Han pasado dos meses desde que hui de Melbourne; y lo que en un principio me parecía imposible, hoy ya es una realidad. He comenzado a sanar. Lo que en un principio me pareció inútil, hoy lo siento como una bendición. Ir a terapia psicológica fue la tabla de salvación que por tanto tiempo estuve esperando, aun cuando Patrick muchas veces me lo aconsejo y yo insistía en que no era necesario.Siempre me negué a buscar este tipo de ayuda porque tontamente creía que un psicólogo era para los que sufrían de locura; a lo que mi psicólogo respondió certeramente:—Entiendo lo que dices, pero ¿acaso todos no estamos un poco locos?Jamás pensé que hablar de mis problemas con un desconocido me ayudaría a comprender tantas cosas. Conversar con el doctor Callum cada martes y jueves se había vuelto parte de mi nueva rutina en Londres y cada semana lo esperaba con ansias. Sentir el alma liviana era tan renovador, porque desde que comencé a contarle sobre todos mis demonios y deje salir cada una de m
—Definitivamente, él me odia. Esta relación no está funcionando ni creo que lo haga pronto.Ya perdí la cuenta en cuatro meses de las veces que he escuchado a Nahúm refunfuñar en contra de mi hijo gatuno. Gato ha creído bastante y se ha vuelto un tanto presumido y huraño; conmigo es todo amor, pero tal parece que con mi hermano las cosas no funcionan bien, ninguno de los dos se simpatizan entre sí.—Es que tú eres muy gruñón, Nahúm —intento justificar mientras acaricio el pelaje blanco y esponjoso de mi pequeño amigo, sentada en uno de los sofás del salón—. Ellos perciben las malas vibras, son animales muy intuitivos.Mi hermano, que en estos momentos se encuentra condimentando un pollo que meterá al horno para la cena de esta noche; me mira enmarcando sus cejas, quisquilloso. Luce un poco gracioso con el cabello castaño revuelto y la camisa azul con las mangas enrolladas hasta sus codos para no ensuciarla, aparte del delantal.— ¿Me estas queriendo decir algo, hermanita? —Gruño alzan
Ver a Mike después de varios meses se siente como volver a casa y la verdad, no es algo que me produzca sentimientos dolorosos o rencor por el pasado; al contrario, es como si al reencontrarme con él, me comprobara a mí misma que estoy lista para comenzar a cerrar todos esos cabos sueltos que he dejado de lado.—Nunca me cansare de decirlo —murmura mi ex guardaespaldas viéndome fijamente y con una sonrisa que amenaza con partir su cara en dos—. De cualquier forma y con cualquier cosa, te ves absolutamente hermosa. ¡Estas preciosísima, Gigi!Bajo la cabeza, sonrojándome como nunca antes por un cumplido tan trillado.—Muchas gracias, Mike —alzo mi mentón nuevamente cuando ya he controlado mis emociones—. Pero, ¿me gustaría saber cómo es que diste conmigo? —Hago una pausa cuando Lucy, la camarera que me atiende cada vez que vengo a la cafetería de la esquina, nos dejan dos tazas de café humeante a cada uno. Mike mira la taza con gesto extraño—. Puedes beberlo con confianza, te aseguro qu
Diciembre llego más inminente que nuca con una fuerte nevada que duro unos tres días donde nadie pudo salir de sus casa; cosa que Nahúm y yo aprovechamos para conocernos mejor, rememorar recuerdos del pasado y reconciliarnos con el recuerdo de la familia feliz que alguna vez creímos tener y que ahora se nos daba la oportunidad de reconstruir partiendo del perdón.En cinco meses me había negado a saber de mi madre, ni de nadie que pudiera hablarme de ella. Solo me importaba saber sobre Patrick y de eso se encargaba Nahúm. Cada semana llamaba a nuestro abuelo como parte de una promesa que se habían hecho mucho antes de que mis problemas me trajeran aquí, y gracias a ese lazo entre ellos, yo podía seguir en la ignorancia pero sabiendo que él estaba muy bien. Pero en esas setenta y dos horas de confinamiento y luego de muchas lágrimas derramadas, mi hermano logro convencerme de que ya era tiempo de cerrar las heridas y dejar que cicatrizaran, porque hasta que no me enfrentará a mis proble
—Bueno, bueno… ¿será que alguien aquí más que yo piensa dignarse abrir la boca? —irrumpe con tono jocoso el abuelo Patrick mientras hace un barrido a todos los que estamos sentados en la mesa con él—. Ya me duele el trasero de estar sentado aquí viendo sus caras de estreñimiento. ¡Es noche buena, carambas! Al menos finjan que se llevan bien y hagan que este viaje valga de algo.Tira su servilleta sobre el plato a medio comer y se retira de la mesa, Jared se levanta rápido para intentar ayudarlo, pero el abuelo lo quita de un manotazo.—Déjame ayudarte abuelo —insiste Jared.— ¡Yo no necesito que nadie me ayude, mocoso! —Gruñe con enfado—. Mas bien pon tu trasero de vuelta a la mesa y resuelve tus cuentas pendientes para que esta noche termine bien.Nahúm esta sentado a mi lado, cosa que me permite notar de reojo como las comisuras de su boca tiemblan conteniendo una sonrisa.—Ni se te ocurra reírte —le siseo inclinándome lo más posible hacia él, que me mira con sorpresa al ver que lo
No sé que responder, a pesar de que en estos meses muchas veces pensé en esta situación; eran hipótesis fantasiosas que por alguna razón creí que nunca sucederían, pero ahora estamos aquí y no tengo idea de cómo corresponder a su sinceridad inesperada.—No espero que me des una respuesta ahora mismo, Maddison —aclara Úrsula ante mi silencio—. Solo quería que supieras que me arrepiento profundamente de todo lo que hice, por haber antepuesto mis resentimientos como mujer y por no haberte amado incondicionalmente. No sabes el terror que sentí cuando me abandonaste. Pensé que no te volvería a ver jamás; hasta que Patrick me dijo a donde habías venido —aprieta mi mano y dejo ir un largo suspiro, liberando el aire contenido; mis ojos negros y algo vidriosos están clavados en nuestras manos unidas porque si miro en otra dirección estoy segura de que terminare llorando como una niña—. Muchas veces quise venir a verte y suplicarte que me perdonaras, me sentía tan desecha —volteo mi rostro haci
Hay un silencioso denso entre los dos, una rara tensión que casi podría palparse con las manos. Mi mente no puede evitar preguntarse, ¿en qué momento pasamos de ser tan cercanos a prácticamente dos desconocidos? Jared fue como un gran amigo para mí en estos años, aun cuando nos veíamos tan poco. Confiaba en él y tontamente creí que él en mí también, pero me equivoque y dolió mucho saberlo.— ¿Por qué te fuiste de mi vida de esa forma, Jared? Con tanto silencio, como un extraño que solo estuvo de paso —soy la primera en hablar mientras observo como él rebusca entre las botellas de un mini bar; nos hemos apartado de los demás y ahora estamos en el despacho de Nahúm—. Pensé que te conocía y luego me entero de que tenías a otra mujer en tu vida mientras ilusionabas a mi mejor amiga —digo entre dientes con enojo, porque me duele pensar en todo lo que Nina sufre por su culpa—. Le rompiste las ilusiones, le destrozaste el corazón a mi hermana y yo tuve que verla intentar recomponerse en medi
La ciudad ha despertado cubierta por gruesas capas de nieve y en las noticias han recomendado no salir de casa, aun siendo el día de navidad; sin embargo, para mí este día no tiene mucho sentido, no tengo nada que festejar. No he podido dormir lo suficiente, solo unas pocas horas; mi cabeza es todo un caos. Mi mente no deja de darle vueltas a lo sucedido en las últimas horas; son muchas cosas que asimilar. Me siento sumida en una profunda angustia mientras finjo estar tomando un té que me ha preparado Nahúm, pero la verdad es que no he dado ni el primer sorbo y la taza en mis manos ya se siente fría.—Luces agotada, deberías descansar un poco —alzo mi vista y me encuentro con la imagen de Úrsula Krantz en pijamas, recién levantada. Se sienta a mi lado en el alfeizar que tiene la ventana de mi habitación—. ¿Estas más tranquila?Niego y bajo mi barbilla a mis rodillas que están flexionadas contra mi pecho.—No puedo estar tranquila después de todo lo que me conto Jared —aprieto mis ojos