—¿Eres mía Anastasia?— la pregunta de Sebastián la dejó perpleja—yo... Yo a usted lo amo— confiesa ella causando inquietud en el corazón frío de Sebastián Parrow—¿Amarme?— Sebastián sonríe perfectamente y eso la puso a ella más nerviosa, y más al sentir como aquellos largos dedos se acercaron a lo que ella tanto ha guardado como un tesoro —dices que me amas, entonces, entrégate en cuerpo y alma está nocheAnastasia pasa saliva y mira detenidamente a Sebastián, tenerlo así de cerca y con ese toque tan fenomenal y sutil de Parrow, la hace estremecer.—pare por favor— súplica Ana, su rostro está sonrojado, además, ella se siente incómoda, piensa en que los están observando—solo actúa normal— sugiere él con una gran sonrisa que la desarma por completo, no comprende ¿Cómo puede amarlo? Anastasia busca los labios de Parrow y obtiene un beso delicado y pasionalPero Sebastián siente que su pantalón le estorba, deja de besarla porque si no, seguirá perdiendo el control, aunque este jueguit
Anastasia retrocede por el miedo, pero al ver a Sebastián bajar del auto, su corazón empieza a latir con rapidez.—¡Sube al auto!— ordena Sebastián, sabe que ella está ahí de pie, porque Leandro le informo—No— esa fue la respuesta de Anastasia, y suficiente para provocarle cólera a SebastiánÉl empieza a caminar, mientras se guía de su bordón, al sentir el perfume a rosas, sabe que está a tan solo un paso de Anastasia.—¿¡Por qué te fuiste!?— preguntó con furor Sebastián—estabas en muy buena compañía, no quería ser un obstáculoSebastian dio dos golpes al suelo con su bordón, por su disgustó, Anastasia siente algo de nervios.—¡Tu maldito deber era estar a mi lado! ¡Te espere como un imbécil! y luego me informan ¡que te marchaste en el auto de un desconocido!—¿Esperabas por mi? Si cuando regrese del baño, estabas a gusto con María, ¡No es justo!—¡Sube al auto!— ordena Sebastián con voz de mando —bajen la voz— interviene Leandro—¡No te metas Leandro!— gruño Sebastián—no, no quie
—¡Madre!— el clamor de Anastasia, no es suficiente, la enferma la retira la de la habitación y ella llora de manera desconsolada —¡Dios no te lleves a mi madre, la necesito conmigo por favor!— se desliza Anastasia por la fría pared del pasillo, quedando acurrucada, se aferra a sus pies hundiendo su cabeza en su rodillas y llora, llora con todas las fuerzas de su corazón mientras mentalmente le súplica a Dios por la vida de su madre Tan solo pasaron 3 minutos, para que la enferma que la sacó de la habitación, saliera tocando el hombro de Ana.Anastasia alzó su mentón, y al mirar a la doctora a los ojos, entendió perfectamente, ni siquiera necesito decirle con palabras de que su madre había fallecido.—lo siento mucho señora— se lamenta la enfermera. Sabe que la pérdida de un ser querido duele, y más de la mujer que te dio la vidaAnastasia siente un leve mareo, quizás por el impacto de todas sus emociones dolientes, ella se pone de pie y corre hacia su amada madre.—¡Por favor mamá, so
Siendo las 2 Am, Anastasia se encuentra sentada sobre una banca que adorna el solitario parque. Mirando al cielo, con su corazón hecho añicos le hace muchas pero, muchas preguntas a Dios, el único que ser que está con ella en estos momento, ¿El por qué su madre murió? Dejándola sola en este mundo cruel.El frío eriza su cuerpo, aún está con aquel vestido de gala, no la protege del todo, pero es tanto el dolor que está habitando en su corazón, que hace caso omiso a lo que está a su alrededor.Mirando al cielo, una gota de agua cae en todo el centro de su frente, y luego por el resplandor de las luces, contempla las gotas una tras otra, cayendo sobre su cuerpo y mezclado con sus lágrimas de dolor.Luego el viento acechando sobre ella, baja su mirada, está destruida... y vacía.Ella no tiene casa propia, debido que donde habitaba su madre es arrendado, aunque la fecha sigue vigente, ella toma la desición de ir allá, pasar la noche, y recoger lo poco que tiene, para poder tomar una decis
Sebastián suspira, se le dificulta un poco, el decirle a Anastasia, lo que él desea.—¿Dime por favor?— ella fija su mirada en él, necesita con urgencia saber lo que esté le dirá Parrow apoya sus codos sobre la mesa y luego une sus manos, con una firme postura.—se perfectamente que en tus planes está dejarme, pero te pido que no lo hagas... Anastasia—eso... Es lo mejor, usted es consciente de que es así, por favor, no me pida algo de lo que yo estoy decidida—aun no, entiendo que hay una gran rivalidad entre María y tú...—es por parte de ella, porque yo sé mi posición, pero presiento que ella teme que le arrebate su amor y atención hacia ella, lo cual es absurdo, usted no se fijaría en mi—¿Y por qué no?— la pregunta de Parrow, la puso muy nerviosa El café está listo.—vamos a tomar café, siento que las cosas se están... Poniendo tensas— cambia ella el tema y Sebastián tensiona su mandíbula, él presta atención y luego escucha como Ana coloca las tazas de café sobre la mesa, y cua
—¡Ya basta ustedes dos!— se altera Parrow—¿No te das cuenta que ella quiere dejar a mi hijo sin padre?— la señala María y Anastasia le sostiene la mirada desafiante —¡Jamás! Incluso, si Sebastián me pidiera el divorcio en estos momentos, se lo doy, pero no tengo tiempo para perderlo con una mujer con pocos valores como túMaría se ríe como loca.—¡Estúpida ese cuento que te lo crea la muerta de tu madre!— Anastasia siente como la sangre se le sube a la cabeza, y luego no lo pensó ni dos veces, empuñó su mano derecha y le propinó un puño a María, haciéndola sangrar su operada nariz—¡Maldita mujer!— se queja María cubriendo su nariz y de está se desliza la sangre —¡Ayuda Sebastián!— pidió María para que esté le tenga compasión—buenos días— saluda Leandro, el cual viene a llevar Anastasia para la funeraria, pero al ver a María sangrando, no pudo evitar reírse en silencio —¿Qué haces aquí Leandro?— Sebastián no está tolerando el acercamiento de su amigo hacia su esposa —¡Vamos Sebas
—¡Alto!— ordena SebastiánAnastasia, siente como los nervios le están haciendo una mala jugada, sus manos están tan temblorosas y su corazón tan palpitante, que pierde el conocimiento, los oficiales no la dejan caer y el que se acerca de inmediato fue Leandro.—¡Ana!— la carga él entre sus brazos —¿Qué sucede?— se preocupa Sebastián acercándose un poco más —¡Se desmayó señor!— sacude el rostro levemente Leandro a Anastasia—¡Lo pagarán muy caro!— amenaza Sebastián a los oficiales y estos están en total silencio, mientras que el jefe se atreve a decir —solo hacemos nuestro trabajo señor—¿Trabajo? ¡Su maldito trabajo es agarrar a delincuentes! Mi esposa no lo es, simplemente le propinó una bofetada a María porque ella la provocó burlándose de la muerte de su madre ¿Ustedes no lo harían?— bufo Sebastián—señor, la señorita Hernández, hizo la denuncia—¡Estoy seguro que se dejaron atraer por el dinero!— los reprende Sebastián —yo me encargare de llevar a mi esposa a la delegación cuand
—¡Leandro!— se altera Sebastián, está furioso, el saber que su mejor amigo, tuvo intimidad con la mujer que él quiere, lo hace tener pensamientos de destrucción, de acabar con Leandro y no saber nada más de él —Sebastian, no le creas a esa mujer— se apresura a decir Leandro —¿Te vas a hacer la víctima?— embozo una sonrisa maliciosa y silenciosa María —¡Traidor!— alza su Bordón Sebastián—no, las cosas no fueron así amigo—¿¡Entonces si paso!?— frunce el ceño Sebastián—todo lo que dijo ella pero...— Sebastián se guía por su sentido del oír y golpeó a Leandro con su Bordón—¡Prácticamente abuso de mi Sebas!— interviene María—¡Vete al infierno!— la señala Leandro—¡Si no te gusta que te digan la verdad, entonces jodete, porque por tu culpa fue que por tonta cancele mi matrimonio, tú arruinaste todo porque no toleras que Sebastián sea mejor que tú en todos los aspectos, por esa razón hicistes todo ¿No tienes vergüenza? ¡Eres cruel y malo! ¡Eres traicionero!—¡¡Cállate!!— estalló Le