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Capítulo 2: Una Historia de amor

"Siempre existe en el mundo una persona que espera a otra, ya sea en medio del desierto o en medio de una gran ciudad. Y cuando estas personas se cruzan y sus ojos se encuentran, todo el pasado y todo el futuro pierden completamente su importancia y solo existe aquel momento”.

Paulo Coelho

PV Ellyn

Obligué a mi cuerpo a hacer todas las tareas que tenia por delante. Como era sábado no teníamos escuela, pero eso no implicaba que no tuviese deberes que hacer, por lo que después de dejar mi vestimenta y zapatos preparados, hice mis deberes, ayude a mi madre a limpiar mi casa, almorcé y finalmente me tumbe en la cama con la esperanza de poder dormir y que así se me pasara el tiempo más rápido.

Para mi mala fortuna el sueño no vino en mi auxilio y me quede rodando en mi cama con miles de pensamientos que se arremolinan en mi mente. Pensaba en qué tipo de relación tendríamos, si bien crecimos juntos, cuando el estaba rozando los dieciocho se fue y yo solo era una cría de quince años, teníamos una conexión y aunque compartíamos momentos como por ejemplo abrazarnos y estar juntos, salir a comer y pasar el tiempo, no nos habíamos besado. Xavi quería que fuera especial, que se diera en la ceremonia, afianzando nuestra relación al frente de todos y yo ame ese gesto.

Deseaba tener el amor que se tenían mis padres, ellos se habían conocido en el baile anual de invierno del Rey y según mis padres, se sintió como el cielo. Cuando sus aromas chocaron en el aire y sus ojos se encontraron, no existió nada ni nadie mas alrededor. El vinculo de parejas era una fuerza demoledora y por lo que pude observar en tantas ocasiones en la manada, innegable e inevitable. La Diosa Luna nos creaba a cada uno de nosotros con una pareja destinada, nuestra alma dividida en dos entes que volvían a encontrarse en el plano terrenal para pasar la eternidad juntos. Desde ese día, mis padres jamás se separaron. Mi madre, Riona, era de familia beta, pero de una manada distante llamada “Claro de Luna”, dejó a su familia para vivir junto a mi padre aquí, en “Medianoche eterna” y el resto es historia, me tuvo a mi y a los pocos meses a mi hermano, pero aun, tantos años después, podía ver en sus ojos el amor, el cariño y también la pasión que se profesaban.

Sin poder dormir ni dejar de pensar, llené la bañera del baño que tenía en mi habitación y me sumergí en ella para relajarme. Depile mi cuerpo e incluso trate mi cabello con productos que Xavi me envió en su momento. Cuando estuve satisfecha y mucho mas calma, vi que era la hora de prepararme para la fiesta. El maravilloso regalo de mi novio fue completado con unos zapatos a juego. Yo no era una persona que utilizara demasiado maquillaje así que aplique un poco de rímel a mis pestañas para alargarlas un poco mas y pinte mis labios de un tono melocotón matte intransferible. Dejé mi cabello suelto, que llegaba hasta mis hombros y sonreí ante el reflejo que el espejo devolvía, cuyos ojos azules hoy le brillaban.

Con confianza y sintiéndome mas hermosa que nunca, baje las escaleras recibiendo halagos de mis padres y un silbido por parte de mi hermano.

- Esta vez, mi cuñado se ha lucido- dijo Fionn mientras me daba su brazo para que yo lo tomase. No había rastro de jocosidad en su tono, por lo que supe que estaba hablando en serio esta vez.

- Gracias hermanito- sonreí y elevé mi rostro para verlo, puesto que aun con tacos de varios centímetros de altura yo apenas le llegaba al pecho. Mi hermano menor era muy parecido a mi madre, con esos ojos avellana, el cabello ligeramente ondulado de tono cobrizo y ese tono de piel blanquecino. Ahora bien, su altura prácticamente igualaba a mi padre, aunque él era unos centímetros mas bajo, pero sabía que crecería un poco mas y que no alcanzo su máximo desarrollo. Atrás había quedado el niño con las mejillas regordetas y las rodillas magulladas. Al lado mío estaba un joven que pronto se convertiría en hombre y con gracia del Alfa, sería su Beta. – el traje te sienta bien- agregue y observe que mi padre y él usaban trajes oscuros, camisas blancas y corbatas grises, el mismo color que nuestra bandera de manada.

- Hija mía, estas absolutamente impresionante – dijo mi padre dándome una de sus miradas cariñosas. Él y yo éramos muy unidos, quizás porque nos parecíamos mucho, salvo claro está, en la altura. Teníamos los mismos ojos, el mismo tono de piel, claro, pero ligeramente tostado por el sol, el mismo color de cabello y el mismo carácter. Papá al principio se había negado a que Xavi y yo tuviésemos una relación mas intima, consideraba que teníamos que dejarnos sorprender por el vinculo que la Diosa tenia para cada uno de nosotros, pero con el tiempo se dio cuenta que nuestro afecto era muy sincero y aceptó nuestra relación.

- Vamos, vamos, dejémonos de tanta emotividad, tenemos que irnos ya mismo, no podemos llegar tarde a la ceremonia- dijo mi mamá mientras nos instaba a salir de nuestra casa. Mamá era como una pequeña ninfa con su vestido etéreo de color verde oscuro y brillantes de tonos plateados. Tenia una gracia natural mientras se movía y nos ordenaba que hacer pese a su metro sesenta, porque si, yo en eso si me parecía a ella. Finalmente, y ya sentados en el auto nos dirigimos hacia la casa de la manada y la ansiedad volvió a florecer en mi interior.

El lugar de la ceremonia se hallaba en uno de los claros que estaba en el terreno cercano a la casa de la manada y que era utilizado para las celebraciones como las fiestas de compromiso entre los miembros, las reuniones importantes, los bailes anuales y por supuesto la ceremonia de ascensión del nuevo Alfa. La historia dice que allí se fundó nuestra manada y por ello resultaba significativo realizar las fiestas en ese ese lugar, pero para mí mala fortuna, estaba lejos de mí hogar.

El terreno era disparejo, y papá avanzaban lentamente por entre los baches para que no saltaramos en nuestros asientos. Pero nada de eso importaba. Mí mente estaba enfocada solo en una persona. Quería enviarle un mensaje a Xavi, saber si él estaba padeciendo lo mismo que yo, pero no quise importunarlo. Había llegado hace tan solo horas y seguramente querría ponerse al día con su familia y compartir con ellos. Con ese pensamiento, intenté concentrarme en la conversación que se instauró en en el auto y mí mente, y sobre todo mí corazón, tuvieron sus breves minutos de alivio.

Finalmente las pequeñas luces del claro comenzaron a hacerse presentes en la lejanía. La espera, la ansiedad, los deseos, los sueños, las expectativas comenzaban a crecer en mi corazón y en mi mente, por fin llegó el momento en que todo se hiciera realidad. Por fin estaría junto al amor de mi vida.

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