CAPÍTULO 3
Darte de mi alma lo que tú echaste a perder...
Hershel, su anciano compañero de vida, le apaga el reproductor de música. Amenadiel gruñe tras darse la vuelta en su cama y lo mira, fastidiado.
—¿Pablo Alborán?¿Es en serio niño Amenadiel? —el viejo contiene una sonrisa —. Nunca he apagado su equipo de música, ni siquiera cuando Metallica hacia vibrar todos los ve
CAPÍTULO 4—La última vez que vieron aÁggelofue en tu habitación y no ha salido de aquí ¿Algo para decirme, Aria?Levanto la vista en dirección a mi madre mientras termino de tejer una bufanda blanca muy bonita.—Lo vi salir por la ventana. Se fue volando, creo—me encojo de hombros y continúo tejiendo con gran concentración. CAPÍTULO 5.Amenadielsube malhumorado a la parte trasera de la RAM negra de MaxVoelklein. Este se encuentra en el asiento del conductor. Por un instante, los ojos bicolores deAmenadielse encuentran con los del pelirrojo por el espejo retrovisor hasta que Ada Gray sube al asiento del acompañante, rompiendo todo contacto visual entre ellos.Apoya la valija en su regazo.Mientras tanto MattVoelklein, quien se encuentra a su lado, tiene el codoCapítulo cinco
CAPÍTULO 6ARIA.Abro la puerta de mi habitación de par en par con una sonrisa de labios cerrados. Me paseo por los pasillos del palacio con gran satisfacción irradiando mi pecho.Mi vestido largo y blanco se desliza por el suelo inmaculado.Cada tanto veo pasar a alguna que otra dama de
CAPÍTULO 7Hijos de Cupido, Afrodita, Apolo, Poseidón y Hestia se encontraban discutiendo en voz alta en el despacho privado de la familiaVoelklein.El ambiente era tenso, incomodo y el tono alto vibraba contra las paredes para aturdir lo suficiente aAmenadiel, quien se había encontrado con semejante reencuentro de más de treinta semidioses preocupados y al borde de la colera por todo lo que se aproximaba.Palabras como guerra, venganza y
CAPÍTULO 8Minutos antes...ARIA.—Estás loca si crees que te entregaré a Dante y regresaras a la tierra—logra decir Hera mientras está pronto de serasfixiadapor mi brazo que rodea su cuello —. Admiro tuvalentíapor querer matarme, pero eres unaestúpidaque se arrepentirá —mira a mi madre —. Pedazo de hija tetraíasescond
Capítulo 9.AUTORA.Sí, aparece mi voz finalmente. Juguemos con el narrador un poquito.El temblor de los árboles y el aleteo desesperado de los pájaros hizo comprender a todos, con gran temor e incertidumbre, que el enfrentamiento contra Zeus estaba a la vuelta de la esquina.Los dioses y semidioses, de
CAPÍTULO 10ARIALlevo el vestido que tenía puesto la misma noche en la que me asesinaron. En la que pusieron un punto final a lo que se suponía que debía ser el comienzo de algo.Si bien el vestido era negro era imposible no. Notar la gran mancha de sangre seca que se esparcía por el vientre hasta el inicio de mis pechos. CAPÍTULO 11.Amenadiel.Mientras el mundo promete venirse abajo en el jardín de un millonario, yo salgo corriendo a la sala principal donde MattVoelkleinha pegado el grito en el cielo.Por poco tropiezo con la alfombra en cuanto llego corriendo a la sala. Mis muslos chocan con el respaldo del enorme sofá blanco. El corazón me late con fuerza.Último capítuloCapítulo once