Capítulo 9.
AUTORA.
Sí, aparece mi voz finalmente. Juguemos con el narrador un poquito.
El temblor de los árboles y el aleteo desesperado de los pájaros hizo comprender a todos, con gran temor e incertidumbre, que el enfrentamiento contra Zeus estaba a la vuelta de la esquina.
Los dioses y semidioses, de
CAPÍTULO 10ARIALlevo el vestido que tenía puesto la misma noche en la que me asesinaron. En la que pusieron un punto final a lo que se suponía que debía ser el comienzo de algo.Si bien el vestido era negro era imposible no. Notar la gran mancha de sangre seca que se esparcía por el vientre hasta el inicio de mis pechos. CAPÍTULO 11.Amenadiel.Mientras el mundo promete venirse abajo en el jardín de un millonario, yo salgo corriendo a la sala principal donde MattVoelkleinha pegado el grito en el cielo.Por poco tropiezo con la alfombra en cuanto llego corriendo a la sala. Mis muslos chocan con el respaldo del enorme sofá blanco. El corazón me late con fuerza. CAPÍTULO 12ARIA.Mi reacción fue cerrarle la puerta en la cara a la señora que trabaja en el hotel. Supongo que acabo de entrar en shock. Soy una joven amable, ese comportamiento no es digno de mí, pero supongo que esto es una excepción.Palidezco. Mi rostro de pronto se siente frio y tengo la sensación de que el suelo está a kilómetros de distancia. Estoy mareada. CAPÍTULO 13No doy crédito a lo que mis ojos ven. Mi cuerpo es un manojo de nervios. No sé cómo reaccionar ante un caso así.Es como si me hubiese congelado al ver aAmenadiel, sentado en el suelo con sus piernas flexionadas y sus codos apoyados en sus rodillas. Tiene las manos en el rostro y no distingo si está insultando a Dante o llorando el silencio.Me acercó a él y me siento a su lado. Dejo caer mi cabeza en su hombro.Capítulo once
Capítulo doce
Capítulo trece
CAPÍTULO 14Toqué la puerta, expectante. Mis manos sudaban.Amenadielpermanece a mi lado. Desvió mi rostro hacia mi izquierda donde él está y lo encuentro mirándome.Me regala una media sonrisa y vuelve la mirada hacia el frente.—Si tengo el rostro sucio debes decírmelo —le digo, ruborizándome.
Capítulo 15. Scarlett, la hija de Max y Ada, trenza mi cabello frente a un escritorio del cual sale un espejo. Es una habitación para invitados bastante completa. Aunque desconozco la profesión de mi hermano Max, realmente sé que tiene una casa super costosa. Pero bueno, los hijos de dioses tienen el privilegio de estar con familias adineradas. Me ha obligado a sentarme y a que me quede quieta. Como su tía cederé a lo que me pida, supongo. Llevo aún puesta la camisa con el logo del hotel de mi hermano, la cual ahora permanece seca luego de mojarla con mi pelo húmedo. Scarlett, la pelirroja más bonita que vi, parece concentrada en lo que hace. Sus suaves y delicadas manos danzan
CAPÍTULO 16Amenadiel da un paso al frente y camina hacia él con una impotencia contagiosa. Dante le hace frente y le sonríe, esperando que lo ataque alzando su cuchillo. Pero la velocidad de Amenadiel es más potente cuando le lanza un puñetazo que viaja directo al centro de su rostro, causando que Dante caiga de bruces al suelo.—Están atacando a mis padres y a mis tíos en la planta baja, hay incontables dioses que quieren matarlos —llora Scarlett, aterrada.—Enciérrate con llave en la habitación, pase lo que pase no le abras a nadie —le digo, sin sacar los ojos de Dante.Ella hace lo que le digo y se escabulle en la habitación de invitados.
CAPÍTULO 17Están destrozando la casa mi hermano. Hay gritos y jadeos de dioses furiosos en plena lucha. Pero a pesar del ruido me siento aturdida, mareada, como si no estuviera allí realmente. Me aferro al barandal al bajar.¿Dante fue capaz de mentirme con una cosa así en su lecho de muerte? ¿Por quéAmenadielno lo negó? ¿Por qué Dante se entregaría a mí por él? Ahora empiezo a comprender la desesperación deAmenadielal principio para que no matara a Dante. Ahora entiendo por qué me regaló una fantas&i