Capítulo 9
MEDIOEVO EUROPEO, AÑO 1400
El terciopelo rojo de su vestido eriza su piel mientras su esclava ata las cintas sedosas de su espalda. Se observa en el espejo y jamás se ha visto tan hermosa con una tiara y unos aretes a juego que pesan a morir.
Las velas la iluminan en la plena oscuridad de su gigante aposento.
Capítulo 10—Lo que sucedió entre nosotros fue un error. —la voz de Dante me saca de mis pensamientos en cuanto pone unlattefrente a mí.Se ha encargado de traer nuestro desayuno y nos hemos sentado en las últimas mesas de la cafetería universitaria, la cual estaba desierta por lo temprano que era. Aunque quería matarlo por despertarme tan temprano un sábado, sus palabras me lastimaron aún más. Capítulo 11.—Tu chaqueta,despistada.Estaba dirigiéndome a mi clase de Biología en cuanto Maddy se cruzó en mi camino con una sonrisa de oreja a oreja, tendiéndome mi chaqueta. Le devuelvo la sonrisa y la tomo, extrañada por su contagioso buen humor.Observo la chaqueta roja que me había olvidado uCapítulo 11
Capítulo 12.Amenadielsube los escalones de las gradas con adrenalina, entusiasmado, como si mi respuesta afirmativa estuviera a punto de derrumbarse si él no llega a tiempo a mi lado. Sin aliento, se posiciona frente a mí, con los ojos bien abiertos.—Repítelo una vez más —me pide, tratando de recuperarse. Apoya sus manos contra sus rodillas, flexionándose —. Dios mío, necesito ponerme en forma. Subir esos escalones me ha matado.—No voy a repetirlo —rechisto,cruzándomede brazos.Se reincorpora, volviendo a su estatura monstruosa.—Merezco que me lo repitas —insiste —¿Qué te hizo cambiar de idea? Porque si se trata de un juego yo...—No se trata de un juego —tomo una bocana de aire, desviando la mirada. No quiero llorar al hablar —. Necesito sacar de mi
CAPÍTULO 13No sé en qué momento Dante me depositó en mi cama, recostándome contra la almohada y se puso a limpiar las manchas de sangre del suelo, trapeando con desespero mientras cada tanto me echaba un ojo para ver cómo estaba.Continuo en toalla, no soy capaz de moverse. Sigo paralizada. Tengo tapada la mitad de mi cuerpo y mis manos entrelazadas sobre mi regazo.Alguien toca la puerta. Dante se sobre salta con el trapeador en la mano. Me mira, con el ceño fruncido. Me encojo de hombros, no sé quién puede ser.Dante apoya el trapeador en la pared y camina hacia la puerta. Se queda frente a ella.—¿Quién? —pregunta él, con voz seria.—Soy Amenadiel ¿está Aria dentro? —se establece el silencio. Oímos a Amenadiel soltar el aliento —. Hoy teníamos una cita —aclara.Dante me mira a m&
Capítulo 14Fue un poco extraño ver el cambio de actitud de Dante hacia mi persona.Desde que le conté la traumática situación que Hades me había dado, su cambio repentino de actitud cambió completamente. Se encontraba más amable, más servicial.Era curioso saber qué hace un día atrás me odiaba porque había planificado asesinarlo a sangre fría para luego obtener su alma y utilizarla para transportarme al Olimpo y vivir allí eternamente.Un plan que había cambiado de rumbo en cuantoAmenadielempezó a respirarme en la nuca.Escapar del Inframundo para no estar cerca de Hades me parecía una idea que no tenía negativa de mi parte, es más, era algo indiscutible. Algo que debía hacer y punto. Lamentablemente mi periodo en la tierra había pasado voland
Capítulo 15 Intentaba procesar toda la información brindada por el mensajero del Inframundo. Me era imposible no sentir una mezcla de felicidad con soberbia y rabia. Mi padre tras las rejas y yo sin saber el motivo. Eran tantos actos atroces los que había cometido Hades que tarde o temprano, su reinadocaeríay mi madre sequedaríacon su puesto. Perséfone, mi madre, había sido raptada hace siglos atrás por Hades cuando ella recogía flores en un inmenso jardín. Se había obsesionado con ella y terminó arrastrándola al Inframundo. Capítulo 16Es imposible que no me sienta nerviosa en una situación así. Nadie se había atrevido a llegar tan lejos.Amenadielera una caja de sorpresa. Habíamos llegado a un acuerdo, sí ¿pero hacerlo de esta forma, con un anillo en la mano esperando una respuesta cuando yo ya se la había dado? Me llevo las manos a la frente, sofocada.Me pongo de pie, tomando mi bolso, sin dejar de mirar el rostro de un dios, quien desdibuja su sonrisa poco a poco en cuanto ve la negatividad Capítulo 16
CAPÍTULO 17¿Pero qué demonios...?La lengua de Amenadiel sigue electrificando el cuello de Aria, que se sacude con los espasmos del deseo.La lujuria de la escena se acentúa cuando Dante baja las escaleras, con una de la yema de sus dedos apoyada sobre su mentón, absorbiendo intensamente la imagen de la escena; la joven de cabello negro recogido, vestida de oscuro ajustado a su precioso cuerpo lo hipnotiza.Su escote deja entrever aquel camino oblicuo que forman sus senos, las caderas pegadas serpentean sutilmente, con ritmo sostenido. Pero esto sucede muy lentamente. La discreción de Evans es notable.Intenta comprender que ocurre, pero los labios de Amenadiel le obturan la razón, siguen escarbando su piel con una incitando a la acción. Es tanta la excitación del chico de ojos bicolor que no tarda en echarle la cabeza hacia atrás, con una