—se que me odias... Pero yo estoy arrepentida de todo —¡Mataste a mi madre!— bufó Anastasia entre dientes —¡No quise hacerlo!—¿No? Aquella noche sentiste, odió hacia mi, porque Parrow y yo estábamos pasándola bien juntos, los besos, las caricias, eran evidentes, llegaste con tu maldito odió a arruinarlo todo, ¡Sebastián es un imbécil al pensar que fuiste! victima—¡Mi padre abusó de mí!Anastasia toma asiento, ella se sienta cruzando sus piernas sin dejar de mirar a María, siendo intimidante.María se desespera un poco. Ella toma asiento —ya casi saldré de todo ésto, no lo arruines— susurra María —¿Me lo estás suplicando o me estás amenazando?María se tensa, y mira a Anastasia a los ojos. —piensa lo que quieras, ¿Cómo es que ahora vienes aquí? Estás bien vestida, mientras yo he comido mierda, entonces ya pague por todos mis errores—¡Errores qué quisiste cometer! Porque una persona que tiene el alma tan envenenada, el odió se refleja en la mirada, así de la misma manera en que m
Sebastián siente un escalofrío recorrer su cuerpo.—¡Espera! ¿¡Qué!? ¡Eso es imposible!— Cáceres no lo puede creer, está que se le cae la mandíbula—¿Puedo mirar?— pregunta Aurora, la pobre niña está sumamente nerviosa.—Sss... Sí— Sebastián no sabe cómo reaccionar, literalmente está en shockLa niña con sus manos temblorosas, las retira de su pequeño rostro, y empieza a parpadear varias veces, hasta ver con claridad.Sebastián se lleva la mano a la boca, su corazón está palpitando como si se le fuera a salir.Es evidente, es la hija de Anastasia, es idéntica a ella, su color de cabello cobrizo, color de piel blanca, es una mini Anastasia.—¡Esto debe ser una mentira! Ella no puede ser tu hija, Sebas, no se parece a ti.—mi mami se llama Anastasia— habló con voz temblorosa Aurora—estoy segura que su madre la envío para que te encariñes con ella—déjame a solas con la niña— ordena Sebastián—pero mi amor, ¿Y nosotros dos?— pregunta Cáceres—¡No lo vuelvo, a repetir!— la sentencia Seba
Anastasia lo mira fijamente, siendo fuerte para que no la vea débil. —¡Merezco que me des una explicación!— Parrow no puede dejar de mirar los labios de Anastasia—¿Mereces? ¡Tú no mereces nada!—¡Maldición! ¿Por qué me odias tanto? Anastasia, lo abofetea, Sebastián es muy cínico. Aquel golpe le dolió tanto la mejilla a Parrow, que la agarra de las muñecas y hace presión, teniendo crucificada a Ana, él puede contemplar los pechos de Ana, difícil no mirarlos, y sentir aquella tentación de tocarlos. —¡No me mires de esa forma!— lo reprende, sabiendo sus pensamientos impuros —¡Siempre quieres hacer todo a tu antojo! Estás muy equivocado, ¡Suéltame!—al menos cuando estaba ciego, podía sentir más tu bondad, y oír lo dulce que eras— se atreve a decir —de esa Anastasia, no queda nada —¡¡Claro que nada queda!!— gritó ella tan fuerte, que llamó la atención de Parrow, es un gritó de dolor —Perdóname... ¿Puedes perdonarme y olvidar toda esta mierda?—¿Qué?— Ana siente ganas de golpearlo, co
Sebastián Parrow no lo puede creer. —¡Estás inventando todo ésto, porque quieres evadir tus sentimientos por Anastasia!— gruñó entre dientes Sebastián, por lo que Leandro lo agarra del cuello de la camisa, y muy enojado le dice.—es tu decisión si quieres creerlo o no, pero de lo único que estoy seguro es que no voy a permitir que lastimes a mi hermana, porque te puedo apreciar mucho, eres mi amigo y te veo como un hermano, pero te has vuelto tan mujeriego y sostienes una relación con tu secretaria, que lo único que harías es lastimar a Anastasia. ¡Protegeré a mi hermana!— Leandro lo suelta y ambos se miran fijamenteLeandro al ver que Sebastián no se quedó en silencio, lo suelta y se marcha de la oficina, está irritante.Entra Cáceres, muy cautelosa. —¿Cómo te sientes mi amor?—quiero estar solo— Parrow toma asiento, y busca un cigarrillo—dejame estar a tu lado, me preocupa verte así, sé que estás estresado, con todo esto de Anastasia y tus hijos— Cáceres toma asiento y cruza sus p
—¡Ana!— exclama Parrow irritante, está en su mejor momento, y precisamente Anastasia le hace esto, él mira la hora en su celular móvil y luego niega con la cabeza. —¡Carajo!— gruñó entre dientes.Se acerca a la puerta, y está se abre de la nada, ingresando la hermosa mujer de sus pesadillas.—lamento la tardanza, ¿Cómo me veo?— la reina de la noche, se gira, para que esté hombre hambriento pueda mirarla Sebastian traga grueso. —estás guapísima, no sabes la demencia de mis pensamientos en estos momentos, es que te deseó—¿Así?— ella se acerca de manera sensual—ssssí...— Sebastián no puede dejar de mirarla, y ella sonríe coquetamente, para luego acercarse al tubo y iniciar su show—vamos a pasarla muy rico— ella hace un movimiento exótico demasiado llamativo, dónde él puede ver su traseroPero Anastasia ronda por su cabeza. —lo siento...— camina hacia la puerta.—¿Qué pasa?— ella sonríe maliciosa—tengo algo urgente que hacer—¿Y todo el dinero que pagaste?— se agacha moviendo sus cad
Anastasia lucha en su interior porque a pesar de todo, Sebastián es un hombre que posee una gran habilidad, esa dominación y sensualidad, aquella seducción que le gusta a una mujer, pero ella lo aparta, lo iba abofetear, pero Sebastián sostuvo su mano, acercándola a él donde ambos pueden sentir su respiración.—¿Por qué te has vuelto tan difícil?—deja de hacer preguntas estúpidas y suéltame, tú acercamiento me repugna el alma—sé que estás mintiendo, además también es algo notorio de que deseas que te bese y que te haga mía ¿Por qué no recordamos viejos tiempos?— Sebastián sonríe maliciosamentePor lo que Anastasia le sonríe también, pero luego su sonrisa desaparece para mirarlo con desprecio y así decirle.—no me apetece pasar la noche contigo, prefiero elegir a cualquier hombre en este mundo, antes que volver a tus brazos ¡Eso jamás!—nunca digas que "Jamás" pero no voy a discutir contigo, quiero ver a mis hijos— Sebastián se enojo, no le gusta ser rechazado Anastasia retomó su
—¡Papito!— Aurora corre a sus brazos, lo cuál, se le hizo extraño a sus hermanos, pues la pequeña estaba ansiosa por volverlo a ver, Sebastián la carga entre sus brazos y deja un casto beso en la pequeña cabeza de su hija—mi princesa, que lindo vestido tienes puesto, estás tan hermosa, igual a tu madre— lanza Sebastián la indirecta, la picardía para Anastasia, ella se cruza de brazos Massimo no deja de mirar a su padre, está en total silencio. Sebastián baja a la niña. —he... Traído un regalo para ti, tu madre me ha dicho que te encantan las Barbies, así que tomé el atrevimiento de traer la última— Sebastián la saca de la bolsa, está nervioso, pues casi que no logra sacarla, la niña brinca de felicidad.Al sacarla, Aurora grita tan fuerte, que Anastasia arquea una ceja, ella ya le había mandado traer esa muñeca a la niña, y resulta que su padre se le adelantó.—gracias papito, me encanta— Aurora lo abraza y Sebastián voltea a mirar a Anastasia, ella baja su miradaSebastián mira ha
—¡Claro que te voy a decir que no!— Anastasia empieza a caminar hacia el comedor, mientras que Sebastián no pudo evitar mirarla mientras caminabaÉl suspira y se acerca al comedor donde está Leandro con sus hijos desayunando.—¿Padre y ese vino?— pregunta Miguel, el ambiente es un poco extraño para Ana ha estado sólo ella y sus hijos—se llama, Anastasia— Parrow lo coloca en la mesa y abre la botella —¿Igual que mi mami?— pregunta Aurora—sí mi amor, es una historia muy buena que algún día les contaré, siento que este es el mejor vino que he probado en toda mi vida— Sebastián se sirve un poco de vinoY Anastasia cruza sus piernas, ella lo trata de ignorar, y come plácidamente. —¿Estoy muy feliz de tener a mi papito y mi mamita juntos— Aurora sonríe ampliamente—Sí. Pero solo es por ustedes, desayunen porque sino se les enfría— ordena Anastasia—¿Quieres vino, Ana?— Sebastián le ofrece muy caballeroso—No, Gracias— continúa ella su desayuno y Leandro mira a Sebastián con burla —yo sí