capítulo 4

La espesa niebla no me dejaba ver hacia donde me dirigía, sin embargo sentía que algo me guiaba. Que estaba yendo en la dirección correcta,  esa sensación extraña de que algo me llamaba y mi cuerpo la buscaba sin razonar, como si mi fuerza de voluntad se hubiera ido junto a la cordura, dándole paso  a que mi cuerpo haga lo que quiera. Las piernas no me respondían y andaban por sí solas, también la curiosidad de saber que era esa cosa cada vez se hacía más grande.

Aun que algo en mi cabeza me gritaba que me diera media vuelta y me volviera a la fiesta, dejando toda esa curiosidad detrás, no lo podía hacer algo me lo impedía. Así que si, seguí adentrándome en la oscuridad del bosque, tanta tranquilidad, y silencio era abrumadora, casi escalofriante pero eso aun así no me detuve. Llevaba alrededor de treinta minutos caminando entre la oscuridad. Solo pequeños destellos de la luz que brindaba la luna cuando se colaba entre los arboles me permitía ver donde estaba.

– Joder Rebecca, solo a ti se te ocurre hacer esto – definitivamente estaba perdida, eso me sucedía por tomar de más, venia cosas extrañas y en vez de alejarme me acercaba a ellos. Quería llorar de la frustración, quería golpearme la cabeza contra la pared por ser tan estúpida y no pensar bien las cosas. Ahora a causa de ellos me encontraba perdida en medio del bosque, a mitad de la noche.

Un pequeño ruido me hizo sobresaltar venia de entre los arboles pero por la falta de luz se me hacía imposible ver de qué se trataba. El silencio que brindaba el bosque era absoluto por lo cual el más mínimo ruido podría creaba un eco. De uno de los arboles mas grandes aparecieron dos ojos enormes amarillos. La impresión hizo que diera un paso rápidamente hacia atrás. Mis pies re enredaron con una raíz logrando que caiga hacía atrás haciendo así que golpeara mi cabeza contra el suelo.

Esos ojos amarillos – que termine recociendo que se trataba de un búho –  fue lo último que pude ver antes de caer en la inconsciencia.

– M****a – sentía como todo me daba vuelta, como pequeñas puntadas y imágenes venia a mi cabeza, pero aun así no lograba saber donde estaba o como había llegado aquí, me termine de sentar colocando mi espalda en uno de los arboles más cercano. Un pequeño murmuro llamo mi atención haciendo que levante mi cabeza de golpe.

No podía creerlo. En uno de los arboles frente a mí se encontraba una persona que no pensaba ver en esta situación. Sus ojos no se despegaban de mi, con sus brazos cruzados y una pierna apoyada sobre el árbol que estaba a su espalda se encontraba nada más ni nada menos que Ethan Morgan, enfundado con una chaqueta de cuero negra y unos jeans gastados.

– ¿Ethan? – pregunte confundida y algo desorientada todavía, no entendía que hacia él aquí.

– Al fin se despierta la bella durmiente – dijo él con una pequeña sonrisa que no reflejaba para nada felicidad. Por el contrario parecía como si se burlara de la situación. No pretendía volver a acercarme o hablar con él después de lo sucedido en clases. Pero acá estamos hablando en el bosque, en medio de la nada, solos. Si, no parecía la mejor ocasión 

– ¿Porque estás aquí? ¿Qué hago en el suelo?, y ¿qué hago yo a aquí? – Si lo sé son muchas preguntas pero estoy confundida.

– Okey, hablas mucho – Dijo algo abrumado rodando los ojos. Si, Lisa también dice lo mismo todo el tiempo – Podría contestarte solo a dos de esas preguntas así que ahí te va. Estoy aquí porque quería hablar contigo, pero te vi salir de la fiesta y como vi que te dirigías hasta aquí pues te seguí para que no te pasara nada. Ahora, contestando a tu otra pregunta – Su espalda se despego del árbol dirigiendo sus paso hacía mi, colocándose frente en cuclillas, su cabeza giro como si buscara algo alrededor de nosotros, sus hombros se levantaron un poco algo resignados para terminar negando en mi dirección – Parece que estamos en el bosque pero linda, no tengo idea que estás haciendo aquí yo solo te seguí.

 Bueno acabamos de descubrir que Ethan tiene un lado sarcástico y bastante cortante, aparte de una voz gruesa que llama bastante la atención. - Lo que aun no logro entender es que haces en el suelo – pregunto confundido y algo divertido. Los recuerdos de los ojos del Búho asustándome saltaron en mi cabeza. Ahora recordaba que hacía en el piso, pero era obvio que no se lo diría. No quería más humillaciones por hoy.

 – Pues lo estaba probando para ver si es cómodo para los animalitos del bosque – Y si Ethan podía ser sarcástico pero aun no me conocía. Yo podría ser incluso peor. Para evitar seguir haciendo el ridículo me levante del suelo, apoyándome aún así sobre un árbol pues a causa del golpe seguía un poco mareada –  ¿Para qué me buscabas?

– A sí – Se levanto de un salto dando unos pasos hacia atrás, recuperando la distancia entre nosotros, sus manos fueron a sus bolsillos delanteros del Jeans permitiendo ver algunos de los tatuajes que tenía en una de sus manos, aun así no podía descifrar de que se trataba, parecía un águila pero no estaba segura – Quería saber cómo estabas – lo mire confundida, el golpe me había afectada  – Digo con respecto a tu pelea con Victoria – joder lo que me faltaba.

– ¿Viste esa pelea? – Si antes estaba avergonzada, ahora podría morir de la vergüenza. Pero algo me tenía confundida, estaba preocupado por cómo estaba yo. Eso era nuevo y algo confuso, no puedo decir que lo conozco para saber que le preocupa o que no. Pero las veces que hemos cruzado miradas solo puedo ver en ella la indiferencia e incluso el aburrimiento y hasta pocas veces el asco que le provocaba todo. Se me hacía imposible creer que se preocupara por alguien, y aun más inexplicable porque se preocupara por mí.

– Si, la vi. Victoria puede ser muy irritante en ocasiones e incluso algo explosiva, pero no es una mala chica, no lo tomes personal – dijo con una pequeña mueca. Podía apostar que ni él creía en lo último que dijo.

– Parece que la conoces bastante bien – dije algo desconfiada, después de todo que el apareciera de la nada aquí podría ser una trampa creada por Victoria. El simple pensamiento me puso en alerta.

– Pues sí, nos conocemos bastante. Nos conocimos durante un viaje hace algunos años. Empezamos a quedar, vivíamos en la misma ciudad por un tiempo hasta que ella se mudo y con el tiempo decidí probar algo diferente así que aquí me ves – Tampoco le pedí que me contara toda la historia con un simple si hubiera bastando. Una sensación negativa me invadió, sin embargo no dije nada, solo asentía con una pequeña sonrisa.

– ¿Entonces son algo así como pareja? – me fue imposible no preguntar, quería sacarme la duda.

– Es algo confuso, es algo que para mi término hace un tiempo pero que Victoria no entiende, aun le sigue diciendo a todo el mundo que somos pareja y realmente no me molesta –  Ahí estaba mi respuesta, que siendo sincera no sabía cómo interpretar, no estaban juntos pero ella decía que si y el no lo desmentía, raro.

– Ha, en ese caso bien por ustedes – Si, lo sé quizás soné un poco falsa. Después de todo no me importaba realmente

 – Pero bueno. Ven, sé dónde está el camino de salida –  Y sin ver si lo seguía o no comenzó a caminar. No sabía si seguirlo o empezar a buscar la salida por mi cuenta, el frio se hacía menos soportable, el canto de los búhos y la extraña sensación de estar siendo observada me dio la valentía de levantarme de un salto y seguirlo. Rápidamente llegue a su lado, él no dijo nada solo me miro de reojo y sonrió un poco.

 Durante todo el recorrido ninguno decía nada. Simplemente se escuchaban el canto de los grillos y de vez en cuando el ruido de una rama partirse. Estar tan cerca de Ethan me ponía nerviosa pero no podría descifrar de qué forma, no entendía si de una forma positiva o negativa. Fuera la forma que fuera no estaba bien, no me podía dejar envolver en su falsa preocupación o en lo bien que le quedaba esa chaqueta de cuero, ni tampoco en lo misteriosamente sexy que era – BASTA – mi estúpida consciencia me llevo a un lugar más intimo haciéndome delirar con él. De repente las ganas de acercarme crecieron. Quería pegarme a su brazo y no dejarlo nunca. Al volverá al verlo su sonrisa se había ensanchando y su mirada había cambiado, había algo aun más oscuro en él, algo mas intimidante, me miraba diferente. Como si supiera lo que pasaba por mi cabeza. Esquive su mirada colocándola en el suelo, y así me quede.

Alrededor de 20 minutos pudimos salir del bosque. Parecía que nadie se había percatado de nosotros, la fiesta seguía igual, como si no hubiera pasado nada de tiempo desde que nos fuimos de aquí. La música seguía incluso más alto y las personas no dejaban de entrar y salir, algunos por el efecto del alcohol terminaban en el suelo. 

– ¿Ethan puedo hacerte una pregunta? – Lo iba a dejar ir sin preguntarle nada más, o al menos eso planeaba, pero sabía que quizás no volviera a hablar con él o al menos eso esperaba y antes de que se vaya necesitaba sacarme esa duda de la cabeza. Él detuvo su andaba quedándose unos pasos por delante de mí, se voltio para quedar de frente su mirada me inspecciono por unos minutos, función el ceño y con algo de desconfianza asintió lentamente. Aunque algo me decía que no realmente no quería hacerlo – ¿Como sabías mi nombre? – pregunte antes de arrepentirme.

No se sorprendió por la pregunta, ni se altero de alguna manera. Quizás el sabia que en algún momento se lo preguntaría, sus ojos no se despegaban de mi, aun sin decir nada dio unos pasos en mi dirección quedando peligrosamente cerca. Nuestra distancia se reducía a casi nada era tan  minina que podía sentir su respiración en mi cara. Después de unos minutos mirándonos con una pequeña sonrisa se acerca a mi oído.

– Se muchas cosas de ti Becca mas de la que te imaginas. Te conozco mejor que nadie muñeca – inconscientemente ese susurro produjo muchas cosas en mi, enojo, miedo, pequeños calambres en el estomago que nunca antes había sentido y hasta incluso algo mínimo de fascinación. 

Al ver que no obtenía una respuesta de mi parte, lentamente dejo un pequeño beso en mi meguilla y comenzó a caminar hacia la casa. No lo sabía pero podía apostar que tenía su típica sonrisa que prometía problemas. Tras sentir una corriente de aire me recompuse, no lo podía dejar con la última palabra

–  Mantén a tu novia lejos de mí – le pedí antes de que entrara en la casa, una pequeña carcajada salió de él sorprendiéndome al instante

– No te preocupes por ella, yo te protegeré si es necesario. Nos vemos al rato pequeña Becca – y tras un giño de su parte termino por entrar en la casa, dejándome helada y con escalofríos que comenzaban en mis pies y terminaban en mi cabeza.

No lograba entender aun nada de lo sucedido, cuando pude salir de mi asombro entre apresurada a la casa con la intensión de buscarlo para que me aclare todo eso. Lo busque en toda la planta baja, hasta en cada habitación de la segunda planta, había visto demasiadas cosas en esas habitaciones, estaba segura que no se me iban a borrar ni de la cabeza ni de la retina en mucho tiempo, pero no había ni una pista sobre Ethan, se había ido dejándome aun mas confundida de lo que ya estaba

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