Lily apretó con fuerza la mano de Pietro.

Esta vez no volvería dejarlo sin importar lo que el dijera

- Sube - Han hizo un ademán con la pistola en su mano

Pietro se adelantó sosteniendo con firmeza la mano de Lily

- No, tú no, ella - moviendo la cabeza hacia el otro lado, le indicó - tú vas en el otro auto

- No me voy a separar de ellas

- Tú no manejas las reglas ahora

Después de pensarlo por unos minutos, ambos sabían que no había mucho por hacer allí.

Si bien había conseguido salirse con la suya en lo de Robert Vermont momentos atrás, Pietro estaba ansioso porque sabía que en esa mansión no podía confiar en nadie más que en Luis, a quien llevaba de un lado a otro para mantenerlo cerca.

Lily le entregó a Eva y caminó hacia el auto. En su estado, ya era suficiente no haber convulsionado antes con tanto estrés, sabía que no podría proteger a las niñas como él.

- Señora, no… - Luis enfrento a Han - ¡Un perro que muerde la mano de quien lo alimenta no legará muy lejos! ¿Qué rayos esper