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Capítulo 3: Un Cruel Destino

“Luchar contra nuestro destino sería un combate como el del manojo de espigas que quisiera resistirse a la hoz”

Lord Byron

PV Ellyn

Cuando me apeé del automóvil pude sentir que cada célula de mi cuerpo se llenaba de ansiedad y de nerviosismo. Muchas personas ya se encontraban en el lugar y otras tantas estaban como nosotros, recién arribando al lugar.

La Luna Sophia y el Alfa Jared estaban saludando a los miembros de la manada agradeciéndoles por asistir a tal evento. Ellos estaban dando un paso al costado después de años de mandato, pero seguirían ayudando a su primogénito a llevar adelante a la manada hasta que finalmente él estuviera apuntalado y seguro, con una Luna a su lado para la prosperidad de todos. Mi corazón martillaba dentro de mi pecho cuando mi familia y yo presentamos nuestros respetos a nuestros lideres.

- Amigos nuestros, gracias por venir- Saludó el Alfa mientras estrechaba su mano a mi padre, su beta y su amigo desde que tenían uso de razón.

- Luna Sophia, esta tan hermosa como siempre- agrego mi padre y mi madre concordó con él.

- Tus hijos han crecido mucho – mencionó la Luna y me dedico una sonrisa cálida. Ambas familias sabían de la relación entre su hijo y yo, por lo que en los últimos meses Luna Sophia también puso a disposición mía una tutora que me enseñaba a llevar a cabo las tareas que una Luna realizaba para el pueblo. – por favor, pónganse cómodos, en unos instantes será la presentación oficial.

Entre los deberes de una luna se encontraba la planificación de las ceremonias, y eso abarcaba cada minúsculo detalle, en los cuales Luna Sophia, se había esmerado al extremo. El claro estaba perfectamente decorado, a cierta distancia la antigua casa de la manada se erigía con todo su esplendor. Recientemente se había remodelado con la intención de que pudiera ser usado incluso cuando hubiese inclemencias climáticas. Un Gazebo se extendía en forma de rectángulo y bellas cortinas con pequeñas luces iluminaban todo el ambiente, bajo tal decoración mesas redondas con manteles blancos de lino, decoradas con jarrones y flores, copas de fino cristal, platos de porcelana y cubiertos exquisitos, completaban la decoración. Todas las mesas se hallaban dispuestas de forma que todos pudiesen ver el escenario.

Allí adentro de la ex casa de la manada, se hallaba él. Lo sabía que estaba, acompañado con sus amigos y gente de confianza y mi ansiedad volvió a dispararse. ¿Cuántas noches había soñado con este momento? No podía contarlas. ¿Cuántas veces lloré porque sentí que no podía soportar su ausencia? No sabría, pero finalmente me limpiaba las lágrimas y volvía a hacer mis actividades, a esforzarme al máximo y al cumplir con cada una de mis tareas. Nuestra mesa estaba al lado de la mesa del alfa y lo mas cerca del escenario que podía estar. El resto de las mesas seguían un orden jerárquico, pero todos finalmente tenían una buena vista.

Una banda de música tocaba en vivo y cuando todos estuvimos en nuestros puestos un tambor comenzó a resonar y la luz se apagó, solo dejando un reflector que iluminaba la gran puerta de la ex casa de la manada. Mi corazón empezó a latir con mas fuerza y estaba segura que mis padres, con sus sentidos agudos por ser lobos, podrían oírlo, pero nada me importaba.

- Miembros de la manada, hoy es un día sumamente importante para cada uno de nosotros. Después de su arduo entrenamiento, nuestro futuro Alfa esta aquí, denle la bienvenida al Alfa Xavi Wolfson- enuncio un presentador del que no pude captar absolutamente nada. Mi vista estaba enfocada en la puerta y esta se abrió de pronto.

Contuve el aliento mientras aplaudía fervorosamente. Xavi lucia mas guapo de lo que recordaba, el traje completamente negro parecía estar hecho a su medida y remarcaba cada uno de sus músculos. Tenia una barba cuidadosamente recortada y sus ojos grises brillaban y denotaban su crecimiento, no solo físico, sino también mental. Él había cambiando pero para bien. Entonces fue cuando el viento cambio a su favor y, no se si porque estaba próxima a recibir a mi lobo interior o porque estaba absorta en su persona, pero pude observar cómo sus fosas nasales se dilataban y con disimulo olfateaba el aire. Sus ojos se tornaron oscuros y luego volvió a su color normal, lo vi cerrando los puños y seguí su mirada hasta donde él la enfocaba. Una chica que vi en los entrenamientos estaba parada observándolo, su cabello color ceniza estaba trenzado, pero pequeños mechones se escaparon de dicha trenza. Tenia sus ojos dilatados y su boca se curvo en una sonrisa de felicidad.

Mi corazón se detuvo en ese instante viendo un intercambio fugaz que parecía solo yo haber notado. Ella quiso avanzar hacia él, pero Xavi no volvió a mirarla y avanzo hacia el centro del escenario, preparándose para dar su discurso. Si no hubiese estado tan compenetrada mirando cada uno de sus movimientos, no habría notado nada extraño. Pero yo lo conocía. Vi la tensión de su cuerpo, vi como fingía a pesar de que tenía la mandíbula apretada y las manos hecha un puño.

Xavi hablaba, pero todo parecía muy lejano para mi cuando la realidad se instauro en mi cabeza. Habia visto suficientes parejas destinadas reconocerse. Sabia como se veían cuando las almas se encontraban. Si tuviera completamente a mi lobo estaba segura que podría escuchar a su corazón latiendo con nervio y fuerza en su pecho, otros lo aducirían a la presentación que estaba llevando cabo. Quería llorar y quería gritar. Quería insultar a la Diosa Luna, a la misma que noche tras noche oré para que nos una también bajo un vínculo, afianzando nuestro amor. Pero mis oraciones no fueron escuchadas.

Me sentía vacía y como una espectadora de mi vida. La chica rubia, creo que se llamaba Vanessa, se estaba acercando paso a paso, lentamente hacia él, pero aun mantenía su distancia. Ella era una omega y entrenaba con ellos para que al menos supiesen defenderse o escapar eficazmente ante un ataque. Quería reírme. ¿tanto esfuerzo para qué? Años levantándome temprano, esforzándome al máximo, acostándome tarde. Recibiendo entrenamientos extremos, golpizas que me dolían semanas y heridas que tardaban en sanar, todo en vano.

Los vítores de la gente de la manada me sacaron de mi introspección. Tenia los ojos vidriosos, pero no lloraría. Xavi fue rodeado por sus familiares y era colmado de saludos y felicitaciones.

- Vamos Ellyn, tu novio te espera- enuncio mi hermano mientras me tomaba del brazo y me arrastraba consigo. Quería arrancar mi brazo del suyo, y alejarme en dirección contraria. Quería tiempo para mí, entender o asimilar lo que había visto. Pero no podía escapar. Sus ojos se toparon con los míos y si quedaba un atisbo de dudas, fueron despejadas en su mirada triste.

- Ellyn- murmuro a forma de saludo

- Xavi- susurre, él me atrajo a sus brazos y mis defensas cuidadosamente armadas se derrumbaron. Lloré porque me dolía el corazón y porque sabia la verdad. Por el rabillo de mi ojo observe como Vanessa fruncia los labios, apretaba los puños y quería avanzar hacia nosotros. Pero su jerarquía se lo impedía. Ningún omega, por mas que sea pareja destinada o amante, no podría acercarse a los Alfas y Betas de la manada si esta no era reconocida.

- Hablemos, por favor- solicito y se qué estaba tensionado porque su pareja real estaba allí, a corta distancia y el vínculo lo instaría a ir hacia ella. Aun así, demostraba un control excepcional sobre su lobo para no terminar corriendo hacia ella.

- Mas tarde- susurré. – disfruta tu fiesta- Utilicé mi experiencia y puse mi mejor mascara para ocultar mi dolor. Él frunció el ceño, pero hizo un movimiento con la cabeza, asintiendo a mis palabras.

La Omega Vanessa lo miraba con fervor y suplicaba con sus ojos que él se acercara, pero Xavi se alejó en otra dirección y vi en ellas la incertidumbre y el dolor porque él no la había reclamado. Dejé de observarla, no me haría ningún bien. Volví a mi mesa y prácticamente me caí en mi asiento. La Diosa Luna no se equivocaba ¿Cierto? Pero ¿Por qué me tenia que doler tanto aceptar que ahora nuestro destino ya no se entrelazaría?

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