Siendo las 2 Am, Anastasia se encuentra sentada sobre una banca que adorna el solitario parque. Mirando al cielo, con su corazón hecho añicos le hace muchas pero, muchas preguntas a Dios, el único que ser que está con ella en estos momento, ¿El por qué su madre murió? Dejándola sola en este mundo cruel.El frío eriza su cuerpo, aún está con aquel vestido de gala, no la protege del todo, pero es tanto el dolor que está habitando en su corazón, que hace caso omiso a lo que está a su alrededor.Mirando al cielo, una gota de agua cae en todo el centro de su frente, y luego por el resplandor de las luces, contempla las gotas una tras otra, cayendo sobre su cuerpo y mezclado con sus lágrimas de dolor.Luego el viento acechando sobre ella, baja su mirada, está destruida... y vacía.Ella no tiene casa propia, debido que donde habitaba su madre es arrendado, aunque la fecha sigue vigente, ella toma la desición de ir allá, pasar la noche, y recoger lo poco que tiene, para poder tomar una decis
Sebastián suspira, se le dificulta un poco, el decirle a Anastasia, lo que él desea.—¿Dime por favor?— ella fija su mirada en él, necesita con urgencia saber lo que esté le dirá Parrow apoya sus codos sobre la mesa y luego une sus manos, con una firme postura.—se perfectamente que en tus planes está dejarme, pero te pido que no lo hagas... Anastasia—eso... Es lo mejor, usted es consciente de que es así, por favor, no me pida algo de lo que yo estoy decidida—aun no, entiendo que hay una gran rivalidad entre María y tú...—es por parte de ella, porque yo sé mi posición, pero presiento que ella teme que le arrebate su amor y atención hacia ella, lo cual es absurdo, usted no se fijaría en mi—¿Y por qué no?— la pregunta de Parrow, la puso muy nerviosa El café está listo.—vamos a tomar café, siento que las cosas se están... Poniendo tensas— cambia ella el tema y Sebastián tensiona su mandíbula, él presta atención y luego escucha como Ana coloca las tazas de café sobre la mesa, y cua
—¡Ya basta ustedes dos!— se altera Parrow—¿No te das cuenta que ella quiere dejar a mi hijo sin padre?— la señala María y Anastasia le sostiene la mirada desafiante —¡Jamás! Incluso, si Sebastián me pidiera el divorcio en estos momentos, se lo doy, pero no tengo tiempo para perderlo con una mujer con pocos valores como túMaría se ríe como loca.—¡Estúpida ese cuento que te lo crea la muerta de tu madre!— Anastasia siente como la sangre se le sube a la cabeza, y luego no lo pensó ni dos veces, empuñó su mano derecha y le propinó un puño a María, haciéndola sangrar su operada nariz—¡Maldita mujer!— se queja María cubriendo su nariz y de está se desliza la sangre —¡Ayuda Sebastián!— pidió María para que esté le tenga compasión—buenos días— saluda Leandro, el cual viene a llevar Anastasia para la funeraria, pero al ver a María sangrando, no pudo evitar reírse en silencio —¿Qué haces aquí Leandro?— Sebastián no está tolerando el acercamiento de su amigo hacia su esposa —¡Vamos Sebas
—¡Alto!— ordena SebastiánAnastasia, siente como los nervios le están haciendo una mala jugada, sus manos están tan temblorosas y su corazón tan palpitante, que pierde el conocimiento, los oficiales no la dejan caer y el que se acerca de inmediato fue Leandro.—¡Ana!— la carga él entre sus brazos —¿Qué sucede?— se preocupa Sebastián acercándose un poco más —¡Se desmayó señor!— sacude el rostro levemente Leandro a Anastasia—¡Lo pagarán muy caro!— amenaza Sebastián a los oficiales y estos están en total silencio, mientras que el jefe se atreve a decir —solo hacemos nuestro trabajo señor—¿Trabajo? ¡Su maldito trabajo es agarrar a delincuentes! Mi esposa no lo es, simplemente le propinó una bofetada a María porque ella la provocó burlándose de la muerte de su madre ¿Ustedes no lo harían?— bufo Sebastián—señor, la señorita Hernández, hizo la denuncia—¡Estoy seguro que se dejaron atraer por el dinero!— los reprende Sebastián —yo me encargare de llevar a mi esposa a la delegación cuand
—¡Leandro!— se altera Sebastián, está furioso, el saber que su mejor amigo, tuvo intimidad con la mujer que él quiere, lo hace tener pensamientos de destrucción, de acabar con Leandro y no saber nada más de él —Sebastian, no le creas a esa mujer— se apresura a decir Leandro —¿Te vas a hacer la víctima?— embozo una sonrisa maliciosa y silenciosa María —¡Traidor!— alza su Bordón Sebastián—no, las cosas no fueron así amigo—¿¡Entonces si paso!?— frunce el ceño Sebastián—todo lo que dijo ella pero...— Sebastián se guía por su sentido del oír y golpeó a Leandro con su Bordón—¡Prácticamente abuso de mi Sebas!— interviene María—¡Vete al infierno!— la señala Leandro—¡Si no te gusta que te digan la verdad, entonces jodete, porque por tu culpa fue que por tonta cancele mi matrimonio, tú arruinaste todo porque no toleras que Sebastián sea mejor que tú en todos los aspectos, por esa razón hicistes todo ¿No tienes vergüenza? ¡Eres cruel y malo! ¡Eres traicionero!—¡¡Cállate!!— estalló Le
Sebastián se queda en total silencio, es como si las palabras se le quedarán atacadas, baja su mirada, y cierra los ojos, él suspira, se siente cansado, no puede olvidar ni perdonarse a él mismo por la muerte de sus padres.Anastasia se acerca lentamente y luego posa su mano derecha en el hombro izquierdo de Sebastián, que al sentir su tacto, siente un fuego encenderse en su corazón.—Anastasia... No me pidas más de lo que no puedo darte— se sincera él, pero su voz es muy apagada —¡Inténtalo! No te rindas, estoy dispuesta a aceptar que serás padre fuera del matrimonio, aunque... Para ser sincera, yo si te respeto Sebastián—seria darle el beneficio a la duda... Pero de mi parte, creo que te podría lastimar más, tengo ganas de llamar a mi abogado y dejarte ir Anastasia—no lo hagas... Solo intentemos, no perdemos nada con hacerlo por favor —¿Por qué Anastasia? ¿Por qué te aferras a tener algo conmigo? ¿¡Por qué te enamoraste de mí?— hace muchas preguntas Sebastián—Porque tú eres el
Ana rápidamente cubre su cuerpo, literalmente le avergüenza el ser vista desnuda, y siente enojo por el atrevimiento de María.—¡Falso, mentiroso!— María está demasiado inquietante, no acepta lo que ha visto sus ojos—¿Qué haces aquí María?— Sebastián está harto de esta situación, no se llegó a imaginar lo tóxica que puede llegar hacer María—¡Imbécil! ¡El eco de tu hijo! ¿Se te olvidó? Pero, claro como no, ¡si te estás revolcando con esta zorra!— la señala María y Anastasia se trata de controlar —¡Primero me respetas! ¡Segundo vete de mi habitación!— ordena Anastasia—¿Qué? ¿¡Quién te crees!? ¡Aquí no eres nadie! —soy la señora Parrow, aunque te duela, ahora vete de mi habitación, ¡Pero ya!— ordena Ana, además de que se siente súper incómoda con esta bochornosa situación —¡Suficiente María! No quiero escuchar tus berrinches, sal de nuestra habitación, no tardo— ordenó impaciente Sebastián—es increíble como cambias de noche a la mañana, a una reina como yo, para estar con una muc
Sebastián es ciego, pero sabe defenderse. Él es muy audaz, se suelta del agarre del padre de María. —¡En tu puta vida te atrevas a ponerme una mano encima!— exclamó Parrow, no tolera para nada a ese señor —¡Te voy hacer pedazos si a mí hija le pasa algo! Te voy a hundir en la cárcel por matarla, y matar al bebé que lleva en su vientre—¡Sebastián!— llegó Ana junto a Leandro, no siendo un buen momento, ya que los dos hombres están en una disputa —¡Pero qué pequeño es el mundo ¿A qué vienes? ¿Acaso a confirmar la muerte de mi hija?— el señor Hernández mira con desprecio a Anastasia, mientras que ella está pasmada, sabe quién es ese hombre —señor está usted muy equivocado— Anastasia mira a Sebastián, lo importante para ella, es que él esté bien, debe ser fuerte para lo que se le vendrá encima —¡No voy a permitir que te metas con ella!— la defiende Leandro—¡Pero miren nada más! Entonces mi hija tiene razón, está ramera de mucama, está con ambos hombres Leandro siente su sangre hirvie