Capítulo 37

Después de haber pasado mucho tiempo con Max sin que él reaccionara, decidir ir a casa, necesitaba saber cómo estaba mi hijo, por suerte él no había llegado, le pedí a las empleadas que no le dijeran que había estado fuera.

Cargué a mi hijo y no puedo evitar llorar, lo abracé contra mí y le decía que lo amaba mucho, mientras pensaba que le había dado por padre a un monstruo, no solo lo que le había hecho a Max, no podía creer que hubiera lastimado tanto a esas chicas, peor aún que hubiese matado una persona.

Porque aunque no lo hubiese hecho con sus propias manos, había dado la orden, eso lo convertía en un asesino, quería hacer dormir a Ares muy temprano, para poder estar dormida cuando él llegar, así no tendría que fingir nada. No quería ni siquiera que me tocará, ahora sí le tenía mucho miedo.

Lo sentí llegar, aún no estaba dormida, pero lo fingí, me di cuenta de cómo se acercó a saludar a nuestro hijo. Se sacó la ropa, tomo una ducha y se me acerco, me estaba acariciando, tocando
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