Miraba el relicario que brillaba en mi cuello reflejando las luces del lugar.
—Te luce.Me voltee viendo a Artemis que entraba a la habitación.—Me encanta ¿Tú lo compraste para que me lo diera de obsequio?Artemis negó ante mi pregunta.—No mi ángel ese colgante lo compró Mily con su mesada, la acompañé al centro comercial para comprar ropa deportiva para sus clases de tenis, si pensaba en darle dinero para que comprara un regalo, pero en cuanto pasamos por la joyería y vió el relicario en el aparador entró y quiso comprarlo para ti.-Flashback-Caminaban juntos padre hija, recorriendo los pasillos del enorme centro comercial.Artemis detuvo su caminata al ver que su hija ya no caminaba a su lado, se dió la vuelta y allí la vió con sus manos pegadas al aparador de la joyería. Llegó junto a la niña que miraba un colgante dorado con forma de corazón.—¿Te gusta ese collar Mily? —preguntó el hombAbrí mis ojos con pesadez aún sentía que debería dormir como diez horas más, pero la alarma del despertador no paraba de martillarme en los oídos. —¡Mamá despierta! —gritó una niña brincando impaciente en la cama—, despierta es mi primer día. —Volvió la pequeña a replicar emocionada por su nuevo ciclo escolar. —Esta bien Mily ya voy, ve alístate ya te alcanzo cariño. —Dije aún medio dormida. —Si. —Respondió la pequeña saliendo de la habitación de sus padres dando brinquitos. —Ya nuestra princesa comenzará un nuevo capitulo mi ángel. —Habló Artemis despertando por el alboroto y algarabía de la pequeña Emily. —Lo sé —respondí acercándome a mi Artemis acariciando sus negros cabellos húmedos. —Buenos días dormilón...—Yo dormilón, tú eras quien dormía a pierna suelta mientras sonaba el despertador. —Respondió el pelinegro incorporándose para besar a la rubia que frotaba su ojo izquierdo con pereza. —Si pero
—Esto no estaba en el plan. —Musitó un hombre votando el humo del cigarrillo que estaba fumando. —Son cambios de planes, solo eso un leve cambio de planes Fred nada de que preocuparse. —Respondió Tabita encendiendo un cigarrillo, debía mantener la calma aunque internamente estaba nervioso por la situación. —¡No me jodas te dije que no quería verme involucrado en esta mierda! —exclamó el fornido hombre golpeando con fuerza su escritorio, haciendo temblar algunos objetos en este. —Solo será está noche —respondió la rubia con voz melosa acariciando la barbilla del moreno, tratando de menguar la creciente furia Frederick sabía que él era un tipo de cuidado. —Asegurate de que nadie vea a esa chiquilla, que no haga ruido, que no salga y si es posible que no respire —Frederick tomó la delgada muñeca de la rubia con fuerza, Tabita se quejó intentó safarse del agarre del fornido hombre por más que forcejeó no lo logró—. Si ocurre algo yo mismo me encargaré de partir ese delicado cuello. —A
El teléfono sonó Artemis corrió para atenderlo, pero el detective Rodrigo Díaz detuvo en seco al pelinegro. —Escuche Lombardi ya sabe cómo actuar, trate de extender la conversación lo más que se pueda de eso dependerá que ubiquemos a los secuestradores. Tomó el teléfono. —Diga. —¿Está solo? —preguntaba la persona al otro lado de la línea. —Si. —Se limitó a responder el pelinegro. —Ya usted sabe para que lo estoy llamando, no iré con rodeos. —Respondió la burlesca persona de la llamada. —¿Cuánto quiere? —preguntó Artemis sin rodeos, faltando a lo que él oficial Díaz le había pedido. —¡Perfecto! —respondió el secuestrador con una sonrisa hilarante—, así me gusta diligente y predispuesto. —Solo dime ¿Cuánto quieres? —musitó Artemis arrastrando las palabras. —veinte millones de dólares y listo. —respondió el secuestrador con burla. —Quiero hablar con mi hija. —Exigió Artemis. —N
Sentía sus manos heladas, su corazón latía acelerado en unos minutos llegaría el momento de hacer la entrega, para que el intercambio se llevase a cabo.—Ya está pesadilla está por terminar mi niña, pronto estaremos en casa. —Miró el reloj en su muñeca, la hora de la entrega ya había llegado. Tomó una sudadera negra se la colocó, era la prenda con la que los secuestradores le iban a identificar. Luego se hizo con el maletín donde estaba el dinero. Bajó del auto con maletín en mano, debía esperar en un parque público sentada en una banca que los secuestradores habían marcado. Llegó al sitio a la hora acordada miró a los lados y nada ocurría, ya habían transcurrido al menos cinco minutos y no había ningún tipo de señal. —Ya es más de media noche ¿Por qué no vienen? —se sentó en la banqueta posó el maletín en sus piernas recostando sus rodillas encima de este—, algo está mal ya deberían estar aquí, ya tengo su maldito dinero. —Dijo frustrado al ver que los minutos transcurrían. El
—Entonces aún no han podido hacer nada. —No y lo peor es que ya Ángela parece otra persona, no es ni la sombra de lo que fue y su aspecto me preocupa está pálida, apenas y prueba bocado... Cole está delgadisima, mi amiga está sufriendo tanto. —Las lagrimones empaparon las mejillas de la castaña consideraba a Ángela una hermana y a la pequeña Emily una sobrina y le partía el alma está situación. —Si Zoe te entiendo yo aprecio mucho a Angie y es inevitable sentirse así, ella es una chica tan dulce y buena y no merece esto y la niña menos, es solo una criatura inocente —tomo las manos de la castaña entre las suyas y besó con delicadeza sus nudillos—, todo esto en un tiempo solo será un mal recuerdo linda no me gusta verte llorar, en este momento tú y las demás deben darle valor a Angie. —¿Me acompañas un momento a verla? creo que no es bueno que esté sola me gustaría verla, ayudarla en lo que pueda. —Esta bien dame unos minutos, me cambio, hago
El frío comenzaba a entumecer mi cuerpo, la chaqueta que tenía la usé para abrigar a Emily tenía alrededor de una hora y desde hace poco la temperatura comenzó a bajar considerablemente, lentamente un entumecimiento comenzaba por todo mi cuerpo «debo salir de aquí» pensé al borde de la desesperación.—Mami tengo frío, quiero salir de aquí, me duelen las manos. —Se quejó la niña tiritando de frío. —Calma cielo saldremos de aquí lo prometo. Puse a Mily en medio de unas cajas de licor, intenté abrir la puerta pero en ese lugar no había nada que me fuese de ayuda para abrir esa puerta. —¡Abran por favor! —golpeaba pero era inútil nadie venía a abrir la jodida puerta—, por favor abran la puerta. Golpeaba con más fuerza estaba desesperada, Emily estaba fría sus labios se estaban poniendo azules, volví con mi niña para darle calor. •••Llegó al lugar donde Ángela le había dado la ubicación en el estacionamiento logró identificar el auto de su esposa, la llamó pero no hubo respuesta entró
—Señor ¿Por qué estamos aquí? —inquirió un hombre mayor de traje negro. —Viejo Albert no te preocupes, el venir aquí es parte de mi plan. —No le entiendo señor, Ryan dijo lo mismo, pero no entiendo cómo esto puede funcionar, este lugar solo ha traído desastres. —El desastre de este lugar se llamaba Luciano Lombardi y gracias al resentimiento de una mujer despechada y herida comenzó a tejerse la venganza perfecta para que la sangre Lombardi corra. —Esto no terminará bien señor, no es bueno cobrar venganza. —Acotó el anciano en tono preocupado, tenía un mal presentimiento de lo que iba a suceder en ese lugar. —Luciano Lombardi fue un traidor y creyó que esto se podía volver algo que podías barrer y dejar bajo la alfombra y fingir que nunca existió. -Flashback-Frederick Cruz era un hombre ambicioso, era bien sabido por todos a que se debían sus negocios, además el hombre no se molestaba en ocultarlo. <
—Artemis.Llamó a su hermano, no esperó la orden que este le haría para llegar al laboratorio abandonado.—¡¿Que mier...?!—Al carajo tu señal Artemis no te voy a dejar solo en esto. —Espetó el rubio saliendo de su auto.Se adentró a la vieja fábrica, antes de salir había esperado una orden pero su paciencia e incertidumbre le ganaron, para helios la paciencia no era su din más destacado. —Helios ¿Tan difícil era esperar? —cuestionó Artemis frustrado por la imprudencia de su hermano menor.—Ya déjate de estupideces esa gente no está para tus planes, no les temblará el pulso a la hora de dejar tu cuerpo lleno de agujeros. —Soltó el rubio sin delicadeza. Ignorando a su hermano se acercó a la puerta del edificio principal, la estructura se veía deteriorada por el incendio y el pasar de los años.El pelinegro murmuró unas maldiciones molesto por la imprudencia de Helios, siguió al rubio hasta la entrada.—¿Supiste lo que pasó aquí?—Según se fue un accidente. —Respondió Artrmis la pregun