pero te me adelantaste. ¿Y ese milagro a que se debe? – odiaba despertarme tan temprano para cualquier cosa, por eso Lisa siempre es la encargada que hacer que me levante de mi cama, aunque tenga que arrastrarme de la cama. Sin contestar mis ojos se iban cerrando nuevamente – Becca, Becca despierta -  las manos de Lisa intentaron quitarme las mantas

– Cinco minutos más Liz – me negaba a levantarme  

– Rebecca Smith te quiero ver fuera de esta cama en dos minutos

– No – refunfuñe

– Perfecto, entonces te sacare de la cama y te meteré al auto para llevarte al instituto y iras así como estés vestida – m****a sabia que Liz era capaz de hacer algo así. Aun pesándome me quite las mantas de encima y me senté en la cama, Lisa sonrió feliz de su victoria – Ahora entra al baño yo preparare el desayuno hermanita, no tardes o se hará tarde

Al salir Lisa de la habitación casi volví a caer en la tentación de volver a dormir pero conocía a mí hermana, no decía nada en vano. Con un esfuerzo enorme termine por levantarme de la cama, me bañe rápidamente quitándome las marcas del sueño, al salir de la ducha me vestí poniéndome unos jeans tiro alto ajustados negros; una blusa mangas largas ya que hacia algo de frío, una campera de cuero y mis botitas de tocones favoritas. No me maquille mucho, no me gustaba aparte no tenía idea de cómo hacerlo. Era algo inexperta en esa área, y por supuesto deje mi cabello suelto. Agarre las cosas que necesitaría para afrontar este horrible primer día y salí a buscar algo para comer.

Al bajar hacia el comedor Lisa se encontraba desayunando, mi hermana estaba nerviosa también era su primer día aquí, y sabía que cuando comía de esa forma era porque los nervios la estaban traicionando. Recordaba el día en el que iba a sacar la licencia de conducir, de los nervios comió toda la noche, al final no pudo asistir a su examen ya que no se podía levantar de la cama al día siguiente. Papá no había dejado de molestarla durante todo el día, era uno de nuestros últimos recuerdos juntos

 – Lisa despacio – ella asintió lentamente para dejar parte de la tostada nuevamente en la mesa

 – Es que estoy demasiado nerviosa, pero tienes razón tengo que calmarme soy una adulta responsable y no tengo que tenerle miedo a mi primer día – me pareció gracioso cuando ella deliraba de esa forma – De todos formas cambiemos del tema, Buenos días hermanita.

– Buenos días Liz, y cálmate todo saldrá bien – La intento animar al menos un poco.

 – ¿Has dormido bien? – Me pregunta Liz mientras me sirve café y después sentándose frente a mi

– Si, dormí súper bien, al parecer viajar tanto tiempo en auto me dejo agotada –  no le conté nada sobre el sueño ya que no le di importancia, había sido un tonto sueño nada más. Bueno un tonto sueño que me había dejado algo confundida, pero nada más que eso.

 – ¿Cómo te imaginas tu primer día?

 – Horrible, con Barbies de acá para allá, gobernando todo el instituto – Al terminar de decir eso me sacudí un poco para darle más drama a mi opinión, Lisa termino robando los ojos tratando de esconder una sonrisa.

– No seas dramática Becca, seguramente la pasas mejor de lo que crees. Aparte esto es un pueblo hermanita no pasa como en las películas

– Ya lo veremos, aunque te apuesto que habrá alguna con complejo de realeza en ese instituto – esta vez sí se rio. Sin embargo siguió desayunando

Después de esa pequeña interacción por parte de ambas cada una se perdió en sus pensamientos. No éramos mucho de hablar apenas nos levantábamos, al terminar y luego de juntar todo prometiendo lavar después salimos hacia el coche. Por ser esta la primera vez Lisa me llevaría al instituto. Amaba a mi hermana por eso, me cansaba de solo pensar en caminar, aparte no tenia idea en donde quedaba el dichoso instituto.

 Al llegar me quede asombrada el lugar era realmente enorme. Me lo imaginaba mas chico contando que en el pueblo no había tanta gente, o al menos eso creía. Pero la cantidad de estudiantes que había a los alrededores del instituto me dio a entender lo confundida que estaba.

– Bueno esta es tu parada hermanita, que tengas un buen día y por favor – se apresuro a tomar mis manos de forma dramática – no te metas en problemas

– Y tu por favor no mates a nadie – Jaque mate hermanita. Con una pequeña sonrisa baje del auto no sin antes ver cómo me sacaba la lengua, un acto bastante infantil pero muy usado por mi hermana o por mí.

Al bajar del auto algunas de las miradas de las personas que estaban en el estacionamiento cayeron cobre mí, comencé a sentir una pequeña presión. Al recorrer con mi mirada el lugar por fuera me di cuenta que gane la apuesta que hice con Lisa,  pues si no me había equivocado al decir lo de las Barbies, junto a las grandes puertas del instituto se encontraba lo que supuse que sería la realeza solo que en vez de ser las típicas rubias se trataba de tres morenas con ropa de diseñador y zapatos con los cuales cualquiera se podría romper el cuello por lo alto que eran, miraban con asco a cualquiera que pasaba por su lado.

Sin miedo – o intentando ocultarlo lo mejor que podía – Me encamine hacia la puerta del instituto, con cada paso que daba sentía más miradas sobre mí, cosa que hizo que me sintiera aun más nerviosa. Solo pedía no caerme, eso sería realmente vergonzoso. Tras un respiro profundo me encamine con la cara en alto y mostrando una seguridad que no tenia hacia el despacho del director para pedir mis horarios y numero de casillero.

Por suerte lo encontré rápido, sin pedirle ayuda a nadie. Por ahora iba bien, una vez estando frente a la puerta la golpee suavemente

– Adelante – se escucho desde adentro, el despacho del director era agradable, con estantes de libros por todos lados y diplomas enmarcados en la pared, al verme entrar el director Jefferson – o al menos eso decía en la placa sobre su escritorio – me sonrío invitándome a tomar asiento frente a su escritorio.

– Buenos días señorita.  ¿En que la puedo ayudarla? –

– Buenos días mi nombre es Rebecca Smith. Soy nueva en el instituto y vengo para retirar mis horarios y llaves de mi casillero – el asintió quizás algo apenado. Pero por un momento me dio la impresión que se había olvidado de mi llegada

– Oh si ya se los entrego, denme un momento  – Él se levanto apresurado de su silla y comenzó a buscar entre los cajones que tenía en su escritorio, al no encontrar las cosas ahí se puso a buscar entre los archiveros que tenia detrás de él. Al encontrar las llaves soltó un suspiro de alivio – aquí tiene, las llaves y tus horarios – al entregarme los papeles, le brinde una pequeña sonrisa de agradecimiento y me levante de mi asiento con la idea de salir y buscar mi primera clase, pero el director me detuvo – Señorita Smith espere que la acompaño hasta su clase así justificamos porque de su tardanza.

Mientras caminábamos por los pasillos del instituto el director me explicaba algunas reglas o como decía él – tips para tener una conducta adecuada – también me contaba acerca de los talleres a elección que tienen en el lugar jardinería, actuación y danza. No estaba interesaba por el momento a inscribirme a alguno de ellos y se lo hice saber. Al llegar a mi clase la cual era biología. El director golpeo la puerta levemente, la cual fue abierta segundos después por el que parecía ser el profesor.

– Buenos días profesor, les traigo a la nueva alumna ella es Rebecca Smith – lo bueno era que el profesor no parecía querer matarme por interrumpir su clase, por el contrario parecía amable. Era el típico profesor de gafas grandes y camisa a rayas

– Oh bienvenida señorita Smith. Pase y tome asiento que la clase acaba de comenzar – al ver que no entraba el director me dio un pequeño empujón ayudándome a entrar del todo al salón, la mirada de todos los estudiantes volvieron a caer en mí. Nadie hablaba, el silencio era molesto, ni siquiera el profesor decía algo. Quería que la tierra me tragara en ese momento y me escupiera en mi cama. El temor de volver a dar un mal paso y caer frente a todos también volvió a aparecer. Rápidamente sin demostrar inseguridad me encamine entre las mesas buscando un lugar disponible

Para mi desgracia el único lugar disponible estaba en el centro de la clase, el universo se reía en mi cara una vez más.  Una vez que me pude acomodar bien el profesor volvió a hablar                                      

– Bueno chicos hoy tenemos una nueva alumna, ella es Rebecca Smith espero que todos la ayuden a incorporarse de la mejor forma. Y no se preocupes señorita Smith que la clase no va tan avanzada aun – al ver que nadie decía nada volvió a hablar – Ahora sí, sigamos – Biología era una de las clases que mas me aburría, me fue imposible poner mucha atención a lo que decía el profesor, solo quería que la clase terminara de una vez.

Luego de la hora y media más larga de mi vida la campana sonó anunciando el final de esa clase, me dispuse a guardar mis cosas rápidamente y salir de ese lugar  sin embargo al dirigirme hacia la puerta una chica pelirroja bastante bonita me detuvo

 – Hola mi nombre es Liliana Stone, pero me dicen Lili ¿Eres Rebecca Smith verdad? –  La tal Liliana – o Lili como ella prefería – parecía ser una persona imperativa, pero no parecía una mala chica, nada comparada con las barbies a comparación ella no dejaba de sonreír

 – Hola sí, soy la chica nueva – mi tono de disgusto le causo gracia – Mi nombre es Rebecca Smith pero dime Becca

– Mucho gusto Becca. El director me pidió que te guié un poco así que vamos que te enseño el instituto y de paso te muestro donde van a ser tus clases –

–Está bien gracias – juntos nos dirigimos a la salida Lili se encargo de enseñarme todo el instituto y cuando digo todo es todo. Es una persona súper simpática y habla demasiado,  así que me termino de caer súper bien. El resto de la mañana paso súper rápido, la compañía de Lili fue muy agradable, por suerte muchas de las clases nos tocaba juntas.

– Nos vemos mañana Becca – se despidió a lo lejos Lili

– Hasta mañana Lili – Lisa me había enviado un mensaje diciendo que la espere a la salida. Por suerte no tardo demasiado

– ¿Y niña como te fue en tu primer día? – pregunto interesada

– No fue tan malo. ¿Y a ti como te fue? – sus mejillas se encendieron un poco. Mm curioso 

– Bien, son muy amables, para ser el primer día – Luego de eso Lisa me dejo en la casa y se fue nuevamente pues aun tenía unas horas más de trabajo

Y así paso la primera semana, pensándolo bien no fue tan malo como creí, se podría decir que las ocurrencias de Lili hacía más llevaderos los días de instituto  que éramos algo así como amigas, era sorprendente la química que teníamos, hablábamos como si nos conociéramos de toda la vida. Lisa por otro lado trabajaba mucho así que nos veíamos muy poco, la mayor parte del tiempo  estaba sola en casa y eso era algo que no me molestaba del todo, me gustaba la soledad, el silencio. Pero aun así extrañaba a mi hermana.

Algo que no había cambiado y que comenzaba a preocuparme eran los sueños raros, el bosque, el lago y el chico de espaldas, algunas pequeñas cosas cambiaban a veces pero eran mínimas, la vestimenta, los colores, a veces en los arboles no habían hojas y se encontraba todo con un toque melancólico y otras veces las flores abundaban y todo tenía un matiz diferente. Pero él seguía allí de espalda a mí. Cada noche me despertaba a la misma hora a las 3: 30 de la mañana y eso era algo que ya comenzaba a asustarme

Hoy era domingo y Lisa tenía el día libre  así que la pasamos en pijamas comiendo pizzas y viendo películas románticas. Fue el fin de semana más normal del mundo, necesitaba algo así, hace mucho no tenía una tarde de chicas con Lisa

El lunes por la mañana me encontré con Lili en la puerta del instituto. El club de las Barbies se encontraba en una esquina del estacionamiento, podía sentir la mirada de una de ella sobre mí, pero no le di mayor importancia.

– Ya captaste la atención de la abeja Reyna – ahora si que no entendía a esta mujer, al ver que no entendía se rio, y con la cabeza me señalo hacia la realeza

– Ah el club de Barbies – ella se rio mas fuerte captando la atención de los que pasaban a nuestro lado.

–  Si esa es buena, yo las llamo el séquito de rujas  – termino por contagiarme la risa por unos minutos

– Shh vamos o llegaremos tarde –  Al entrar a biología tomamos asientos y esperamos a que entre el profesor, el cual termino por entrar unos minutos después. A mitad de la clase siento, el ruido de la puerta siendo abierta interrumpió la explicación del profesor. Una explicación que no estaba prestándole atención, mi atención estaba en lo que estaba dibujando

– Alumnos – Nos llamo la atención el director – Quiero presentarles a su nuevo compañero, el es…  – se hizo un pequeño silencio, yo volvió a mi dibujo, no me interesaba quien podría ser. Aun asi me sentía feliz de dejar de ser la nueva

– Ethan Morgan – esa voz no fue la del director extrañamente ahora la curiosidad si me gano levante la cabeza buscando al dueño de esa profunda voz. Al hacerlo me encuentre con la mirada fija del desconocido sobre mí. Un escalofrió recorrió mi cuerpo, sentía mi piel más sensible de lo normal, por alguna razón mi respiración se altero. M e removí en mi lugar y bajando la mirada

Aun así  todavía sentía su mirada sobre mí, y así fue durante toda la clase. Al terminar la hora por alguna razón quería intentar escapar de ese lugar lo más rápido. Alejarme del nuevo desconocido. Junte mis cosas y me levante rápido  sin embargo al voltear para salir me choque contra alguien, mi frente quedo pegada a su pecho casi barbilla, tuve que levantar la vista para ver de quien se trataba. Ojala no lo hubiera hecho

Unos ojos casi dorados me inspeccionaron, poniéndome nerviosa he incomoda. Joder quería alejarme de él pero lo primero que obtenía era encontrármelo de frente a mis espaldas.

– Lo…lo siento – logro pronunciar como pude, la voz me temblaba no sé si me impresionaba lo sexy que era o si me intimidaba esa mirada como si gritara que me aleje de él.

– No pasa nada solo ten más cuidado para la próxima Becca – al decir eso se va, no sin antes mostrarme una media sonrisa que prometía problemas.

¿Cómo sabia mi jodido nombre? Un escalofrió volvió a recorrerme. Definitivamente tenía que alejarme de él

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