—¡Leandro!— se altera Sebastián, está furioso, el saber que su mejor amigo, tuvo intimidad con la mujer que él quiere, lo hace tener pensamientos de destrucción, de acabar con Leandro y no saber nada más de él —Sebastian, no le creas a esa mujer— se apresura a decir Leandro —¿Te vas a hacer la víctima?— embozo una sonrisa maliciosa y silenciosa María —¡Traidor!— alza su Bordón Sebastián—no, las cosas no fueron así amigo—¿¡Entonces si paso!?— frunce el ceño Sebastián—todo lo que dijo ella pero...— Sebastián se guía por su sentido del oír y golpeó a Leandro con su Bordón—¡Prácticamente abuso de mi Sebas!— interviene María—¡Vete al infierno!— la señala Leandro—¡Si no te gusta que te digan la verdad, entonces jodete, porque por tu culpa fue que por tonta cancele mi matrimonio, tú arruinaste todo porque no toleras que Sebastián sea mejor que tú en todos los aspectos, por esa razón hicistes todo ¿No tienes vergüenza? ¡Eres cruel y malo! ¡Eres traicionero!—¡¡Cállate!!— estalló Le
Sebastián se queda en total silencio, es como si las palabras se le quedarán atacadas, baja su mirada, y cierra los ojos, él suspira, se siente cansado, no puede olvidar ni perdonarse a él mismo por la muerte de sus padres.Anastasia se acerca lentamente y luego posa su mano derecha en el hombro izquierdo de Sebastián, que al sentir su tacto, siente un fuego encenderse en su corazón.—Anastasia... No me pidas más de lo que no puedo darte— se sincera él, pero su voz es muy apagada —¡Inténtalo! No te rindas, estoy dispuesta a aceptar que serás padre fuera del matrimonio, aunque... Para ser sincera, yo si te respeto Sebastián—seria darle el beneficio a la duda... Pero de mi parte, creo que te podría lastimar más, tengo ganas de llamar a mi abogado y dejarte ir Anastasia—no lo hagas... Solo intentemos, no perdemos nada con hacerlo por favor —¿Por qué Anastasia? ¿Por qué te aferras a tener algo conmigo? ¿¡Por qué te enamoraste de mí?— hace muchas preguntas Sebastián—Porque tú eres el
Ana rápidamente cubre su cuerpo, literalmente le avergüenza el ser vista desnuda, y siente enojo por el atrevimiento de María.—¡Falso, mentiroso!— María está demasiado inquietante, no acepta lo que ha visto sus ojos—¿Qué haces aquí María?— Sebastián está harto de esta situación, no se llegó a imaginar lo tóxica que puede llegar hacer María—¡Imbécil! ¡El eco de tu hijo! ¿Se te olvidó? Pero, claro como no, ¡si te estás revolcando con esta zorra!— la señala María y Anastasia se trata de controlar —¡Primero me respetas! ¡Segundo vete de mi habitación!— ordena Anastasia—¿Qué? ¿¡Quién te crees!? ¡Aquí no eres nadie! —soy la señora Parrow, aunque te duela, ahora vete de mi habitación, ¡Pero ya!— ordena Ana, además de que se siente súper incómoda con esta bochornosa situación —¡Suficiente María! No quiero escuchar tus berrinches, sal de nuestra habitación, no tardo— ordenó impaciente Sebastián—es increíble como cambias de noche a la mañana, a una reina como yo, para estar con una muc
Sebastián es ciego, pero sabe defenderse. Él es muy audaz, se suelta del agarre del padre de María. —¡En tu puta vida te atrevas a ponerme una mano encima!— exclamó Parrow, no tolera para nada a ese señor —¡Te voy hacer pedazos si a mí hija le pasa algo! Te voy a hundir en la cárcel por matarla, y matar al bebé que lleva en su vientre—¡Sebastián!— llegó Ana junto a Leandro, no siendo un buen momento, ya que los dos hombres están en una disputa —¡Pero qué pequeño es el mundo ¿A qué vienes? ¿Acaso a confirmar la muerte de mi hija?— el señor Hernández mira con desprecio a Anastasia, mientras que ella está pasmada, sabe quién es ese hombre —señor está usted muy equivocado— Anastasia mira a Sebastián, lo importante para ella, es que él esté bien, debe ser fuerte para lo que se le vendrá encima —¡No voy a permitir que te metas con ella!— la defiende Leandro—¡Pero miren nada más! Entonces mi hija tiene razón, está ramera de mucama, está con ambos hombres Leandro siente su sangre hirvie
Anastasia y Sebastián fueron llevados al viñedo.Parrow puede escuchar perfectamente como Leandro da órdenes, para apagar el fuego que se está ampliando cada vez más, los bomberos apenas llegan a auxiliar.Sebastián empieza a caminar, seguía con su Bordón, está dolido, su viñedo, la empresa de vinos, es lo único que le queda de sus padres, eso que ellos construyeron con todo el amor del mundo, y se lo heredaron.—como lo siento Sebastián— solloza Anastasia al ver la tristeza que se refleja en su rostro—no puede ser...— Sebastián puede escuchar el sonido del fuego, en cómo consumen la cosecha —estoy segura que te vas a levantar de esto— lo trata de animar Ana, pero Sebastián hace caso omiso a esas palabras, su dolor, el remordimiento no lo dejan pensar con claridad—¡Sebastián!— se acerca rápidamente Leandro, el pobre está sucio y sudado, debido a que le ha tocado hacer todo lo posible para ayudar a apagar el fuego —estamos haciendo lo posible para que no llegue al depósito de vino, n
En cuerpo y alma se están entregando ambos, pero lo que no saben, es que la secretaría Cáceres los está espiando silenciosamente, mientras en su mente planea la forma en acabar con Anastasia.—Te amo Sebastián...— se aferra Anastasia, clavando sus uñas, en sus musculosos brazos.Sebastián la besa, no puede decirle palabras de amor que aún no siente en totalidad en su corazón, pero si, darle aquellos besos de cariño que nunca le había dado a una mujer, delicado, apasionado, un beso tan profundo, que tiene a Ana enamorada de Sebastián y él está encantado con ella.Se corre adentro de Ana, y la continúa besando, sus cuerpos están empapados de sudor, agitados, y aún sintiendo esa calentura de querer más.—¿Te sientes bien?— la voz quebrada de Sebastián, delata lo cansado que quedó—un poco maltratada, pero demasiado feliz, de que mi esposo haya sido el primero, me siento feliz de haber cumplido mi promesa—eres una mujer muy valiosa, y debo admitir que me costaba creer que eras virgen Ana
Sebastián de su impresión, deja caer la canasta de uvas, no puede creer que María sea capaz de llegar a tanto, que le haga esto.—¿Qué?— Anastasia se puso pálida, al ver que la situación se está tornando en un infierno—señor Parrow, estoy ante usted de buena manera, no quiero utilizar la fuerza, le pido que venga conmigo—¡Mi esposo es inocente!— bufo Anastasia colocándose como barrera para que no se lo lleven —tranquila Ana, yo tengo testigos de que lo soy, no te angusties—no, no es justo mi amor que te hagan eso, por favor señor oficial no se lo lleven, él no ha hecho nada, ¡esa mujer está loca!— Anastasia se altera un poco —¿Qué está pasando aquí?— Leandro fue avisando por sus hombres, de que llegó la policía, mientras que los hombres de Parrow, estaban atentos desde una distancia —Leandro llama al abogado, voy a solucionar este asunto, Ana, quiero que te calmes, necesito que quedes a cargo— pidió Sebastián y ella lo abraza fuertementeSebastián la abraza, le molesta el hec
Sebastián Parrow, se volvió una bestia total, gritando como un loco demente, no tolera que se quieran ir en su contra, y el chófer al cual le dió su confianza lo haya traicionado, Sebastián Parrow, fue golpeado por el agente para que se calmara por lo agresivo que se volvió, el abogado interfiere porque sabe que Sebastián sería incapaz de hacer algo así, y porque sabe que algo está tramando el señor Hernández, y lastimosamente sin un testigo, Sebastián, sale perdiendo.Sebastián, es arrestado hasta que sea citado ante el juez, y como María está delicada de salud, deben esperar a que ella se recupere para que declare ante el juez y Sebastián lo que sucedió.El abogado logró que Leandro, pudiera entrar a hablar con Sebastián, porque ese agente está encarnado con Parrow, lo quiere hundir a toda costa.—amigo— Leandro toma asiento y apoya sus manos sobre la mesa, acercando un poco su rostro al de Sebastián, el cual tiene un evidente golpe en su rostro —¡Malditos hijos de puta!—Leandro..