El día esperado al fin había llegado, los invitados llegaron a la iglesia vestida de cintas y flores blancas por doquier, el lugar era un sueño del cual no quería despertar. —¿Estás listo Alonso? —inquirió Rebeca bajando las escaleras. —Una parte de mi está feliz cariño. —Guardó silencio no sabía cómo terminar la oración, estaba feliz por su nieta pero aún así sentía que la perdería. —Hay un pero ¿Verdad? —miró a su esposo que emanaba nostalgia.—Mi Ángela se casará, Isabel retomará su historia con Daniel y nuestro Samuel...—Oh cariño no debes sentirte así —La mujer de amable sonrisa besó sus labios, luego posó su verde mirar en los achocolatados ojos de su esposo, tomándole de ambas manos—, tú y yo nunca estaremos solos tendremos más tiempo para ti y para mí, vendrán nietos y nuevas alegrías. —Animó Rebeca a su aprensivo esposo regalandole una sonrisa. —Listos allí viene. —Dijo Samuel acercándose a sus padres, para luego
Era la gota que había derramado el vaso, estaba arta, hastiada de la vida que tenía. Después de pasar por las mejores pasarelas del mundo y estar en grandes vallas publicitarias y ser la modelo más cotizada de todas, las mejores formas de casas de moda de alta costura, se debatían para que ella, la gran Tabita Gardner fuera el rostro que los representara.—Malditos miserables. —Siseó impetuosa arrojando lejos el periódico en sus manos.Un hombre de gran tamaño, piel oscura ojos grises rematado por una prominente musculatura que se podía notar bajo su elegante traje gris plomo de camisa negra y corbata de igual color.—Gatita estás arisca dime primor ¿Quién te hace poner así? —inqurió el fornido hombre tomando el periódico que la iracunda rubia arrojó con bríos.—No es tu jodido asunto —replicó Tabita tomando asiento en su tocador—, si vienes a cobrarme te advierto que no tengo nada.Las palabras de la modelo hicieron al moreno corpulento
Miraba el relicario que brillaba en mi cuello reflejando las luces del lugar. —Te luce.Me voltee viendo a Artemis que entraba a la habitación. —Me encanta ¿Tú lo compraste para que me lo diera de obsequio? Artemis negó ante mi pregunta. —No mi ángel ese colgante lo compró Mily con su mesada, la acompañé al centro comercial para comprar ropa deportiva para sus clases de tenis, si pensaba en darle dinero para que comprara un regalo, pero en cuanto pasamos por la joyería y vió el relicario en el aparador entró y quiso comprarlo para ti. -Flashback-Caminaban juntos padre hija, recorriendo los pasillos del enorme centro comercial. Artemis detuvo su caminata al ver que su hija ya no caminaba a su lado, se dió la vuelta y allí la vió con sus manos pegadas al aparador de la joyería. Llegó junto a la niña que miraba un colgante dorado con forma de corazón. —¿Te gusta ese collar Mily? —preguntó el homb
Abrí mis ojos con pesadez aún sentía que debería dormir como diez horas más, pero la alarma del despertador no paraba de martillarme en los oídos. —¡Mamá despierta! —gritó una niña brincando impaciente en la cama—, despierta es mi primer día. —Volvió la pequeña a replicar emocionada por su nuevo ciclo escolar. —Esta bien Mily ya voy, ve alístate ya te alcanzo cariño. —Dije aún medio dormida. —Si. —Respondió la pequeña saliendo de la habitación de sus padres dando brinquitos. —Ya nuestra princesa comenzará un nuevo capitulo mi ángel. —Habló Artemis despertando por el alboroto y algarabía de la pequeña Emily. —Lo sé —respondí acercándome a mi Artemis acariciando sus negros cabellos húmedos. —Buenos días dormilón...—Yo dormilón, tú eras quien dormía a pierna suelta mientras sonaba el despertador. —Respondió el pelinegro incorporándose para besar a la rubia que frotaba su ojo izquierdo con pereza. —Si pero
—Esto no estaba en el plan. —Musitó un hombre votando el humo del cigarrillo que estaba fumando. —Son cambios de planes, solo eso un leve cambio de planes Fred nada de que preocuparse. —Respondió Tabita encendiendo un cigarrillo, debía mantener la calma aunque internamente estaba nervioso por la situación. —¡No me jodas te dije que no quería verme involucrado en esta mierda! —exclamó el fornido hombre golpeando con fuerza su escritorio, haciendo temblar algunos objetos en este. —Solo será está noche —respondió la rubia con voz melosa acariciando la barbilla del moreno, tratando de menguar la creciente furia Frederick sabía que él era un tipo de cuidado. —Asegurate de que nadie vea a esa chiquilla, que no haga ruido, que no salga y si es posible que no respire —Frederick tomó la delgada muñeca de la rubia con fuerza, Tabita se quejó intentó safarse del agarre del fornido hombre por más que forcejeó no lo logró—. Si ocurre algo yo mismo me encargaré de partir ese delicado cuello. —A
El teléfono sonó Artemis corrió para atenderlo, pero el detective Rodrigo Díaz detuvo en seco al pelinegro. —Escuche Lombardi ya sabe cómo actuar, trate de extender la conversación lo más que se pueda de eso dependerá que ubiquemos a los secuestradores. Tomó el teléfono. —Diga. —¿Está solo? —preguntaba la persona al otro lado de la línea. —Si. —Se limitó a responder el pelinegro. —Ya usted sabe para que lo estoy llamando, no iré con rodeos. —Respondió la burlesca persona de la llamada. —¿Cuánto quiere? —preguntó Artemis sin rodeos, faltando a lo que él oficial Díaz le había pedido. —¡Perfecto! —respondió el secuestrador con una sonrisa hilarante—, así me gusta diligente y predispuesto. —Solo dime ¿Cuánto quieres? —musitó Artemis arrastrando las palabras. —veinte millones de dólares y listo. —respondió el secuestrador con burla. —Quiero hablar con mi hija. —Exigió Artemis. —N
Sentía sus manos heladas, su corazón latía acelerado en unos minutos llegaría el momento de hacer la entrega, para que el intercambio se llevase a cabo.—Ya está pesadilla está por terminar mi niña, pronto estaremos en casa. —Miró el reloj en su muñeca, la hora de la entrega ya había llegado. Tomó una sudadera negra se la colocó, era la prenda con la que los secuestradores le iban a identificar. Luego se hizo con el maletín donde estaba el dinero. Bajó del auto con maletín en mano, debía esperar en un parque público sentada en una banca que los secuestradores habían marcado. Llegó al sitio a la hora acordada miró a los lados y nada ocurría, ya habían transcurrido al menos cinco minutos y no había ningún tipo de señal. —Ya es más de media noche ¿Por qué no vienen? —se sentó en la banqueta posó el maletín en sus piernas recostando sus rodillas encima de este—, algo está mal ya deberían estar aquí, ya tengo su maldito dinero. —Dijo frustrado al ver que los minutos transcurrían. El
—Entonces aún no han podido hacer nada. —No y lo peor es que ya Ángela parece otra persona, no es ni la sombra de lo que fue y su aspecto me preocupa está pálida, apenas y prueba bocado... Cole está delgadisima, mi amiga está sufriendo tanto. —Las lagrimones empaparon las mejillas de la castaña consideraba a Ángela una hermana y a la pequeña Emily una sobrina y le partía el alma está situación. —Si Zoe te entiendo yo aprecio mucho a Angie y es inevitable sentirse así, ella es una chica tan dulce y buena y no merece esto y la niña menos, es solo una criatura inocente —tomo las manos de la castaña entre las suyas y besó con delicadeza sus nudillos—, todo esto en un tiempo solo será un mal recuerdo linda no me gusta verte llorar, en este momento tú y las demás deben darle valor a Angie. —¿Me acompañas un momento a verla? creo que no es bueno que esté sola me gustaría verla, ayudarla en lo que pueda. —Esta bien dame unos minutos, me cambio, hago